CAPITULO 10 (PARTE 2)

9 0 0
                                    


ENGAÑOS EN LAS SOMBRAS

Los escombros, y restos de agentes, solo eran una pequeña muestra de lo que los hermanos Kratos podían llegar a hacer en tan poco tiempo como distracción. Y a pesar de eso, la lista de víctimas solo crecía.

Luego de que las seis palabras salieran de los labios del pelinegro, el caos en el cuartel en Brasil no pareció disminuir, habían logrado contactarse con la central en D.C, y los noticieros alrededor de todo el mundo solo podían hablar del atentado en Brasil a un cuartel del FBI, logrando que incluso las embajadas tuvieran que intervenir, y que los supervisores encontraran una manera para salvarse a ellos a mismos.

En D.C, el teniente Rodríguez se permitía suspirar con alivio, luego de que las medidas preventivas de Roden surtieran efecto, y dejaran a la organización libre de toda culpa.

En Brasil, Meyer le había llamado a alguien con poder político en el buro, pero no al agente Thompson. El hombre de casi 60 años permanecía sentado en una esquina de la gran mesa mientras revisaba atentamente carpetas con información e imágenes sobre los sucesos de hace pocas horas.

El último piso de los cuarteles estaba excesivamente protegido, creando una duda en la mente de Dylan, estaba ahí para no escapar o... para ser sometido a un interrogatorio?

Aunque entendía completamente la desconfianza, alguien de la organización, en la escena del crimen, no era difícil sacar conclusiones propias.

Miró a su derecha, detrás de los paneles blindados el sol comenzaba a ascender, indicándole que había pasado un par de horas en aquella habitación.

Rayan permanecía sentado en una esquina al mismo tiempo que se comunicaba con los demás integrantes del equipo que permanecían bajo la espera de órdenes. En cambio la Rubia, tan solo mantenía su mirada en la pantalla de su computadora con contenido desconocido para todos, alejada de la mesa principal, y el teniente intentaba calmar a la prensa con ayuda del buro.

Imagino que esto es más importante de lo que parece para que se haya tomado la molestia de viajar tantos kilómetros, director –hablo el pelinegro cansado de perder el tiempo, el hombre levanto la mirada mientras la tensión era clara para todos

Tuve el honor de conocer a su padre, Capitán Dylan Roden... no se parecen en nada, el era menos altanero y un poco mas cuidadoso con las cosas que decía y como lo hacía –

Honestamente no le sirvió de mucho –murmuró con la mirada en sus manos –estamos aquí para discutir la situación –alzo la mirada con seriedad –el ataque hacia uno de sus cuarteles hace menos de doce horas con decenas de bajas, y lamento haberlo hecho viajar solo por dos nombres que pude enviar por mensaje, hoy en día los celulares son muy funcionales –

No señales de TEPT

Se repitió mientras se abstenía tronarse los dedos, o hacer algún movimiento imperativo, solo podía obligarse a tratar de estar relajado, y con la mente clara.

Pero ya que estamos aquí, no deberíamos de perder el tiempo en conversaciones banales –

El hombre asintió –casquillos y papeles... siempre hay política de por medio sin importar la situación... Agente Bell, Agente Meyer –

Ambos alzaron sus miradas al instante –salgan de aquí –ordenó sin mirarlos, la forense se fue a los segundos mientras el segundo observaba a su superior esperando una afirmación. Este asintió, y en solo unos segundos ellos eran los únicos en la habitación.

Aunque sea su superior, no debería de ser tan duro con su hija, aún son familia –murmuró el capitán cuando ya habían cerrado la puerta –puedo tomárselo a pecho

GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora