Capítulo 18

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Rhaenyra permaneció paralizada mirándolo. Daemon seguía imponiéndose con su presencia y al notar su silencio él mismo contesto su propia pregunta.

"Yo también te extrañe Daria."

La locura que seguramente prevalecía en su familia se adueñó de su cuerpo y le apunto con fuego oscuro ¿Cómo pretendía llamarla asi?

"¿No crees que deberíamos de saludarnos primero?" inquirió guardando hermana oscura.  "Podríamos hablar como personas civilizadas y..."

"¿Personas civilizadas?"grito llena de rabia. "Mataste cuatro hombres enfrente de mi cara y luego pretendes hablar de forma cordial, ¡estas malditamente mal de la cabeza!"

"Era necesario" repuso dando un paso al frente "Eran escoria, el mundo no pierde nada con su partida."

"¡Tu también lo eres y aun no te mato!"

"Yo soy un mal necesario" corrigió, negando con un dedo. "En la antigüedad hubo un tiempo en que los burdeles se clausuraron ¿adivina que? Las violaciones aumentaron."

"¿Te crees un puto maestro de historia?"

"Solo soy un hombre preocupado por su mujer, solo eso Daria."

"¡Cierra la puta boca!" sentencio accionando el pestillo de fuego oscuro.

Rhaenyra observo como nuevos hombres aparecían en defensa de Daemon, todos apuntándole con desconfianza  y este hizo un gesto con un dedo.

"Cualquiera que le toque un cabello, termina hecho cenizas ¿quedo claro?" ladro, en tono gélido. "Márchense ahora."

Los sujetos se alejaron con rapidez y Rhaenyra sonrió con burla, ¿él creía que no podia matarlo?

"¿En que estábamos?" cuestiono dando dos pasos más al frente.

"En que te quedes en tu maldito lugar o terminaras sin masa encefálica."

"¿En verdad lo crees?" inquirió con una sonrisa ladeada, caminando hasta terminar enfrente de fuego oscuro.

"No lo creo, estoy segura." Objeto cambiando el angulo de sus brazos para lograr apuntarle al cráneo.

"¿Qué tan segura?" comento despreocupado, agachándose hasta su altura. "¿Asi de segura? Inquirió guiando su frente directo sobre el cañón.

"No juegues conmigo" indico temblando con la impotencia de no poder apretar su arma.

"Entonces termina con el juego, Daria." Especifico cerrando los ojos. "Termínalo como presumes que deseas hacerlo."

Lagrimas de rabia corrieron por sus ojos y apretó los dientes, respirando hondo  ¿Por qué no podía matarlo? Daemon lo merecía, realmente lo hacía. Decepcionada bajo su arma con lentitud y vacío las balas en los cadáveres de los hombres muertos en el suelo, puede que ella no los hubiera matado pero la sensación la tranquilizo un poco.

"Siempre te he brindado salidas" dijo él observándola "Pero ambos sabemos que estamos igual de dañados."

"Lárgate de mi vida" anuncio dándole la espalda con la intención de marcharse.

Daemon la abrazo por la espalda e inmediatamente puso un pañuelo sobre su nariz. Rhaenyra pataleo negándose y  solo logro escuchar unas cuantas palabras antes de perder la consciencia.

"Solo muerto podrías alejarme" indico "Tomaste tu decision hace años y ahora lo volviste hacer, tuviste la oportunidad Daria, y esta era la última que te quedaba."

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Rhaenyra se sintió terriblemente estúpida al despertarse. Una inmensa habitación se cernia frente sus ojos y cuando se levanto trastabillante hacia la puerta la voz de Daemon la asustó. Deseo que todo hubiera sido una pesadilla, que todo fuera producto de su imaginación y él se encargo de demostrarle lo equivocada que estaba.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora