01.

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El guardameta de la selección mexicana daba vueltas por todo lo que era su casa, tratando de evitar a su tan insistente cría.

–Que no, Diego.–
Memo se detiene para ver a su hijo fijamente, se estaba cansando de tanta insistencia.

–Andale apa', te juro que me portare bien y no te daré nadita de problemas, pero llevame contigo a Qatar–
Insiste nuevamente, era un viaje que no se podía perder.

–Te juro que si cometes una sola cosa allá, te mando a un internado de monjas.–
Amenaza el mayor, dándole una mirada que para el fue desafiante y que en cambio a Diego le causo gracia.

-

–¡Hijo de tu pinche madre, Diego! ¿Donde chingados te metiste?–
A tan solo unos minutos de comenzar el partido más esperado del mundial, Memo da vueltas por los vestuarios en busca de Diego.

El menor era algo inquieto por no decir que mucho, por ello se negaba tanto a llevárselo a Qatar y ahora se arrepentía de caer en su sucia mentira.
Guillermo le tenía mucha paciencia, pero en esta ocasión quería encontrarlo para meterle la cagada de su vida.

Diego por su parte se distrajo viendo a los jugadores de otra selección pasar, imaginándose el momento en el que seria él quien jugara un mundial. Por su mente jamás paso que se había alejado de los vestuarios de la sección Mexicana, mucho menos recordó que su padre le castigaría por irse lejos.

Se abrió paso entre la multitud, con su estatura le era realmente fácil, no imaginaria que terminó chocandose con el enemigo en este partido.

–¡Ay jesus, maria y jose!–
Diego grito al ver a uno de los jugadores argentinos girarse, juraría que se le bajo la presión.

–Che pibe, ¿que hacés acá?–
La voz del hombre resuena en sus oídos, diego estaba a nada de terminar desmayado.


Por hoy lo dejare acá, quise unirme al mame y no se ni como me quedo xd.

Deserted | Mechoa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora