Ghost

CAPITULO 29

NUBES DE DESCONSUELO 

20 de febrero del 2016

El mundo al que pertenecían sin duda estaba lleno de improvistos, cuando había un nuevo ataque, en los llamados, las misiones, no era la primera vez que Bia estaba bajo tierra, pero si la primera vez que ella debía de ser la rescatada, el polvo ocasionaba irritación, y sus ojos pesaban a cada segundo. Las voces a la lejanía se volvían susurros y gritos al mismo tiempo, incapaz de poder comprender que tan cerca estaba. O lo que decían.

Nunca te ha gustado dormir con el ruido –se obligó a sonreír al comprender sus palabras, el pelinegro había hecho muchos intentos para despertarla, intento ocultar su preocupación cuando abrió los ojos.

A veces hay que aceptar lo que nos pueden ofrecer, capitán, no estoy en condiciones de exigir –

Yo creo que sí, eso nunca te ha detenido –la mayor río, el sonrió intentando no observar el panorama. El cómo la sangre había recorrido gran parte del suelo, de las heridas, de como los rescatistas intentaban cortar la varilla con cuidado –¿verdad, Bia?

Verdad, capitán –la primera lagrima cayo

GHOST

Las sombras siempre habían sido utilizadas para huir, pero en ese momento, la única certeza que poseía la mujer era que todo el mundo la buscaba en secreto, cada organización intentaba ubicarla, pero no eran los únicos, encendió el teléfono desechable.

Dime, Mike, ¿esta hecho? –

Las transacciones se dieron por finalizadas, y los grilletes fueron abiertos, está listo, señorita Black –

Bien, espero verte pronto, tu liquidación está en el lugar que acordamos –colgó, tiro el celular al cesto de basura a su lado, en las pantallas, el ataque a los edificios de la organización seguían siendo tendencia, después de todo solo habían transcurrido siete horas.

Para Aleissa era igual que estar es una burbuja, ajena a lo que sucedía a su alrededor, estaba segura que la melancolía había alcanzado a todos los integrantes de la organización, al igual que las muertes, pero no se habían detenido, seguían buscándola, y ella no planeaba actuar de manera arriesgada hasta que ellos reaccionaran, después de todo, ya no tenía enemigos que sabotearan sus planes además de Dylan, se había vuelto una partida de uno contra uno. La última partida.

Subió a uno de sus autos, su mirada quedo en el reflejo por un instante, el cabello ahora blanco cenizo y completamente lacio apenas rozaba sus hombros, su ropa de colores neutros le hacía pasar de ser percibida, a pesar de que probablemente decenas de topes le estuvieran esperando para evitar salir del país, ella solo se encondería en un lugar lo suficientemente seguro y cerca para tener todo a su alrededor.

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La ambulancia se movía con una rapidez alarmante para intentar salvar al paciente, Bia Scoviano. El pulso decencia al igual que la sangre.

Bia –

Lo lamento, Dylan –quitó la mascarilla de oxígeno –en serio lo siento

No deberías de hablar ahora, y no tienes nada para disculparte –

No... no me disculpo, te estoy dando el pésame –

No vas a morir hoy –negó al instante el pelinegro a su lado –

No tienes el poder de la vida y la muerte, ojos verdes, sé que... sé que te importo pero, aun sigo viva, y... el asombroso capitán Roden nunca llora, ¿cierto? –las primeras lagrimas comenzaron a descender sobre las mejillas de la mujer –lamento tu perdida... y lamento no poder ayudarte a superarla y yo... lamento que no me podras llorar por que no tendre un funeral  –