Atención gente bella hoy tenemos capitulo doble así que fíjense que cuando termina este, hay otro. Cuando vean esto // significa que empieza una parte media COMPLICADA (estoy perseguida con que me leen menores Y QUIZÁS alumnas mías) así que si sos menor salteá, no me hagas enojar y ponerte un 1.
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Hacía frío.
En la radio anunciaban el pico de temperatura en la ola de calor, con 42.3 grados a las cinco de la tarde. El sol estaba empecinado en calcinar todo a su paso, y ni las moscas volaban por el sofoco.
Pero ella tenía frío.
Apoyada en el marco de la puerta, miraba la cocina vacía y semi oscura por las cortinas nuevas y azules que compró. El ventilador se esforzaba en resistir los embates de diciembre y, salvo por su ruidito y la radio que quería venderle promociones por Navidad, todo era silencio.
Felipe había salido con sus amigos, estaban todos en la pileta de una quinta, y si bien a ella le preocupaba que se hiciera daño tampoco podía mantenerlo encerrado en pleno verano. Se quedó sola todo ese viernes, mirando dormir al gato, escuchando los interminables audios de Yesi en los que le contaba que todavía no se animaba a decirle a Marcos lo que estaba pasando, más que nada porque él estaba teniendo problemas con su ex y su hijito, y su madre y sus hermanas, y su trabajo, y un montón de excusas que Yésica buscaba para no hablar.
Nunca pensó en su amiga como alguien cobarde, porque Yesi era caradura y valiente y no le importaba nada, pero ahí estaba rogándole a ella, Gloria, la que no sabía nada de la vida, por algún consejo.
Y ella no sabía qué decirle, y pensaba y pensaba, y miraba el celular y rogaba por una mínima señal de vida que Lionel no daba.
No quería insistir, no quería llegar a los niveles exasperantes que manejaba Yesi porque su amiga al menos tenía la justificación de algo muy importante que le sucedía y que la llenaba de hormonas incontrolables, pero...
-¡La puta madre, ¿tanto te cuesta mandar un mensaje de mierda?!
Parecía que sí, que enviar un mensaje desde España hasta Ezeiza era más complicado que en la época de Colón, pero tenía que calmarse, calmarse y sacarse ese frío que sentía por dentro, que la helaba pese a que las chapas de su techo crujían de calor.
No tenía que ser intensa, porque Lionel se había quedado hablando con ella hasta tarde en la noche anterior, y le contó la infinidad de problemas con los que se encontró ni bien pisó Europa: los chicos que vivían en otra casa y la madre que nunca le avisó, uno de los abogados que enfermó y puso a otro sin consultarle y que no sabía ni dónde estaba parado, y algo más, algo que a ella le sonó a lamento.
Elisa tenía una nueva pareja. Y para Gloria, que lo escuchó desde miles de kilómetros de distancia, aquello no sonó como una buena noticia. Le pareció que Lionel no estaba contento de que su ex consiguiera a otra persona y que, hablando en criollo, le dejara de romper los huevos. A ella le pareció que él no estaba feliz, peor, que estaba celoso.
Y en todo ese día no dijo nada ni contestó a su mensaje de buenos días, y ella se repetía que era porque estaba ocupado, con sus hijos. Era lo lógico, lo que ella aceptó que venía con él, y tenía que aprender de una vez por todas a no hacerse la cabeza con situaciones que no estaban pasando en absoluto.
Pero su mente insistía en gritarle, sobre todo cuando la luz se cortó y el ventilador y la radio dejaron de sonar y sólo hubo más silencio.
-No te va a dejar, no va a volver con ella, no va a desaparecer, no está celoso de Elisa. Y los nenes te quieren conocer, y no va a ser un desastre, basta Gloria.
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Amor y Gloria
RomanceGloria, una chica muy trabajadora, consigue un puesto como empleada de limpieza en la AFA y allí conoce al nuevo DT de la Selección, Lionel Scaloni.