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- Buenos días amor -saludé sonriente a mi casi esposa con un suave abrazo matutino acompañado de cálidos besos en la nuca. Así empiezan mis días, días que están a solo unas horas de convertirse en una rituna de por vida acompañado de un pequeño integrante- ¿estás lista? Hoy es nuestro gran día -pregunté emocionado dejando dulces caricias en su vientre redondo, donde se esta formando el fruto de nuestro amor. O quizás los frutos de nuestro amor.

- ¿Prefieres que te diga la realidad o una metirilla? -díjo entre risitas suaves colocando sus patas sobre las mías mirando ambas con cariño- la realidad, porfavor -pedí en respuesta con una sonrisa marcada en mi rostro besando su mejilla- está bién. Aquí va. -besó mis labios con la dulzura que me trae loco por ella- la verdad es que me siento muy nerviosa, nunca antes había experimentado una boda y no se que hacer. Nunca antes había estado embarazada y tengo miedo de que algo pueda pasarme a mí o al cachorro...-suspiró desviando la mirada entristecida y nerviosa- no eres la única en esto de la boda y de ser padres. Yo estoy tan nervioso como emocionado, pero no tengo miedo porque sé que todo saldrá bién -aseguré con suavidad para darle la confianza que necesitaba. Después de todo ese era mi trabajo como su futuro esposo- supongo que tienes razón...-dijo en una pequeña sonrisa luego de escuchar mis palabras, pero aún se que no esta segura- Te aseguro que nada malo sucederá, hoy es nuestra boda y en dos meses más nacerá este pequeño campeón -afirmé como si pudiera ver el futuro con una sonrisa suave mientras ajustaba nuestro abrazo un poco-. Yo los protegeré a ambos, a tí y a nuestro cachorro aunque me cueste la vida...yo...yo lo daría todo por tí y por el...-finalicé frotando mi nariz contra la marca entre su clavícula y cuello. El lugar perfecto.

- Sí, porque tu eres mi héroe -me miró con hermosos ojos verdes sonrientes. Ahora estaba más confiada, de eso estoy seguro- pero también soy....tu papi -susurré ronco en su oreja mientras moldeaba un poco sus pechos para molestarla un poco. A lo que respondió con un sonrojo fuerte y un regaño.

- ¡Pervertido! -chilló en molestia y sonrojo sacándome una risa sincera de diversión. Amaba estas mañanas.
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NARRA DYLAN
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- Valla, valla. El imbécil de tu novio resultó ser un buen partido para ella, ¡ho, mis disculpas Dylan! -río suave en una carcajada el can negro antes de voltear a verme desde el asiento de copiloto con burla-...el ahora es tu ex-novio ¿no? -volvió a reírse bajo mientras repetía en el alta voz del auto la parte que más dolió del audio, pues me negué a ver el video.

"Yo lo daría todo por tí y por él", se escucho en el auto mezclado con la risa de Rony.

- ¡Que mierda tan absurda y cursi! ¡me dan asco! -se expreso en una mueca de asco y burla tan cómica como estúpida e irritante- ¿no lo crees amigo? -preguntó de nuevo buscando mis ojos para el contacto visual pero no lo logro, los arboles a través de la ventana era mejores que el maldito audio y su voz. Pero aún así respondí- Sí, es pura mierda... -esas palabras rasgaron mi garganta.

Responder de esa forma me lastimó, no soy hipócrita ni mentiroso como para ocultarte esa verdad. Y es una mierda seguir sufriendo secuelas de algo que murió hace ya mucho tiempo, eél me superó y me dió por muerto tan solo cinco meses después de desaparecer.

Él era un...no vale la pena insultarle más si no me escucha.

El resto se rindió cuatro meses después de él. Cuatro meses después...ja...no se que clase droga me administraba el tigre a mis espaldas para cagrla así de grande al darle la oportunidad de ser más que amigos. Pero eso ya no importa ¿cierto? El siguió con su vida, se olvido completamente de mí y ahora esta a punto de formar una familia sin remordimientos ni rencores.

- Sí, así se habla. De todos modos nunca le importaste -dijo tajante en una burlesca sonrisa, pero tenía razón, porque de lo contrarío y conociéndolo Marck habría hecho hasta lo imposible si quiere obtener algo- Es verdad...espero que se pudra en el infierno -apoye sus tajantes palabras con las mías en un arranque de despecho e ira contenida.

Toda la miseria que experimenté era su culpa, Marck, de él era la culpa. Pero como verdugo, quien tenía la culpa...era Rony.

Debería matarlo a él en este preciso instante junto al conductor, que de hecho, era una hiena fuerte que en más de una ocasión me azotó con un látigo y me obligo a tragar su semen. Sí quizás un accidente de carretera nos mate a los tres de una sola vez, pero estando atado de manos y pies en los asientos traseros de un auto lujoso no era la mejor posición.

- ya llegamos señor -avisó el conductor deteniendo el auto en frente de mi antigua casa- ¿ya, tan rápido? Bueno, ess una pena, pero fue divertido conocerte Dylan Evans -se quejó falsamente mientras cortaba las cuerdas que me ataban para dejárme libre por fin- pero...nos veremos pronto. -me observo con una mirada que a cualquiera le daría escalofríos, pero he pasados por cosas peores que una mirada retorcida- ¿y qué? ¿quieres un aplauso o un premio? -pregunte fastidiado en una fría mirada, ya estaba harto de estar viéndole la cara de imbécil que tiene.- ¡ja! ¡me agrada tu nuevo yo! -aludió en un cumplido a la personalidad tan fría y asquerosa que ahora tengo por su gran culpa- porfavor no cambies hasta que nos volvamos a ver...-pidió mientras me miraba salir del auto con una mochila negra de gran tamaño en la que llevaba un total de dos millones de dolares como un "regalo por no haber muerto en mi celda".

- ¡Adi- -Cerré la puerta del automóvil negro de vidrios polarizados entes de que terminara la palabra y camine de vuelta hasta el porche de mi casa, donde dejé la mochila a un lado y abrí la puerta.

Y el auto negro no se fue hasta que se aseguraron de que estuviera dentro de mi hogar, algo extraño viniendo de quienes me torturáron por un largo tiempo.

Hasta donde alcanza la vista todo brillaba por la limpieza, al parecer exhaustiva, que hicieron en el lugar cosa que me dejo muy sorprendido pero no tanto como para tener una cara de sorpresa.

- Seguramente es otro de sus regalos -dije en voz alta restándole importancia al hecho de que criminales peligroso estuvieron en mi casa, por sabrá Dios cuanto tiempo- Hola de nuevo....he vuelto ¿al menos tú me extrañaste?-pregunte a la estructura que servia de mi hogar como si de otro semejante se tratara.
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-Todos te extrañamos...-se escuchó a una masculina voz desde la nada.

¡Lo daria todo por ti!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora