Capítulo 22 (Regalo de cumpleaños.)

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Narra Joseph:

No podíamos creer con Mason lo que estábamos viendo, ver como Hanna tomaba a esa chica, que Mason me había dicho que se llamaba Camila, Hanna se acercaba a ella la tocaba, por poco se la comía. Y cuando empezó a bailarle, mis celos se notaban, hasta que sentí como alguien nos estaba mirando.

Volteé y vi a una chica la cual se empezó a acercar a Hanna y le dijo algo al oído.

—¿Quién es ella?

—Mía

—Nos vio, Mía nos vio.

—¿En serio?

—Lo juro.

—Mierda, hazte el tonto y no mires.

Miramos para otro lado por unos segundos y Mason dio señal de que podíamos ver.

—Se están yendo—dije

—Vamos.—Nos paramos para poder ir tras ellas.

Caminamos hasta el auto de Hanna la cual vimos como subía a su amiga la cual poco a poco se quedaba dormida. Cerró la puerta y con Mason nos escondimos tras unas columnas.

—Ahora son invisibles?—Mierda, nos había descubierto

—Mi sueño de niño era serlo, cuenta?—dijo Mason.

—No, en serio me siguieron?—preguntó, estaba decepcionada.

—Me parece que sí—Dijo el chico

—Tu no hablas?—se dirigió a mi.

—Y...yo no sé qué decir—dije totalmente nervioso

—El no tiene la culpa, yo lo traje—Defendió Mason

—Bien, voy a llevar a Cam a su casa, acompáñenme espías.

—Con gusto—Dijo Mason

Caminamos hasta los autos. Fuimos a la casa de Camila y luego unas calles antes de llegar a la casa de Hanna en un semáforo rojo, Hanna bajó su ventanilla y le dijo a Mason:

—Te juego una, a que pierdes...—Desafió

—No puedo tengo compañía—Se dirigió a mi.

—No te acobardes, eres un perdedor—Provocó

—¿De qué hablan?

—Abrocha fuerte tu cinturón y espero te guste la velocidad.—Dijo

—3... 2... 1...—Gritó Hanna y arrancaron los dos

—Son carreritas entre hermanos, el perdedor limpia la casa por 2 meses—Dijo mientras acelera.

Hanna iba primera por unos pocos centímetros. Llegamos a la casa y al final terminó ganando Hanna.

—Mierda—dijo Mason.

Estacionaron los autos y nos bajamos.

—Eres un completo perdedor.

—Tu practicas más, eso es injusto.—Entramos a la casa.

—Has comida, perdedor—bromeó

—Tonta—fue a la cocina.

—Ven quiero hablar contigo—Me tomo de la mano y subimos a su habitación.

Ella trabo la puerta y se sentó en su baño para sacar su maquillaje.

—Sabes, cuando te vi con esa chica, bailando, te puedo decir que sentí...

—¿Celos?

—Exacto...

La vida es una...//Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora