|CAPÍTULO TREINTA Y UNO: THEODORO DE LUCA.|

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THEODORO DE LUCA

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THEODORO DE LUCA.


La castaña habla animadamente con una de las enfermera que la reconoció y ambas se despiden con un abrazo, me percato de la mirada que le da a infraestructura y sonríe con algo de pesar, veo como trata de borrar esa mirada y me sonríe abiertamente.


Ella es muy valiente.


Demasiado.


Se necesita mucho valor para contarme todo sobre su pasado, una persona que fue dependiente del alcohol no va por ahí contando sobre tu vida, ni mucho menos se abre abiertamente con alguien al que no cree importante, bueno, es una opinión personal y realmente eso hace que mi corazón se conmueva ante ella, no solo por su historia, sino como ha ido superando todo.

Sé que es una batalla a lo que me estoy enfrentando, ser alcohólico no es algo que se cura por ir a rehabilitación y no tomar alcohol, ese es un vicio y como cualquier vicio, las personas pueden caer de nuevo.

Incluso, si algo así llegará a pasar, quiero estar al lado de ella, eso lo confirmo cada vez más.

Porque realmente ella es importante para mí, y sé que yo soy importante para ella, por tal motivo, también quiero contarle mí pasado, aunque no es algo tan significativo como el de ella, merece saberlo y ser consciente de que tan serio voy con ella.


Ella me encanta.


Me encanta más que dormir y levantarme tarde.


—¿A un no has salido corriendo? — su mal chiste hace que ruede los ojos, me levanto de la banca y le extiendo mi mano, con duda la toma y me sonríe.

—¿Tu fin de contarme todo fue hacerme alejar de ti? ¿Crees que eso puede funcionar?

—Bueno... no he sido una perita en dulce

—Ni lo serás.

—¡Theo! — pega un pequeño puño en mi brazo y me rio.

—Lo que quiero decir es: gracias, gracias por confiar en mí. No te juzgo Darla, todos tenemos un pasado, todos hemos hechos cosas que nos enorgullecieron, que odiamos, que quisiéramos que no hubiese pasado, pero, la misma palabra lo indica, y es algo que ya paso.

—Gracias— tímida se acerca a mí y me abraza, recarga su cabeza en mi hombro y la tomo más a mi lado.


Me encanta más que comer pan con la mano.


Me gusta la loca.

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