Eri no recuerda nada de sus verdaderos padres, la poca información que recuerda es que su madre le abandono y su padre falleció por culpa de su don.
Lastimosamente no ha tenido una familia como desearía tener, pero Eri descubrirá algo que realmente...
Nota: no me se el nombre del abuelo de Eri, así que inventé uno. . . ~💜~
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≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪ Capitulo 12
♪Perfect♪
Iniciamos... ≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪
— ¿A dónde vas? — cuestionó una voz escalofriante a las espaldas de T/N quien tenía tan solo dieciocho años de edad.
— Iré a dar una vuelta — trago en seco sin dar la vuelta para dirigirle la mirada.
— ¿Acaso no piensas verme?
Tensa giro como pudo y vio a su hermano frente a ella, un albino de poco centímetros más alto que ella, con el cabello largo hasta los hombros y una sombría faceta, bastante intimidante.
— Solo iré a dar una vuelta con mis amigas Tomura, no estoy mintiendo.
Intento tranquilizar a su hermano, era realmente controlador y posesivo, sin dejarle tener libertad. Acaricio su brazo izquierdo, el cual ocultaba varios moretones debajo de la tela de su ropa, vivir en aquel lugar no era agradable.
— No irás — decidió.
— Pero-
— Pero nada no irás T/N, no puedes convivir con otras personas, entiéndelo de una vez, es peligroso, todos allá fuera son malos, solo se quieren aprovechar de ti, allí nadie es tu amigo.
Cómo siempre las palabras de su hermano la lastiman, provocando una gran inseguridad en T/N quien comenzaba a tener mucho más miedo del exterior.
No discutió más con su hermano, simplemente volvió a su habitación y una vez cerrado las puertas estallo en un ataque de rabia, golpeando y tirando todas las cosas. Odiaba su hospedaje en el hogar de un villano. Teniendo constantes pesadillas, siendo acechada por la culpa de ver a tanto inocentes entrar y no volverlos a ver salir, sin hacer nada, solo encerrada en su alcoba llorando del miedo.
Se mantuvo escondida en el rincón más oscuro de su habitación (que de por sí ya era bastante oscura) mientras lloraba apretando sus lastimados nudillos con moretones.
Paso bastante tiempo cuando la puerta fue abierta por Tomura quien entró rápidamente dirigiéndose hasta ella, tomándola del brazo para así levantarla del suelo y encararla. Le tenía miedo a su hermano, y aún en la actualidad sigue teniendo mucho miedo, sabía claramente que si la sujetaba era porque se aproximaba alguna amenaza, y si no cumple sería desintegrada.
— En buena hora, podrás salir de aquí T/N — Exclamo su contrario con una aterradora sonrisa en el rostro con sus ojos color sangre clavados en los suyos.
— ¿Qué? — Intentaba procesar la información y el extraño cambio de comportamiento.
— ¿Recuerdas haber pasado la mayor parte de tu infancia en el hogar de los Yakuza? Pues volverás allí, All For One te tiene una misión.
