"-Lo siento, Guille. Un hijo en este momento me cagaría la vida."
Fueron las ultimas palabras de Lionel antes de dejar a un recién nacido en los brazos de su ex pareja.
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quise unirme a esto.
Tras estar por un rato mirándose al espejo es que se decidió por volver a la habitación, convencido de que debía afrontar su miedo de una vez por todas y no portarse como un idiota con Andrés luego de aquello que había sucedido.
Dejando ir un suspiro se lavó el rostro, lo talló por varios segundos y luego de sentirse lo suficientemente listo, abandonó el baño. Lo primero que vio fue el cuerpo de su mejor amigo al descubierto, moviéndose como si buscara algo sobre la cama.
–Ya ya, estoy aquí..
Tomó asiento en un extremo del colchón y con sus manos temblorosas le tocó el cabello ligeramente rizado, siendo aquella acción la que lograría relajarlo para que volviera a descansar tranquilamente. Guillermo conocía a su mejor amigo tan bien que sabía que este no había tenido contacto sexual con nadie en largos meses, así que por lógica y según lo que recordaba, lo que sentiría Andres al despertarse no sería una leve fiebre.
Tras unos minutos y a pesar de querer mantenerse despierto, el sueño lo estaba consumiendo, era de madrugada, el alcohol estaba bajando y el cansancio que sentía era mas grande de lo que pensaba, por lo que de un momento a otro terminó cayendo rendido a lado de su mejor amigo y ahora "amante".
Por otro lado, en la casa de Javier todo era un completo silencio, a excepción de la habitación perteneciente a Diego que desde hacia varias horas no se despegaba de la pantalla de su laptop. Normalmente no se desvelaba, su padre se encargó de inculcarle una buena rutina de sueño, pero este día, valía la pena romper las reglas.
–Cállate ya wey.. Voy a despertar a mi tío y me va a chingar.
-¿Desde cuando vos me decís que hacer, bobo?
Sus ojos se pusieron en blanco y soltando una risa miró al joven detrás de la otra pantalla, Julián lucia malditamente perfecto aún si también estaba desvelado y con ojeras debajo de sus ojos.
–Desde que mi jefe no me deja hablarte porque tiene miedo de que le chismees todo a Lionel.
El argentino frunció el ceño y dejó caer su cabeza sobre su almohada, olvidaba el porque tenían que hablarse a escondidas y odiaba tanto eso, el no era la clase de persona que el señor Ochoa creía y le molestaba no poder ir a ver a su Diego.
-Tu viejo tiene que confiar en mi.. Es injusto no poder ir a verte.
Diego no respondió nada y miró en su lugar al tejado de su habitación, debía haber algo que pudiera hacer para poder reencontrarse al argentino sin que su padre interfiriera.
–¡Tengo una idea, Juli!
El mencionado levantó su cabeza y miró a la pantalla esperanzado, no esperaba una gran idea del chico pero tendría fé en el.
–Mi tío Andres ira a México en unos dias por unos pedos que tiene, puedo ir con él con la excusa de visitar a mi abuela y así nos vemos.
Julian pensó unos segundos la idea y no terminó de parecerle tan mala, podia acordar con Scaloni un viaje a México bajo el chantaje de unas merecidas vacaciones.
-Che, por fin pensás algo no tan malo.
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Caminó en desesperación por el salón de su hogar, pensando en lo que haría al respecto con ese gran problema, recordaba tan bien la última vez que había cargado con una vida en su vientre y no había salido bien, entonces..
¿Qué le decía que ahora si?
Aquel bebé no se merecía llegar al mundo en un ambiente disfuncional, así como tampoco lo merecía Diego en aquel entonces, ¿pero que podía hacer ya? Nada más que hundirse en la misera y odiarse todos los días por ello. Mas encima, ahora tenía que planear cuanto antes una cita con un medico que no fuera después con la prensa, ocultar su embarazo al mundo y sobre todo, ocultárselo a sus dos mejores amigos.
En su frustración se dejó caer en su sofá, mirando una y otra vez la prueba como si esta fuera a inesperadamente cambiar de resultado, Lionel estaba tan abrumado que la idea de esconderse de todos en un país en el que nadie pensaría al buscarle comenzaba a sonar muy bien.
Su mirada bajó hasta su vientre aún plano y con delicadeza comenzó a acariciarlo, una y otra vez mientras se contenía las lágrimas.
–Perdoná a papá, ¿querés? Perdonalo por ser tan pelotudo..
Sus ojos se cerraron, le dolía bastante tener que hacerlo pero comprendía que sería lo mejor para todos, sobre todo para ese embrión que crecía lentamente.
-¿Hablas solo ahora?
La voz de Neymar resonó detrás suyo, sorprendiéndose de la manera en la que entró en su hogar sin ser escuchado por él, sin embargo, esa no era su mayor preocupación, sino que era lo que había llegado a escuchar.
-¿Y quien quieres que perdone a quién?
Tragó saliva, definitivamente estar en presencia de Neymar lo ponía nervioso, mas aún cuando el tipo era tan chismoso que observaba todo a detalle.
–Ney.. Vos no escuchaste nada, debes estar imaginando, que se yo.
El brasileño lo miró desconfiado, buscando en aquel lugar una minima razón por la que él argentino actuará así de extraño, y luego de segundos de búsqueda es que lo encontró, lo encontró justamente en sus manos.
-¡Eh! ¿Es una prueba de embarazo?
Lionel abrió sus ojos y lo miró con temor, no podía creerse como pudo haber sido tan idiota como para olvidar que esa maldita cosa seguía en su mano y no en el cesto de basura para eliminar pruebas.
–No, ¿que decís pelotudo? Deja de alucinar, ¿queres?
Neymar se acercó mas a el y sin que el argentino lo esperara le arrebató la prueba de las manos, viendola minuciosamente mientras trataba de comprender el resultado.
-Já entendi, ¡eu serei tio!
Negó, rápidamente negó a las palabras de su amigo, ¿ahora como le sacaría la idea de su embarazo de la cabeza? O más bien, ¿cómo haría que Neymar guardara ese secreto?
–¡No, vos no serás tío! Cerra la boca.
No le gustaba gritarle en lo absoluto, pero aquella situación lo ameritaba si o si. Además, las nauseas y el dolor de cuerpo no lo ayudaban en lo absoluto a mantenerse tranquilo.
-Estas alterado lo entiendo, pero es una noticia increíble.. ¡Pido ser el padrino!
Lionel lo miró irritado, si así era Neymar con la noticia, no se imaginaba cuál sería la de Kun al enterarse y no siendo el primero, seguramente querría mantarlo.
–Que no Ney.. No serás padrino de nadie.
-Eh, ¿y por que no? Sería el mejor, lo llevaría de compras, lo mimaria y sobre todo, lo cuidaría del papi gruñón.
El argentino suspiró, odiaba tener que romper las ilusiones de su mejor amigo pero no le quedaba de otra más que esa por mas cruel que fuera.
–No, Ney no, vos no lo serás.
-Ah, ya entendí, Agüero lo será.
Llevó una mano a su pecho y actuó ofendido, el podría ser mejor padrino que Kun.
