¡Lo daria todo por ti!

eternidad

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NARRADOR OMNIPRESENTE

Al día siguiente por la tarde, el reloj marcaba las doce y treinta. Y nuestro tigre de azules ojos en un dilema se encontraba.

Dilema que a su parecer era vergonzoso y en cierta modo, también era estupido. Bueno, es comprensible, pues en el navegador de su celular estaban los resultados de la busqueda "como ser romántico". En efecto. Para él, cosas como el romance y amor eran un punto aparte en su vida.

En las acciones del felino nada de malo había claro está, pero no hacía falta la necesidad de buscar en internet una pregunta tan vaga y fácil de responder, que hasta un niño podría resolver. Y el internet es lo más alejado a un buen consejero.

De hecho la respuesta era tan sencilla que podía hallarse en una pelicua de romance o en un libro de la misma trama, sin embargo la opción de leer o ver un largometraje le parecía una idea bastante tediosa y larga, así que la descartó, optando por simplemente recurrir al lugar donde todo se puede encontrar con un simple tap o un clik.

Y su decisión podría considerarse "fructífera", ya que obtuvo información que pensaba, resultaría a su favor en el futuro. Pero no le servirá de nada, si no resuelve su presente antes.

El navegador le arrojó lo siguiente:

1.- Regalar un ramo de rosas y chocolates como un presente cariñoso era la primera opción, no obstante mejor era una elegante velada en un primoroso restaurante de alta alcurnia.

2.-Otra variante tentadora sería un picnic a bajo la frondosa sombra de un bello abedul con vista al atardecer.

3.-Notitas sulites de amor también podrían servir como detalle diario para lograr atrapar el corazón del lobo, sin embargo nada le convence.

Suspiró cansado. Buscar y leer informacion era para nada divertido, y más cuando no hallaba lo que quiere. ¿qué buscaba exactamente? Solo el lo sabe solo que no encuentra la forma correcta de enunciar su duda.

Y entonces, nada lograba su aprobación, todas la ideas que el internet le presentaba demasiado rapido le parecia, y el felino se nego a seguir leyendo, pues despacio quería ir. Aunque la información si le podría ser útil.

Molesto ya y sin importarle nada, decidió desahogarse.

Gruñidos que expresaban la gran frustración que sentía al aire fueron soltados al inusono de un par de muy molestas groserías mezcladas también con ira por su fracaso.

Era un poco razonable. ¿Quién no lo haría si estuviera en su lugar?.

— ¡Mierda! —con rabia soltó la grosería tirando hacia atrás su cabeza, recargandose en el espaldar del sofá — ¡nada de esto me sirve! —nuevamente le contó su frustración al aire, mientras la molestia que sentía ahora se convertía en picazón en su cabeza, que rascó inmediatamente con su pata izquierda— ¡carajo! ¡se suponía que esta porquería tenía la respuesta! —culpó a su propio celular de su peripecia, mirandolo con ira.

Poco le faltaba para aventar a un lado de sí el aparato electrónico que en su pata derecha estaba, pero el tono de llamada emanado del mismo objeto negó la posibilidad mencionada.

Pobre celular, el no tenía la culpa de la ignorancia de su dueño. En absoluto.

La que llamaba era una amistad compartida con el lobo misma que se había vuelto la más cercana al tigre, casi como una mejor amiga. Pero ese titulo lo tenía el de pelaje gris junto al titulo de amor de su vida.

Con quién nuestro protegonista había tenido acercamiento amistoso llevaba de nombre Kim Miller, hermana de Luck Miller, dueño del gimnasio nombrado GYM-FURR. Bastante monótono su nombre, pero con abundante fama en la ciudad.