Por 🔞

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NARRA DYLAN
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— Creo que debería visitar a un psicólogo —comenté para mi mismo mientras miraba mis patas recordando la escena que tuve con Marck el día anterior.

Supongo que pasar años en aislamiento siendo torturado, maltratado y violado me están afectando más de lo que esperaba, porque siendo sincero, jamás pensé que podría ser tan cruel y despiadado con alguien.

Ese momento fue extraño, no sentía nada pero a la vez sentía un vaivén de emociones negativas recorrer mi ser con fuerza.

Sentí odio, tristeza, desesperación, dolor y decepción cuando decía esas palabras mientras mantenía fija mi mirada en sus ojos. Fue extraño en mi.

— Mierda —me quejé bajando la cabeza— ¿por qué carajos hice eso? ¿qué putas me pasa? —me pregunté cerrando mis ojos, recargando con cansancio mi cabeza en el respaldo del sofá.

No sé que hacer...estoy libre pero...solo.

Mis "amigos" continúan con sus vidas ante mi "muerte", así que no tenía con quién pasar el rato. Pensar en que ahora solo hay soledad a mi alrededor me pone triste y a la vez extraño.

¡Pero no necesito de nadie para distraerme!. ¡Puedo salir y disfrutar del momento yo solo!.

Toda mi vida he apoyado y ayudado de todas las formas posibles a las personas que conozco ¿y que recibí a cambio?.

¡Sí, exacto. Nada!  ¡Solo gané años de depresión y maltrato mientras lloraba cada noche en una maldita celda que apestaba como el culo!.

Aunque eso no fue su culpa, ¡porque su culpa fue rendirse conmigo cuando yo hubiera buscado bajo cada piedra de este maldito planeta!.

— ¡todos pueden irse a la mierda! —liberé al aire con seguridad mis palabras poniéndome de pie— ¡voy a salir y divertirme hasta el puto amanecer! —salí del salón tomando mi billetera hacía la puerta principal.

No díje más, porque mis planes estaban más claros que el agua. Desde hoy sería totalmente libre de hacer las cosas que jamas pude hacer por mi estúpida "bondad" y "ternura", toda esa porquería puede arder en el maldito infierno.

Cerré la puerta detrás de mí con una sonrisa antes de tomar el primer taxi que mis ojos captaron y me dirigí a un bar gay, una cosa que no hice por mi sensibilidad al alcohol, aunque sean las 2 de la tarde, porque eso es lo de menos.

Cuando llegué un corpulento y gran león se interpuso  entre mi diversion y yo con su serio semblante e imponente presencia.

— ¿Cuánto? —pregunté sin rastro de intimidación o miedo en mis palabras, mucho menos en mi postura— 15 básico, 35 estandar mejorado y 80 VIP —contesto con su ronca voz de macho dominante, al menos de ese hocico fruncido en una mueca de seriedad salió algo bueno. Sonreí— ten, quiero la VIP —entregué el efectivo de 200 dolares que saqué de mi billetera.

— Y quedate con el cambio guapo. —dejando toques seductores en su ancho hombro y un guiño me despedí de él antes de entrar por la puerta que ahora estaba abierta dejándome libre el paso.

Sin duda, lo mas satisfactorio de la vida es cuando logras tus objetivos sin problemas.

Solo di un par de pasos dentro cuando el olor del alcohol, drogas y cigarro me llenaron los pulmones. Algo nuevo y desagradable, pero no basta para arrepentirme de mi decisión.

— Bienvenido al hot nigth club, señor. ¿Tiene acceso VIP, no? —asentí asombrado por la presencia de un fuerte pastor velga molinois en suspensorio, muy atractivo el joven pero no más alto que yo— entonces sígueme porfavor —decía mientras daba vuelta y me guiaba hasta la sección VIP.

¡Lo daria todo por ti!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora