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La noche anterior había resultado caótica para Agüero, quien tras muchos intentos de querer dormir al pequeño benjamín terminó siendo él quién cayó primero, y para variar de madrugada. Por lo mismo es que deseó con todo su ser poder dormir hasta la hora que fuera, pues la persona que le ayudaba con su pequeño solía llegar temprano y lo distraería.

Sin embargo, su deseo no se cumplió y a penas el sol salió en Miami las manos de su pequeño hijo no tardaron en tocar su rostro, y con tocar se refería a: picar sus ojos, apretar su nariz y jugar con sus labios, todo con el propósito de despertar a su querido padre.

Lo consiguió y aunque Sergio renegó molesto por tener que despertar, terminó cayendo en los sucios y malvados planes del niño, que para su buena suerte lucía demasiado cansado, y como no, si durante la madrugada de despertaba una y otra vez.

–Sos peor que Ney cuando no ha comido, Benja.

El menor le respondió con una pequeña risa y el mayor lo envolvió en un fuerte abrazo, atacandole a besos todo el rostro. Unos segundos después sus pequeñas manitas lo detuvieron y robando su atención con un leve puchero comprendió rápido lo que deseaba.

Dejó a Benjamín sobre su cama y lo arropó con sus cobijas, levantándose de la cama para salir de su habitación e ir a la cocina de su hogar. Estando ahí se encargó de preparar un poco de leche caliente para su hijo, que si bien era un poco mayor para tomarla antes de dormir y en un vaso entrenador, solía fuincionarle a la hora de recostarlo.

Volvió lo más rápido que pudo a su habitación y con una sonrisa le entregó la leche al pequeño, recostandose a su lado mientras acariciaba lentamente su cabello en busca de relajarle y conseguir su cometido, dormirlo.

–Descansá.. En cuánto tomés energía, llamamos al tío Leo.

Benjamín asintió y cerró sus ojitos tras escucharle, Agüero suspiró luego de verle hacerlo. Ahora con tantísima paz en casa no tenía la menor idea de que hacer, el sueño se le había esfumado y por alguna razón ni siquiera tenía el hambre suficiente para moverse de la cama, quizás se esperaría a que uno de sus empleados comenzará a preparar el desayuno.

Encendió la tv por unos minutos y es en ese mismo instante en que uno de sus pendientes vuelve a su cabeza, iluminandole la mente por una milésima de segundo.

–¿dónde cajaro lo dejé? Tremendo gil estás hecho.

Se autoregañó, buscando en sus sábanas delicadamente su celular, que podía adivinar fue obra de su hijo que estuviera desaparecido, sin embargo, pensó mal y pronto lo encontró debajo de su almohada, recordando que lo había escondido la noche anterior del niño.

Sin pensarselo dos veces ingresó en sus mensajes, entrando concretamente al último que había recibido por parte de Andrés Guardado no hacía muchos días; tomó valor y suspirando es que se dedicó a escribir un mensaje corto.

-"No se si vos pensás que
tengo todo el tiempo del
mundo, pero necesito
urgentemente hablar
con Ochoa o con
vos, me cansé de
recibir un "dame más
tiempo, Sergio". Entendé ya
que es urgente, Andrés."-√√

Dejó por un lado su celular y se resignó a esperar una respuesta, había sido paciente con Guardado todas las veces que sus mensajes e intenciones de acordar una salida habían sido aplazadas con excusas estúpidas, era momento de que las cosas se supieran tal y como eran, no buscaba que todo volviera a la normalidad, pero si que su mejor amigo fuera visto de manera distinta a "hijo de puta".

Finalmente luego de unos minutos estando juntos, Andrés se levantó de la cama en total silenció y se dirigió al baño, mirando a Guillermo antes de entrar a este

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Finalmente luego de unos minutos estando juntos, Andrés se levantó de la cama en total silenció y se dirigió al baño, mirando a Guillermo antes de entrar a este.

-Lo siento Memo, solo olvida lo que dije porfavor..

El mencionado alzó la mirada para verle y solo le sonrió, diciéndole que todo estaba bien sin la necesidad de decir una sola palabra. Andrés suspiró y entró finalmente en el baño para tomar una ducha.

Tras verlo entrar, Guillermo se levantó rápido de la cama y comenzó a ordenar el desastre que se había ocasionado durante la noche, recogió toda la ropa que había por el suelo y la dejó sobre una pequeña mesita de noche, después acomodó bien la cama y para finalizar ordenó servicio a la habitación; Saúl e Hirving debían seguir durmiendo aún, así que durante la espera de ellos podían ir comiendo.

Finalmente se tumbó sobre la cama, siendo un sonido quien lo sacó de su mente, alzó su cabeza un poco y miró el celular de Andrés con varios mensajes. Llamó su atención uno de ellos bajo el nombre de Sergio Agüero, se había jurado asimismo no buscar a esas personas, pero en ese momento algo no le pareció normal.

Al acercarse a leerlo se quedó perplejo, ¿Por qué ese tipo quería hablar con ellos? ¿Que deseaba más bien? Guillermo se alejo rápido y solo cubrió su rostro con una de las almohadas que sostenían su cabeza.

Olvidar a Lionel estaba siendo más difícil de lo que había pensado.

Andrés salió del baño luego de unos minutos con una toalla rodeando su cintura, caminó a la mesa y tomó su ropa visitiendose rápido para no incomodar mucho al guardameta. El rizado lo miró de reojo y se sentó sobre la cama mientras estiraba sus brazos.

–Pedi algo de desayunar, abre si llegan.

El otro dió un asentimiento y Guillermo se levantó de inmediato, metiéndose en el baño para tomar una ducha, una que aprovecharía para aclarar todos sus pensamientos a fondo.

Andres suspiró tras verle entrar, tomando su celular para revisar algunos mensajes viejos y ver si de casualidad sus otros dos amigos habían despertado, sin embargo se topo con que aún no sucedía eso, pero por otro lado, en casa de Javier las cosas estaban bastante movidas, charló un poco con el mencionado y después de terminar, se encontró con el mensaje de Agüero.

-¿Qué chingados?

Leyéndolo es que cayó en cuenta de la cantidad de veces que aplazó verse con el argentino, la mayoría simplemente siendo excusas baratas y las demás siempre tratándose de trabajo, quizás si fue algo grosero al no acceder.
Sin embargo, muy adentro suyo algo le decía que ir a encontrarse con él sería perder definitivamente a Guillermo, que solo reforzaría más la relación de su mejor amigo con el tipo aquel, y no quería hacerlo por mas egoista que fuera.

Lo analizó unos largos minutos y finalmente se resignó a saber que nunca sería tan importante como el argentino lo era para su mejor amigo, así que luego de suspirar y tomar mucho valor, comenzó a escribir.

-"Lamento hacerte
esperar mucho,
dime cuándo puedes y
hago espacio en mi
agenda para
encontrarnos en
algún punto medio de
Miami y LA."- √√

Y con el corazón roto en la mano, envío finalmente el mensaje al chico. Odiaba tanto no ser suficiente para ser amado. Estando a nada de llorar, la puerta se escuchó y con el ánimo de saber que se trataba de comida se levantó rápido de la cama.

Fue grande su sorpresa que al abrir se toparia con sus dos amigos y no con el servicio a habitación, por un momento maldiciendoles internamente.

-El servicio a tu habitación está detrás nuestro, ¿Podemos comer con ustedes?

Andrés suspiró y asintió, dejandoles entrar a la habitación sin otra opción más.
















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Me gustaría hacer una actividad con ustedes, así que si tienen algunas dudas respecto a la historia pueden hacer preguntas y las responderé. 🦆

Deserted | Mechoa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora