Había pasado un mes pero el frío seguía. Gloria refregaba con fuerza los bancos de suplentes sintiendo que sus manos se estaban congelando. Ese no era su trabajo, tenía que hacerlo la gente que se encargaba de las canchas pero la verdad, no tenía dónde quejarse. Todos los días en la AFA había gente distinta, mejor dicho hombres distintos, que iban y venían, se peleaban unos con otros, y la ignoraban. De todos esos solo uno le caía bien y era Scaloni. Era el unico que cuando la veia la saludaba y hacía algun comentario tonto, obvio sobre el clima. Ella quería preguntarle muchas cosas, la primera si él tendría tiempo de ver a su hermano Felipe, y la segunda, cuándo podría conocer a Messi.
Terminó de limpiar todo y entró adentro para seguir con las oficinas. Siempre golpeaba antes de entrar porque una vez entró en una y se encontró a cuatro tipos a punto de agarrarse a trompadas y la echaron afuera. Ese era su trabajo, ver un montón de tipos locos peleando y pocos tipos locos jugando a la pelota.
Golpeó en una y escuchó que podía pasar. Se sintió aliviada al ver que allí estaba Scaloni, detrás de un escritorio hablando por teléfono, pero él le hizo señas para que pasara. Gloria se negó pero él dejó la conversación y le habló.
-No te preocupes Gloria, limpiá tranquila que no me molestás.
Ella no sabía cuándo él dejó de tratarla de "usted" y llamarla "señora" para pasar a tutearla y llamarla por el nombre.
Empezó a limpiar unos estantes con archivos, con cuidado de no tirar nada, mientras escuchaba que Scaloni cada vez se enojaba más con la persona con la que estaba hablando por teléfono.
-Te dije que quiero a Pablito en mi equipo, no los que vos me digas. Si, ya sé. Pero él tiene que estar, es el mejor. No, no me importa eso. Bueno, ¡no es mi culpa que Gallardo te haya dicho que no! Mirá, soy el único que quiso agarrar este quilombo, si querés me voy y se quedan sin DT otra vez y la gente los va a matar.
Cortó la llamada y tiró el teléfono sobre el escritorio.
-Este país se va a la mierda.
-Lo mismo digo -pensó Gloria.
-Perdón Gloria por esto, te dije que pasaras a limpiar pero no me imaginé que iba tener que aguantar que otra vez me critiquen.
-No se preocupe señor, se ve que todo sigue tenso por acá.
-Si, horrible. Si fuera por mí ya estaría en Pujato manejando un tractor pero bué, no me puedo abrir ahora.
Gloria solo asintió, comenzó a limpiar los vidrios.
El teléfono del DT sonó y él solo bufó.
-Y ahora mi mujer...
-Me retiro, señor -dijo Gloria.
-No, no, quedate, no voy a atender.
Eso le llamó la atención, pero no dijo nada, siguió con los vidrios. De reojo vio que Scaloni leía en su computadora. Le hizo un poco de gracia ver que, concentrado, se parecía a los cuadros de San Martín.
-Gloria.
-¿Si, señor?
-Ay no me digas así, decime Lionel. Y no me trates de usted.
-Bueno, Lionel.
-¿Qué opinión tenés de Alexis Mac Allister?
-¿¿¿De quién???
Para su sorpresa, Scaloni soltó una carcajada.
-No tengo a nadie para consultar sobre nada, tengo que decidir yo solo. ¿Vos no sabés nada de futbol, no?
-Señor, digo Lionel, lo más cerca que he estado del fútbol es trabajando acá, y tampoco tanto porque no veo nunca a nadie jugando. Mi hermano a veces habla con los amigos o mira en la tele pero yo no entiendo nada, no tengo tiempo tampoco.
-¿Y tu hermano qué hace?
-Nada. Bah, va a la escuela, a veces. Y juega a la pelota.
-Ah, es chiquito entonces. ¿No está en ningún club?
Gloria pensó en el club del barrio, donde Felipe fue un gran goleador, hasta que lo echaron. Ella quería conseguirle una oportunidad a su hermano pero la verdad era que el comportamiento del chico no ayudaba mucho. Optó por no decir nada de eso.
-Bueno...jugó un tiempo en un club pero después no fue más, tuvo algunos...problemas. Y a otro club no va porque quedan lejos y no podemos gastar tanto en colectivo. Y la única bici que teníamos se la robaron.
Scaloni frunció el ceño, volvió a su computadora, negando con la cabeza. Parecía que no iba a decir nada más así que Gloria volvió a terminar de limpiar los vidrios, aunque no podía dejar de pensar en lo que había sucedido. Había tenido la oportunidad de pedir algo. Ella nunca pedía nada, pero ahí tuvo la oportunidad de pedir y no la aprovechó.
Limpió con más fuerza, hasta que se dio vuelta y tomó aire.
-¿Le puedo pedir algo?
Scaloni dejó de mirar la computadora y la miró a ella. No parecía molesto por la interrupción, pero sí curioso.
-Claro, Gloria.
Tomó aire otra vez y bajó los ojos.
-Lo que pasa es que mi hermano...Él es bueno. Yo no sé nada, pero todo el mundo lo dice. Es muy bueno. Y quisiera una oportunidad. Alguien que lo vea y lo ayude. En el club una vez lo llevaron a probarse a River, quedó pero no teníamos plata para que fuera hasta allá todos los días, y en la pensión no había lugar. Él se enojó mucho.
-Lo entiendo, es muy triste eso.
Gloria levantó los ojos, Scaloni la miraba más interesado ahora.
-Yo quisiera que alguien de acá lo vea y le busque lugar en algún otro club. Él estaría re feliz.
-Bueno, traelo.
-¿Eh?
-Traelo mañana. Ah no, mañana hay clases, no puede faltar a la escuela, eso no me gusta.
-Pasado mañana dicen que hay paro docente.
-Listo, traelo pasado mañana y lo veo.
-Pero usted está muy ocupado.
-Si, pero no importa, me hago un lugar -Scaloni agarró el celular, otra vez estaba sonando, y se puso de pie-. Y no me trates de usted.
Se fue sonriendo y Gloria dio un saltito de alegría. Agarró su celular y le mandó un mensaje a su hermano:
"Pedí prestados los botines, pasado mañana te prueban en la AFA"
Perdón no tengo ni pppperra idea de cómo es el predio de la AFA acá todo sale de mi imaginación
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Amor y Gloria
RomanceGloria, una chica muy trabajadora, consigue un puesto como empleada de limpieza en la AFA y allí conoce al nuevo DT de la Selección, Lionel Scaloni.