Eri no recuerda nada de sus verdaderos padres, la poca información que recuerda es que su madre le abandono y su padre falleció por culpa de su don.
Lastimosamente no ha tenido una familia como desearía tener, pero Eri descubrirá algo que realmente...
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≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪ Capítulo 6
♪The scientis♪
Iniciamos... ≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪
Llegó la fecha, el día que Eri había estado esperando con ansias, un día que probablemente sea incluso más especial que su cumpleaños, porque ese día vería a su madre. Tendría ese emotivo encuentro para el que tanto se preparó. Ya esta lista, ya se arregló, también preparo un bolso con sus pertenencias y paso toda la noche pensando en ello y ahora podría enfrentarlo sin temores, o eso esperaba.
Eri no fue la única que no durmió al estarse preparando mentalmente, T/N también tuvo una larga noche de desvelo en la que medito una y otra vez. No sé sentía lista para asumir sus responsabilidades como madre, porque sabía lo cobarde que era, que no merecía un perdón pero abandonar a su hija y nunca pedir ayuda, por querer afrontar las cosas sola y fallar en el intento, por qué lo único que logró fue arrepentirse de sus actos.
Pero la oportunidad se presentó, su hija fue quien entro en su vida nuevamente como el día que se enteró de su embarazo, cambiando por completo su vida, y está vez lo haría de nuevo. Porqué este es un gran don que Eri posee, puede cambiar para mejor la vida de las personas a su alrededor, ella es especial, y no lo dudará.
Piensa una y otra vez en las palabras adecuadas, se encuentra conduciendo rumbo al punto de encuentro, en dónde Eri y Aizawa esperan.
— te irá bien... Espero — se alentaba así misma dentro del auto, todavía no llegaba, pero sentía que en cualquier momento daría vuelta y decepcionaría de nuevo a su hija.
— tienes que ser valiente, por tu hija, no puedes fallarle de nuevo — se llenó de determinación y siguió el trayecto.
Llegó. Aún desde su auto pudo ver al héroe y la infante, ambos estaban sentados con las miradas perdidas en diferentes lugares, ambos sumergidos en sus pensamientos.
Bajo del auto y con pasos temblorosos se acercó, su caminata era idéntica a la primera vez que uso tacones para asistir a una fiesta, estaba nerviosa y aterrada por la idea de caer y quedar en ridículo.
Estaba a tan solo tres pasos de ellos, unos pocos centímetros cerca de Eri, de la pequeña Eri quien le miraba con sus grandes ojos rojos llenos de sorpresa.
El corazón se le aceleró, tan rápido que sentía que se podría salir de su lugar, sudaba frío, y su labio temblaba. No sabía que hacer o decir, y Eri estaba igual.
La infante se levantó y dio un paso, T/N dio el siguiente, ahora estaban más cerca, con esa cercanía podía apreciar la belleza de su hija, quien ahora ya no era ese pequeño bebé que tenía en brazos hace ocho años.
