Estaré

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Caminé con Dylan en mis brazos, caminé 7 cuadras hasta llegar a casa de Dylan, las calles vacias y silenciosas brindaba un mal presentimiento, mis sentidos alerta por si alguien trataba de asaltarnos o hacernos daño, no dejaría que le pongan un solo dedo encima a mi lobito, sobre mi cadáver. Las calles no son confiables a estas horas. En ninguna de hecho, y lo sé por experiencia.

Llegué a casa de Dylan, tomé las llaves de su bolsillo y abrí la puerta principal. Entré y luego cerre con llave.

Marck: llegamos —dije en voz baja aliviado al entrar.

Caminé y subí las escaleras hasta llegar a la habitación de Dylan, la misma habitación en la que estuve esta mañana. Lo dejé en la cama con delicadeza tratando de no despertarlo. 

Marck: listo...descansa...—susurré dejándolo en la cama quedándome sobre él. Pero fue inútil, de todos modos despertó.

Dylan: mmm...¿Marck?...¿qué pasó?...—preguntó adormilado frotándose con su poño su ojo derecho, luego dejó de frotarlo y miró a su alrededor reconociendo el lugar—...¿no estabamos en el parque?...—preguntó confundido y aun adormilado.

Marck: si. Pero te quedaste dormido y te traje a casa —respondí sentandome en uno de los lados de la cama.

Dylan: ¡¿caminaste siete calles hasta aquí cargándome?! —preguntó cambiando su expresion de sueño a sorpresa sentandose rapidamente y reprochando— ¡¿por que no me despertaste?!, ¡podrías haberte lastimado idiota!—reclamó alarmado y enojado también— agh...¿cómo están tus heridas? —otra pregunta, pero esta vez me miraba enojado y con el ceño fruncido.

Marck: calmate, estoy bien —respondí quitándome la polo, dejando mi torso vendado al descubierto, solo con unas pequeñas manchas de sangre en las heridas— ¿vez? No pasó nada

Dylan:...tarado...—atacó molesto— no hagas eso de nuevo, mirate, se volvieron a abrir —dijo frustrado. Luego se acercó a revisar las vendas en mi torso— tengo que limpiar y vendar de nuevo por tu tontería —díjo levantandose de la cama y saliendo de la habitación, aun molesto. Pero ya menos que antes.

Salió, y quince minutos después de vuelta trajo lo necesario para la desinfección de mis heridas, incluyendo los guantes de latex que usó antes, pero esta vez con un par nuevo. Nuevamente se sentó a mi lado y procedió a quitar las viejas vendas dejando ver las puñaladas, que por cierto, no veían tan mal. Luego desinfectó con agua oxigenada y alcohol las heridas sin mucha delicadeza. Se estaba vengando. Finalmente volvió a vendar mi torso con vendas nuevas y limpias. Terminó rapido, sin duda Dylan es un buen medico.

Dylan: listo terminé...—díjo y después vostezó cansado—...acuéstate y duerme. Yo ire a dejar esto en su lugar. —ordenó poniendose de pié y caminando a la puesta de la habitación con los implementos que trajo antes.

Salió de nuvo de la habitación, y aproveché para quitarme la ropa hasta quedarme en boxers. Así era más cómodo dormir, y espero eso no le moleste. Tendí la cama y luego me acosté en el lado derecho. Se sentía tan bien estar en una cama después de un día largo, era cómo estar en las nubes, suaves y calidas nubes. 

Dylan llegó a la habitación, me miró sorprendido y con un leve sonrojo en su rostro. Con su mirada recorría mi cuerpo, así que me recargue sobre mis codos y lo mire con una media sonrisa dándole una postura provocativa, quería hacerlo sonrojar aún más. Y así fue. Logré mi objetivo y Dylan se sonrojo al verme en esa posición.

Marck: ¿qué pasa? ¿no vienes a dormir? —pregunté.

Dylan: eh...s-si...—respondió nervioso. Después caminó hacia la cama— es solo que...no sabia que d-dormías en boxers —comentó rascando su nuca con una risita nerviosa— yo también lo hago. Esparo no incomodarte —se disculpó. Aunque no habia nada por qué hacerlo, de hecho, para mí era un regalo.

¡Lo daria todo por ti!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora