Ghost

CAPITULO 27 (parte II)

BESO MORTAL

GHOST

Aquella rubia corría tan rápido como podía hacia la oficina de Milán, necesitaba explicaciones, debía de dárselas, el las merecía, empujo ambas puertas antes de colocar sus manos sobre sus rodillas e intentar respirar.

¿Aleissa? –el de ojos azules le observó con confusión, la preocupación en su voz, el cabello ondulado, zapatos deportivos, pantalón de mezclilla y sudadera, colgó el teléfono al instante

Solo... dame un minuto –pidió con la respiración errática antes de enderezarse –por favor promete me que me odiaras hasta la medula después de mis palabras –

Depende de que es lo que valles a decir –cruzó sus brazos –pero tengo la sensación de que no será agradable de escuchar –

Y no lo será –cerró las puertas a sus espaldas –Milán Walker... espero que jamás me perdones, en serio que sí, soy consciente de que no lo merezco –

Usualmente las personas suplican perdón –

En mi experiencia eso nunca da buenos resultados –

Entonces déjame adivinar... el tiempo se ha agotado, y no consideraste todas tus posibilidades –

Tal parece que Roden conoce mi identidad desde el día de su secuestro y solo estaba a la espera de un error pata atraparme –bajo la mirada

¿y cometiste un error agrede? –

Era la única manera de evitar que se fijaran en mi hermano, pero... aun no pasa –

Sus ojos azules se concentraron en el suelo mientras la mirada de la rubia permanecía sobre él, analizando sus movimientos, sus reacciones, el si estaba enfadado o indignado.

En una verdadera pena que nuestro matrimonio no valle más allá del papel... ya he estado lejos de ti por mucho tiempo –alzo la mirada dejando a la vista su infinita tristeza, Aleissa hizo un esfuerzo por ignorar como sus propios ojos se nublaban ella era la culpable. La responsable de dañar su corazón al creer sus palabras. Incluso lo roto puede destruirse.

Te lo eh dicho, puedes odiarme, o maldecirme, desear que muera, merezco todo eso y más –

Deja de exagerar Black, esas cosas pueden funcionarte a ti, pero no a todos, no puedo ignorar lo que siento por ti, y tampoco lo que la situación provoca –limpio sus ojos evitando que las lágrimas salieran.

Pues tendrás que escoger algo si quieres dirigir tus emociones, y no caer en la locura, Walker –

Se acerco a ella, quitando uno de los mechones que obstaculizaban su vista luego de la carrera –incluso te quitaste los lentes de contacto, me gusta más el gris original –murmuró con una pequeña sonrisa –y no tienes tus lentes... ¿estas completamente segura de que no te caíste mientras corrías hacia la oficina? –

No desvíes el tema, por favor –

Es mi manera de lidiar con el dolor, uno supondría que tendría experiencia, pero... parece que no es así –suspiró con cansancio –solo no quiero perderte de nuevo, no estoy seguro de poder lidiar con ello –

Sabías que así sería –

Pero no tan pronto, creí que podría hacerme la idea de estar sin ti –

Las primeras lagrimas cayeron por las mejillas de la rubia sin poder evitarlo, Milán las secó

Si te digo que no quiero que te vallas, me ignoraras... y si te digo que quiero ir contigo, me amarrarías a la silla –ella sonrió, el le regresó la sonrisa con tristeza –entonces yo te pediré que no llores, no me importa que suene patético, y tampoco que sea una respuesta normal del cuerpo, pero... es doloroso verte llorar, tu padre te convirtió en una caprichosa –Aleissa río sin evitarlo –y no me gusta cuando las cosas salen como tu no querías... significa que te consideraras ineficaz de hacer cosas sencillas, siempre ha sido así.

El azul chocó contra el gris, llenos de tristeza y desesperación, no había otra salida.

Aleissa no podía quedarse, la encerrarían y a su hermano igual, si escapaba, y capturaban a su hermano, ella podría ofrecerse y llegar a un trato.

Y luego estaba Milán Walker.

Aquel pelinegro de ojos azules que siempre formaba parte de sus buenos recuerdos, de aquellos que le servían para mantenerse en la tierra y no perder la cordura durante los meses de prisión. La única persona ajena a su familia que jamás entregaría... primero moriría.

Él era aquella Persona que aunque intentara convencerse de que no era necesario tenerlo a su lado, era imposible creerse su propia mentira, por ello, siempre había estado cerca de él. Le dio la oportunidad de irse... y no la tomo.

La única persona que había querido de manera romántica durante toda su vida, la única que se había quedado a pesar de dolor, sin tener obligaciones, y ahora... ella era la responsable de volver a romper su corazón de manera cruel y despiadada. Sin poder tener la oportunidad de regresarle todo lo que se merecía.

Yo no quería irme –murmuró la menor obteniendo confusión de su pareja –en el 2008, el baile de navidad, no quería irme, pero mama me obligo, y la siguiente semana, cada vez que te ignore, no fue adrede, pero ella amenazo con mandarme a un internado en escocia si no me alejaba de ti... la situación es idéntica... tampoco quiero irme Walker... pero no tengo opciones –las manos del mayor habían descendido hasta sus sonrosadas mejillas, producto del llanto de la rubia.

Jamás eh querido irme de tu lado, y tampoco tengo el derecho a llorar cuando yo eh llegado hasta aquí por mis acciones, todo tiene un precio, y enserio lamento que tu lo estes pagando conmigo de una manera tan dolorosa –limpio sus lagrimas para finalmente colocar sus manos sobre las de él, y alejarlas de su rostro –no lo mereces

Si vamos a hablar de merecer, tampoco merecía que la organización se metiera a mi vida, o que te trataran como te trataron, o que Alex perdiera todo de un momento a otro, nadie de este maldito circulo merece lo nos pasó, pero no podemos hacer nada con el mundo que nos tocó vivir, solo reaccionar. No te compadezcas de mi de esa manera –pidió –como si jamás hubiera tenido opciones

¿intentas.... Intentas decir que lo que hago esta bien? –

Intentó que te concentres en algo más que en tu corazón roto, las cosas ya están hechas no puedes remediarse... escucha, Black, no tengo ni la menor idea de tus planes, o lo por que haces lo que haces... admito que a veces es difícil seguirte el paso... el punto es que, aunque duele como el infierno, los sentimientos no pueden evitarse –

Tu discurso de motivación no me esta ayudando, ni un poquito –

No es de motivación, intento hacerte entender la situación desde mi punto de vista –

¿Cuál es ese? –

Uno donde, no te sientas culpable de tus sentimientos, o de las consecuencias de estos, uno en donde se pueda dividir perfectamente tus sentimientos, de tus deseos de venganza. Desde mi punto de vista, ambos somos igual de culpables de la situación, pero que seamos los responsables, no quiere decir que debamos de sentirnos mal por... sentir, ¿lo estas entendiendo? –

Eso creo –

Bien, eso es bueno –

Sus respiraciones chocaban, sus corazones latían con una intensidad dolorosa mientras el deseo de tocar los labios del contrario se intensificaban, y sin poder evitarlo ambos se besaron. No importo el sabor de las lágrimas de ambos, solo había desesperación y un ardiente deseo de permanecer juntos pese a la situación, un deseo que parecía ser imposible de cumplir.

Un beso mortal.

Las manos de ella permanecían en la chaqueta de cuero acercándolo tanto como fuera posible, y las manos del de ojos azules habían regresado a sus mejillas. Se separaron cuando el aire comenzó a ser necesario, sin alejarse del otro.

En la televisión, se pudo observar el reporte en tiempo real ganando la atención de ambos.

Un ataque al edificio administrativo de la FEDEM, a una cuadra del capitolio.

Ahora entiendo tu desesperación –

Es lo que es, un movimiento improvisado lleno de desesperación por llamar su atención hacia mi –

Ambos tomaron distancia.

Te encontrare –

¿para hacer que exactamente? –

Algo se me ocurrirá –