«Navidad, qué desperdicio.»

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// Monstruos. Narrado en segunda persona, historia feliz:D //





¿Navidad? Él no comprendía por qué la celebridad, era algo estúpido y tonto desperdiciar tu tiempo y más que todo tu dinero hacia un monstruo que posiblemente gastó menos que tú en el regalo que te daría. Qué desperdicio.



Y él estaba bien así, veía como los demás se divertían en esas épocas “navideñas”, tocando campanas, haciendo muñecos y peleas de nieve, entre otros.

Claro, él tenía amigos, muchos a decir verdad, pero no le interesaba pasarla con ellos. Algunos decían que la navidad era para pasarla con tu familia y pareja. Tenía a su hermano Papyrus pero siempre en estas festividades se iba a otro lugar y ya le daba igual lo que hiciera.

Através de su ventana veía como las demás familias brindaban y mostraban alegres sonrisas, y eran hermosas sonrisas sinceras, que representaban la unión y la fortaleza que en ellos había, se notaba lo mucho que se querían aquellas familias.

Y cada siguiente día que salía de su casa después de navidad le preguntaban, “¿qué tal la pasaste en navidad? ¿te divertiste? ¿qué tal estuvo?” Pero él se quedaba callado todas las veces.


No fue hasta que aquel día ese monstruo apareció y rápidamente se hicieron amigos un 29 de diciembre.
Y la verdad, se divertían mucho, se peleaban de broma, se golpeaban con cariño y sobre todo, se querían tanto que darían la vida por el otro.
En mayo la pasaron genial, puesto que fue el cumpleaños de Papyrus, su hermano y ellos habían bailado muy bien que envidiaba esos pasos.

Octubre, Halloween se hizo presente para atormentar y ver niños disfrazados diciendo: “¿Dulce o truco?” en el exterior, pero aquí era muy diferente; Hallowen era una fecha muy importante para honrar a nuestros seres queridos que habían muerto en la batalla con los humanos.




>Diciembre<

Fue un mes que había esperado con ansias el amigo de aquel tipo “anti-social”.
“¿Para qué te emocionas?” preguntaba “Es una fecha para dar regalos con poco valor.”

“¡Es navidad!” se escuchaba decir.

“Navidad, qué desperdicio.” respondía siempre.

Pero ese nuevo amigo le explicó todo sobre la navidad, que no sólo era de darse regalos sin suma importancia o darle regalos al monstruo que te gusta para llamarle la atención. Era un día en el que todos compartían sus experiencias y travesías a lo largo de los años, brindaban por estar juntos nuevamente y se regalaban cosas que uno siempre anheló tener o simplemente dados con amor y cariño. Y lo que siempre debería permanecer en esos tiempos, era la unión de tus amados, era lo más importante ahí y te podías sentir feliz de verdad.

Él le creyó. Y esperó ese 24 de diciembre para celebrarlo con él, ¿por qué? porque aquel chico prometió estar a su lado en Navidad, no tenía amigos así que aprovechó en estar con él en este tiempo.



Una semana antes de ese momento, habían fortalecido mucho su amistad, y al parecer se veía como el sujeto se veía también algo ansioso por la Navidad, acto que me sorprendió.

24 de diciembre.
Tomados de la mano viéndose el uno al otro con una gorrita alusivo a la festividad cercana y una vez que marcaron las 12 de la medianoche, se dieron un fuerte abrazo, dando paso a la pirotecnia que parecía que no iba a tener final.

El menor lo llevó hacia el patio y lo hizo construir un muñeco de navidad, cosa que no salió perfecta pero lo intentó y de verdad se veían muy contentos, una sonrisa brillante se reflejaba en ese tipo que alguna vez se vió que jamás cambiaría su actitud.


Y yo sabía que él era un sujeto muy difícil de hacer cambiar de opinión, pero ese monstruo, ese monstruo con tan buen y bondadoso corazón lo llevó hacia el camino de la felicidad, le hizo ver el verdadero significado de la navidad y que no sólo era compartir regalos. Supo que también haberlo pasado con él ese 25 de diciembre fue lo mejor; lleno de risas, charlas, bromas, hecho que jamás creyó pasar, pero así fue. Él estaba agradecido de tenerlo y haberlo encontrado, que por fin una Navidad no se sentía solo, que tenía a alguien de quien apoyarse, de quien confiar, de quien querer.

Y el comentario de: “Navidad, qué desperdicio” jamás lo volví a oír. Porque él por fin comprendió su significado y lo entendió aún más cuando el chico le dijo que tanto en familia como amigos la podían pasar genial, que se podían divertir más de lo que pasó ahora. Y que el regalo de aquel chico alto fue verle una sonrisa resplandeciente a su acompañante, uno que hacía saltar de emoción su corazón y decirle mil veces: “Gracias” por mostrarle la importancia de este tiempo Navideño.

Y era muy cierto, Cross amaba a Nightmare. Y apreciaba a cada instante de habérselo topado, quizás fue cosa del destino, pero en verdad agradece ese momento, porque a no ser de él, Cross quizás ya estuviera escribiendo cartas de despedida solamente a su hermano.

Y yo no iba a detener su camino, porque él es feliz, ellos son felices. Expresiones que siempre admiraré de él. Porque él alguna vez fue mi todo y yo alguna vez fuí suyo. Pero ahora sé, que solo fuí un triste pasado que pudo superar y que ahora tenía una vida por construir con el ser que verdaderamente amaba con toda su vida.





—— Atte: Epic.

#15 || ❌Cortos CrossMare/NightCross🌑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora