CAPITULO 6 (PARTE 2)

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BLOODY NAMES

GHOST

La rubia había llegado a Brasil luego de un vuelo bastante incomodo, no se había acercado a su hotel, no dejaría que las cámaras le vieran, por suerte para ella el lugar en el que se quedaría no tenia ninguna cámara, ni siquiera seguridad, y pasaba de ser percibida.

Tenia un plan principal con pasos específicos que seguir.

Había armado dos planes secundarios con la misma cantidad de detalles.

25 probabilidades en caso de que todo cambiara

Tres salidas, una para cada opción en el que las cosas salieron totalmente mal.

Y un plan a medias en caso de emergencia.

El lugar en que se hospedaba era un pensión que parecía caerse a pedazos pero, ¿que más podía esperar de un edificio en una de las zonas más pobres de brasil? Las paredes tenían manchas de humedad, el olor era notorio, el suelo estaba lleno de tierra y manchas de lodo seco, la fachada de color lila estaba cuartiada.

Entró al lugar, era la clara descripción de desorden y suciedad, por fortuna no era algo que le importara, de ser así jamás pondría un pie adentro.

Se adentro deteniéndose frente a una mesa en la que una adolescente de 16 años estaba atenta a su celular, el cabello castaño tenia mechones morados y rojos, y la tez morena clara poseía unas cuantas pecas en las mejillas, además de las marcas de acné

La rubia trato de recordar la frase correcta en el idioma portugués, solo dominaba el griego, ingles, y francés, además de pocas frases en español, ruso, y portugués.

Buenas tardes –saludo a la chica, la mujer reventó una bomba de chicle –soy...

Se quien eres –la acorto adruptamente –eres la muchacha que rentara la habitación 011, ¿no? –

Hablo demasiado rápido –pensó mientras la veía abrir un cuaderno encima de la mesa, miró la lista de nombres al lado del numero de habitación

Fernanda Moreno Silva –leyó tachando el nombre –tienes fecha abierta, ¿portuguesa? Pregunto por tu acento –

Maldición, no entendí la mitad de lo que dijo –así es –afirmo –¿podrías repetir el numero de la habitación? ¿por favor? –pidió

Numero 011 –repitió lanzándole el juego de llaves que atrapo de milagro –segunda puerta a la derecha en el segundo piso –explico regresando su atención al teléfono mientras la ahora pelinegra se dirigía a las escaleras para subir –

Abrió la puerta de la pequeña habitación, oscura, vieja, pero al menos tenia una cama, aventó su mochila hacia esta para empezar a quitarse la camisa de botones que tenia sobre la blusa de tirantes negra.

Saco la ropa que necesitara, el pantalón de mezclilla negro, y un suéter unas tallas mas grandes de color verde militar con una abertura en la espalda, saco el arma para  colocarle el silenciador y guardarla en su cintura, se ajusto las agujetas de las botas negras de talla siete, y cambio su peluca a una castaña clara y risada, finalmente saco los guantes de cuero antes de asomarse por el balcón.

Cinco metros de distancia hasta la próxima azotea, cinco metros de altura, puedo llegar a saltar a lo mucho cuatro metros pero si caigo mal puedo herirme con seriedad, por otra parte si solo me dejo caer en un lugar especifico caería en los arbustos –susurró para ella, retrocedió para tomar aire y se detuvo adruptamente cuando recordó que no llevaba el inhalador, una vez con la medicina en mano, y sin sobrepensar las cosas se tiro del balcón cayendo sobre unos arbustos, se levantó cojeando los primeros pasos para luego caminar con normalidad por aquellas oscuras calles. Los minutos continuaron hasta que sus ojos dieron con el blanco, y una sonrisa ladeada se dibujo sobre sus labios.

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