Capitulo 14

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Rhaenyra se mantenía inmóvil en el suelo, negándose a mirar directamente hacia el auto. Los demás hombres descendieron de sus vehículos, aproximándose hasta la tienda y rodeando el perímetro con recelo.

"¿Se encuentra bien?" pregunto uno de sus guardias acercándose.

Tragó saliva y lucho por contener las lágrimas que salían de ellos. Harwin era el segundo hombre más importante en su vida. No le importaba que la protegiera meramente por trabajo, él la había acompañado desde su niñez, ayudándola en cosas que nadie hacia. Él estoico hombre incluso la animo en algunos de sus solitarios bailes escolares, ni Rhaenys y mucho menos Corlys la habían visto y Harwin siempre estuvo aplaudiéndole, tal como lo haría un amigo u familiar cercano.

"No me toques" grito ahogándose en sus lagrimas, evitando que le ayudara en la tarea de levantarse.

"Señorita, por favor." pidió tomándola del brazo.

"¡Dije que no me toques!" grito, temblando entre sollozos.

Se encontraba en un ataque de ansiedad y cerró los ojos fuertemente. Las palabras de Larys, Cersei e incluso de Cole rodaron en su mente. Definitivamente existía algo que ella debía saber. Un brazo se posiciono sobre su hombro, alejándola de sus deducciones.

"¡Te matare si lo haces de nuevo!" vocifero encolerizada con la cara en sus rodillas.

"Escapar de la muerte y caer de nuevo en ella, sería bastante irónico."

Su voz llegó hasta sus huesos, tan idéntica que se sintió presa de alucinaciones.

"Sal de mi cabeza" masculló llevándose las manos sobre las orejas.

Los familiares brazos la levantaron y fue ahí cuando Rhaenyra supo que era Harwin realmente. Llevo una mano sobre su rostro, temiendo que no fuera real y sin poder evitarlo lo abrazo.

"¡Estás vivo!" grito llena de emoción.

"Desobedecer las órdenes es lo que nos mantiene vivos."

Rhaenyra hundió la cara en su pecho, llenándose de su loción amaderada. Nunca antes lo había hecho, pero nunca antes pensó que podría morir. Harwin carraspeo y ella se separo un poco de él.

"Tengo un regalo para ti" susurró sorbiéndose la nariz y tomando el paquete que apenas había pagado, lo abrió y saco dos tiritas, quitando el recubrimiento del pegamento. "Creo que esto nos salvo la vida" admitió riendo entre lagrimas y tomando su mano, sonriendo al ver los corazones sobre sus nudillos.

"Es el mejor regalo que me han dado" respondió con evidente humor negro.

Ella le dio un codazo y sintió un agudo dolor detrás de su pierna, llevo una mano hasta el punto en que la sangre brotaba libremente y se asombró de la profundidad del corte.

"Harwin, ¿sabes suturar piel humana?" pregunto impávida, mirándolo.

Él la miro dudoso y cuando observo su mano llena de sangre sus ojos se dilataron.

"Debemos llevarla con un doctor" espeto, negando con la cabeza.

"Harwin, por favor. No quiero alarmar aún más al pobre de mi tío."

Rhaenyra camino con pesadez, buscando en la destartalada tienda hilos, aguja, alcohol, tijeras y vendajes. En ese punto no le importo tomar todo sin pagar, la dependienta se encontraba afuera con la policía y esperaba que no la metieran presa por sus pequeños robos.

"Vamos" indico tomándolo por el brazo, arrastrándolo hasta el baño.

Puso el cerrojo y llenó su pierna de alcohol. Tuvo que ahogar un grito cuando la sustancia descendió, quemándole la herida dolorosamente.

Peligrosa DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora