Brawl Stars Academy [BS]

Cap. 56

(Capítulo dedicado a... Luixito-21)

Poco estaba horrorizado. Emz estaba peor. Su tío estaba tan serio, tan sombrío, daba terror.

— Pensé en que quedamos en no más problemas, Emz —dijo crujiendo sus dientes Mortis.

— Tío Mortis, Poco y yo...

— ¿No están saliendo? —Mortis sacó su teléfono— ¿y qué son estas fotos en redes sociales?

— ¡¿Desde cuándo tienes un teléfono actual?!

— Desde que te volviste una niña rebelde sin qué hacer. Y tú... —amenazó a Poco con una pala que traía— te regresaré a la tumba de la que saliste.

— ¡Ya basta! ¡Soy mayor de edad! ¡No puedes decirme con quién salir y con quién no! —gritó Emz.

— ¡Es suficiente, Emz! —también gritó Mortis— ¡estás castigada por el resto de tu vida inmortal!

— ¡Ya no puedes castigarme! —Mortis la tomó de la oreja y la arrastró por todo el camino— ¡ay! ¡Suéltame!

Poco solo podía observar sin poder hacer nada. Entonces, vio el celular que compró con Emz. Corrió a un teléfono público para llamar a uno de sus alumnos que quizá entendiera las redes sociales. Terminó por recordar que Colt le dio su número después de la graduación. Marcó el número y Colt no tardó en contestar.

— ¿Hola? —dijeron en la otra línea, pero no era Colt, sino Shelly quien hablaba.

— Hola, Shelly. Am... ¿Está Colt? Habla el profesor Poco.

— ¡Oh! ¡Es usted, profesor! Lo siento, contesté porque pensé que Colt me engañaba con alguien más, el número me pareció extraño.

— Es un número... —Poco suspiró, no le daba tiempo de explicar— no importa, mira, necesito hablar con Colt o está bien que sea contigo. ¿Tú sabes usar redes sociales?

— Eh... Sí, como cualquier persona normal...

— ¡Bien! Necesito que nos encontremos, dile a Colt que venga también, necesito saber utilizarlas de inmediato. ¿Conoces la heladería de Lou? Ahí nos vemos.

— Muy bien... ¿A qué hora?

— Ahora mismo —y colgó.

Más tarde veremos eso. Mejor vamos directo a la cita del Primo y Rosa. El profesor de Educación Física se aseguraró de llegar justo a tiempo. El Primo compró flores por consejo de Belle, ya que Rosa no tardó en contárselo en cuanto sucedió y Belle lo llamó. Quiso hacerlo especial, que todo se tranquilizara entre ellos, que volvieran a la normalidad... ¿Quién sabe? Quizá más tarde sería el inicio de algo más que una amistad.

Fue al restaurante cercano del lado derecho a la escuela en que trabajaban. No vio a Rosa ahí, por lo que supuso que había llegado antes.

Se sentó, pidió agua y esperó.

Cinco minutos. No había nadie, bueno, tenía que ser paciente.

Quince minutos. Nadie aún. Quizá había llegado muy temprano.

Veinte minutos se pasaron volando.

Veinticinco...

Treinta...

Treinta y cinco...

(...)

Hora y media, ya estaba claro. El Primo no pudo estar más decepcionado que ese día. Tomó las flores y suspiró rendido.