32.

794 135 129
                                    

18 de diciembre había llegado, la fecha mas esperada por los fanáticos del fútbol y los jugadores de este mismo, había sido un trayecto duro y agotador, pero por fin luego de largos días estaban en la final, a punto de ver quien resulta campeón del mundo entre los dos finalistas.

La selección albiceleste no podía sentirse con más emoción y nervios que ese día, habían pasado por unos años tan duros que tras muchas perdidas se merecían llevarse la tercera.
Scaloni se encargaba de alentarlos, les daba buenos consejos y los felicitaba por llegar hasta ahí, por luchar sin rendirse jamas, estaba orgulloso del magnifico trabajo que habían hecho.

Hubo correcciones de unos últimos detalles y luego de un momento rápido los acomodó para que salieran al campo a dar la cara, a destrozar a los franceses y a pelear por su tercer y merecida copa.
Sin embargo, Lionel se escabulló unos segundos antes y corriendo entre una multitud de gente entre las bambalinas, encontró a Guillermo con su hijo a punto de dirigirse a los balcones del estadio para presenciar el partido.

-¿Lionel? No mames, ¿que haces aquí? Tienes que salir en nada.

–No podía entrar al campo sin mi beso de buena suerte, che.

El mexicano no pudo evitar reír ante su pedido, pero sin queja alguna besó su frente y luego sus labios, encargandose de darle ánimos para que fuera a luchar a ese campo.

-Ten buena suerte, Lio.

Lionel sonrió satisfecho y a punto de darse la vuelta miró a Diego, que lo que observaba con una sonrisa que jamas había visto.

-Ten mucha suerte en el juego, papá.. Es hora de llevarse la tercera.

Finalmente su corazón se derritió, no necesitaba esa misera copa luego de obtener el mayor premio en la vida, ser llamado papá por primera vez valía mas que nada en el mundo.

–Prometo no decepcionarlos.. Los amo.

Y se alejó rápidamente, pues a lo lejos divisó a un alterado Scaloni buscándolo, y antes de verlo sufrir un paro cardiaco por su repentina desaparición prefirió correr lo mas rápido que podía hasta el vestuario de su selección.
Evitándose las miles de preguntas por su parte se escabulló nuevamente a la fila ya lista, miró a todos sus compañeros y con una sonrisa les deseó suerte a todos.

Habían sido unos meses duros de preparación, las últimas semanas incluso fueron aun mas duras, sin embargo por fin estaban ahí, a nada de llevarse la copa a casa, la alegría no les podía faltar en absoluto ese día, pues luego de una tormenta siempre sale el sol.

[...]

Del otro lado, Guillermo ya había llegado al balcón del estadio con su hijo y Saúl, a excepción de Andrés que no les acompañaba por la mera razón de que Sergio lo invitó a pasar el partido juntos y este aceptó.

¿Debía ponerse celoso? Quizás si, después de todo estaba "perdiendo" a su mejor amigo por culpa del argentino coqueto, sin embargo estaba feliz por él, verle alegre llenaba su corazón.
Sentía que últimamente las cosas eran más fáciles para todos, él había arreglado sus cosas con Lionel, Andrés se daba una oportunidad con Kun e incluso Diego, su hijo, su bebé, su todo estaba enamorándose del adolescente de los argentinos; Solo faltaba Saúl encontrar el amor en ese viaje.

Al entrar los sorprenden con unos cómodos sillones para disfrutar el partido, servicio exclusivo de comida y bebidas y un par de asistentes. Diego es el primero en acercarse a la pequeña barrera para ver hacia el campo, Saúl lo sigue después y Guillermo se sienta en un sofá para ordenar algo de beber.

Quizás eran los nervios del momento lo que lo tenían tan sediento, pero se sentía con esa necesidad de beber algo a cada rato; No era su partido, no estaba jugando por la copa, pero el cargaba con los nervios de Lionel y prefería que así fuera, pues lograría ver como daba el mejor partido de su carrera sin que se sintiera de esa forma.

El partido empezó tras unos minutos después de que la gente terminara de acomodarse por todo el estadio, Guillermo se acercó hasta sus acompañantes y se colocó entre ellos para ver con atención.

Dio inicio bien, los argentinos fueron los primeros en tomar ventaja y todo les aseguraba la victoria ese día, sin embargo tras acercarse al final, Francia les marca dos goles en cuestión de minutos, el explicar como fue la reacción de Diego y los aficionados de parte de argentina sería bastante larga.

Luego de sentirse mas relajados, Guillermo se alejó de ellos y caminó hasta la barra de bebidas para pedir algo para los tres, sin embargo mientras esperaba una mano tocó su hombro.

–¿Eh?

Confundido giró su cabeza y tras ver de quien se trataba se quedó estático por unos segundos.
¿Cristiano? ¿Que hacía ahí? Tenía el conocimiento de que unos días atrás había salido de Qatar, pero a simple vista ya parecían ser solo rumores ya que en efecto, el portugués estaba frente a él tocando su hombro.

-¿Tienes tiempo de hablar un momento?

Desconocía el motivo por el cual quisiera hablar, pero su curiosidad por saber era mas grande que todo lo demás y terminó aceptando, siguiéndole hasta unos metros lejos del balcón en el que estaban él y sus dos acompañantes.

Sin decir nada se detuvo a la par que él y lo miró esperando alguna respuesta o iniciativa de hablar, Cristiano pareció notarlo y cruzando sus brazos carraspeo su garganta un poco.

-No debería ser yo quien te diga esto, pero en verdad ya no puedo seguir siendo parte de esta farsa.

Guillermo alzó una de sus cejas y se recargó en una de las paredes, ¿de que hablaba? ¿que farsa?

-Se que suena muy extraño, pues no nos conocemos tu yo.. Sin embargo, tienes que saberlo.

Asintió y tragó saliva, comenzaba a ponerse nervioso sin saber de que se trataba, solo esperaba que no fuera algo demasiado grave como para que el mismísimo Cristiano le buscara.

-Lionel te ha estado engañando todo este tiempo, bueno.. Mas bien desde hace dieciséis años.

¿Qué? No, Lionel no era así.
Comenzaba a sentirse demasiado incómodo y desconfiado del otro hombre.

-Se que no me creerás, pero así es, Guillermo.. Lionel te engañó cuando ustedes dos eran novios, te engañó conmigo.

El mundo comenzó a darle vueltas, tanto así que incluso metió sus manos al estar recargado en la pared, ahora entendía el porque por un tiempo Lionel estuvo tan distanciado.

-El estuvo con ambos durante su noviazgo.. Y quedó embarazado, de Diego.. Guillermo, el te abandono con un bebé mío.

Lo perdió, perdió el equilibrio.
Guillermo cayó al suelo sin poder analizar bien la situación, ¿Diego no era suyo? ¿estuvo criando a un hijo que no era suyo? No, no podía ser así.

–Mientes, eso no puede ser.. No te creo.

Cristiano soltó una pequeña carcajada y negó varias veces, mientras que a su vez le ayudaba a levantarse del suelo.
No sentía remordimiento alguno para ser honestos.

-Tengo pruebas, Guillermo, y te aseguro que si le preguntas a él no te lo negara.

El mexicano tragó saliva y asintió con desconfianza, su corazón, todo le dolía. Había vivido en una farsa tanto tiempo y fue tan estúpido de no darse cuenta, sin embargo no se arrepentía de criar a Diego, finalmente era suyo siendo o no su padre biológico.

–¿Qué pruebas?

Cristiano rebuscó en su gabardina y unos segundos después le extendió un sobre viejo.

-Lionel la hizo antes de abandonarte, nunca la abrió por miedo.. Pero yo si lo hice cuando la encontré.

Guillermo tomó el sobre con sus manos temblorosas y cuidadosamente lo abrió, tenía tanto miedo de leerlo y de confirmar aquella dolorosa confesión.

El portugués le dio su espacio, así que volviendo a la pared extendió el papel y se puso a leer con determinación.

«El sujeto Guillermo Ochoa tiene un 0.00003% de compatibilidad con el recién nacido.»

Su mundo terminó de derrumbarse y mientras el se desmoronaba a pedazos, Lionel se convertía en campeón de la final del mundial.

«Físicamente estoy vivo,
pero por dentro he muerto.»


 

Deserted | Mechoa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora