Ghost

CAPITULO 18

CAPITULO 18

ATHENAS, GRECIA

17 DE NOVIEMBRE DEL 2015

Aleissa

¿Qué planeas hacer? –preguntó el mayor cuando ya estaban en un lugar seguro

Respirar, tomar un largo baño con agua calienten, y después salir de aquí tan pronto como estes en condiciones de viajar –

Estoy bien –

Pudiste haber muerto desangrado, agradezcamos que los doctores son buenos –

¿entonces? ... ¿estarás bien? –

...Lo estaré, cuando llegues a la central libera a Milla, después tendré que avanzar tan rápido como pueda, si no quiero que escape –

¿y que harás con los demás? –

¿No se de quienes hablas? –

Carter, Allen, Adelat, Lee, ¿refresque tu memoria?

Eso creo, me desharé de ellos antes de que ellos se deshagan de mi –

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Maldita sea –

El teléfono de la habitación chocó contra la mesa –no puedes hacer nada bien

Me parece gracioso que te enojes porque nieva, la agencia no tiene la culpa –

¿Qué hora es? –

Seis de la tarde –

Enciende la televisión –

Cada canal de noticias correspondiente a estados unidos estaba acaparado por la misma tragedia, los coche bomba dispersos por toda la ciudad, las personas gritando, al casa blanca dando una declaración oficial, buscando a los responsables, o responsable, sin nada ni nadie que uniera el atentado a Ghost.

Estaba hecho, la póliza de seguro estaba construida, y aquello que debían de pagar ya estaban muertos.

¿Qué has hecho Aleissa? –su hermano pregunto con seriedad

La mirada grisácea de la rubia estaba en las imágenes de los autos consumiéndose con rapidez –¿sabes cómo funciona el pensamiento de algunos asesinos seriales?... en la primera oportunidad que tiene no asesinan a quien verdaderamente es su objetivo por que los podrían descubrir, así que solo asesinan personas al azar... no te asustes, no había nadie en esos autos, solo son una simple distracción para que asesinen a quienes verdaderamente quiero desaparecer, considéralo una cortina de humo –

¿quieres ver una película? –pregunto

Ella le miró –yo la escojo –

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A las afueras de la mansión Black & White los truenos iluminaban hasta el último rincón del cielo, la lluvia caía a cantaros, y la seguridad vigilaba cada centímetro del perímetro para mantener a salvo a los integrantes de la familia, en la sala principal, dos adultos creaban tensión en el ambiente, creyendo que nadie escuchaba sus palabras, mientras detrás de la puerta, un joven Alex se esforzaba por oír cada palabra.

Tienes que madurar –escuchó como su padre hablaba, cualquiera que lo conociera lo suficiente tenía en claro que intentaba controlar su ira

¿Enserio me estas pidiendo a mi madurar? Lo que hiciste no es algo que merezca un aplauso, no es algo que yo deba de aceptar estando en un país como este, y teniendo mi estatus –

No eres una blanca paloma –

¡PERO JAMAS COMETÍ UNA FALTA COMO ESTA! –

Los niños crecen, y ellos no son los únicos que se dan cuenta de tus distinciones –