Tu sonrisa

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Ring Ring, Ring Ring.

Sonó el tono de llamada en mi teléfono. Era un número desconocido, sin registrar, que llevaba un par de veces marchándome pero no contesté. Hasta ahora.

- Buenos días, ¿hablo con el Dr. Dylan Evans? -preguntó un hombre en la llamada entrante, de voz gruesa pero amable.

De todos modos no puedo confiarme

- Si, dígame ¿quién es usted? ¿qué necesita? -pregunté sonando sereno y amable en medida de lo posible pues no conocía al hombre tras el teléfono.

- ¿No me recuerda? Soy Paco, el Border Collie con el que chocó en el metro hace un par de días -respondió ameno, sin molestias, manteniendo ese aura de amabilidad y felicidad extrañas.

Paco...Border Collie...¡Claro, el tipo al que casi mato por accidente!, por eso su voz me resultaba familiar

- ¡Ya recuerdo! ¡tu eres el perro que casi mato en las vias del metro! -atine a decir como si fuese una anécdota cómica, pero la verdad no fue así. Fue un momento de pura adrenalina pues el joven chocó conmigo y termino en las vías del metro pero el metro tardo y pude ayudarlo a salir. Que loco ¿no?- ¡no diga esas cosas doc! Lo que paso ese día fue un accidente jeje -reclamó con amabilidad y alegría

- ¡Paco! Jajaja ¿y qué tal? ¿cómo te ha ido chico? -pregunté sonriendo, al menos era alguien de confianza.

- Bién, todo bién doc jeje. Pero necesito un pequeño, si no es mucha molestia -dijo el perro con un poco de seriedad en su voz, volviéndose más calmado.

- Siempre y cuando me sea posible, sí -respondí esperando explicaciones.

- Mire, una amiga no la esta pasando nada bién y necesita un doctor que la ayude -cambio su tono a uno menos enérgico y más preocupado, una buena señal para mí- bueno, no es mi amiga quien necesita su ayuda doc, sino su esposo -suspiró con notas de preocupación- El pobre hombre no quiere comer, y a duras penas bebe agua, cosa que lo tiene en cama sin fuerzas...-habló en can a mi atento oído, porque eso significaba dinero, cosa que necesito ahora mismo.

- Mmm...parece un caso de depresión severa. ¿Por qué no lo llevan a un hospital o a un psiquiátrico? -pregunté, en estos casos lo mejor es llevarlo a psiquiatría, ellos eran los indicados.

- Lo intentamos, pero se negó. Quisimos llevarlo por las buenas y por las malas, pero ese hombre se volvió una bestia -suspiro, al parecer recordando ese día- Por eso necesito su ayuda doc -respondió. Parece un paciente difícil de tratar, odio esa clase de pacientes- mi amiga esta buscando urgentemente un doctor o un psiquiatra para contratarlo y así ayudar a su esposo. -agregó con preocupación el perro al otro lado del teléfono.

- Ok, dame la dirección y estaré ahí hoy mismo -aseguré al perro, que feliz solo pudo agradecerme.

- ¡Gracias, muchas gracias doc! -felíz se despidió- ¡adiós, que tenga buena tarde! -tan feliz como antes colgó el teléfono después de despedirse.

Esto era una buena oportunidad para mí.

El dinero que ese gato no se llevó lo entregué a orfanatos cercanos, así que no tenia un solo dolar porque lo poco que tenía lo gasté con Arthur en la playa. El destino me sonríe de nuevo.

- Por fin, de vuelta al trabajo -comente con una sonrisa. Ya extrañaba trabajar, aunque suene raro pues a la mayoría odia trabajar.

Mas tarde, ya estaba en la dirección que Paco me envió.

Estuve de pié frente a la puerta de madera roja emocionado por volver a ejercer mi profesión. No lo niego, tengo mis dudas al respecto de quienes son, y donde estoy pero es lo de menos.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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