CAPITULO 3 (parte 2)

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öga för öga


El lijero sonido del reloj parecía que había aumentado el volumen en las horas que habían pasado, el tiempo era relativo, eso lo tenía claro desde siempre, aunque también dependía de la perspectiva de la persona y en este caso, su perspectiva era muy diferente a la realidad.

Los minutos pasaban haciendo que su cabeza hiciera los cálculos correspondientes, las horas habían sido suficientes para que ya estuvieran en suelo griego, y mientras Ghost conducía hacia en distrito CAELUS, el capitán Roden bajaba del avión junto a sus agentes.

Los policías rondaban la zona alertas a cualquier cosa anormal, mientras ella los observaba desde el asiento del piloto, la entrada estaba acordonada, las personas intentando cruzar como polillas atraídas por la luz, centro su vista en la entrada, el gran muro de 19 metros de altura, con tres cámaras de circuito cerrado, o al menos el lo que podía ver con tantos metros de separación de promedio, sin contar la oscuridad de la noche, los reporteros ya no estaban, pero incluso de esa manera habían decenas de pares de ojos en toda la zona.

Varios metros alejado de la entrada y de sus compañeros un oficial lucia ansioso con el teléfono en sus manos, ghost acomodo la peluca peligra al igual que los lentes de descanso y sin perder más el tiempo, salió del mustang hennessey 2015, que encajaba con los carros aparcados en el estacionamiento.

Camino por la calle como cualquier otra persona normal, las manos en los bolsillos tratando de no congelarse, el gorro en su cabeza, la gabardina crema, si alguien la veía probablemente pensarían que era alguna estudiante en sus últimos años de carrera, se detuvo a una distancia segura.

Siempre eh odiado los teléfonos, ¿no lo cree? Consiguen estresarme cuando la otra persona no contesta, quiero decir, ¿para que tienen un teléfono si no lo usan? –inquirió con naturalidad, el hombre levanto la mirada confundido

¡disculpe! No era mi intención interrumpirlo –saco las manos de su abrigo para negar –estoy segura que debe de ser importante, pasaba por aquí y lo mire muy preocupado, y me dije a mi misma, "para la salud no es bueno que una persona este ansiosa", aunque ¿Quién soy yo para opinar? –regreso sus manos a los bolsillos encojiendose de hombros con naturalidad –después de todo yo estaría igual si mi esposa no contestara desde hace horas, o que mi hijo no regresara las llamadas –en un momento de la conversación su vista quedo en sus pies, cuando dijo la ultima palabra comenzó a levantar la lentamente con una ligera sonrisa –tengo toda la razón, estaría igual de ansiosa teniente Andreato

El hombre comenzó a guardar su teléfono a la defensiva siendo separados por solo un metro de diferencia, no la conocía, jamás la había visto pero sospechaba que no era alguien a quien subestimar.

¿Qué les has hecho? –

Nada –confesó –nada por ahora, y tampoco en el futuro si me hace un pequeño favor.

El hombre contuvo su ira.

¿Cómo se que no me engañas? –

Su hijo salió de su casa al medio día, no asistió a la escuela por que se quedo dormido, digamos que por ahora... sigue dormido, su esposa salió de compras a las dos de la tarde, pero nunca llego a la reunión con sus amigas en ese restaurante marroquí, créame cuando le digo que no tengo intenciones de herirlos, solo que a veces hay que tomar medidas desesperadas –

Deténgase –ordeno al ver como poco a poco buscaba distraerla para tomar su arma o alertar a algún compañero, el hombre no le hizo caso, las cosas no sucedían de acuerdo al plan mental de ghost, y tampoco era minimamente parecido a la mayoría de variables que había previsto, el hombre era más volátil de lo que había imaginado.

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