50.

568 91 36
                                    

Tener que haber visto como Lionel era sedado por los médicos, fue definitivamente lo peor que Neymar tuvo que vivir, y no siendo solo una vez, si no tres días contínuos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tener que haber visto como Lionel era sedado por los médicos, fue definitivamente lo peor que Neymar tuvo que vivir, y no siendo solo una vez, si no tres días contínuos.

Terminó tan cansado de eso que prefirió sacarlo del hospital para llevárselo a casa a cuidarlo desde ahí, ni el club, ni nada iba a poder impedirselo.

-¿No pensas hablarme?

Le habló y él argentino le dedicó una mirada sombría, una que a diario desde aquel día le daba, y Neymar no tenía de otra que aceptarla y hacer como que nada pasaba.

–Vos mataste a mi bebé.

Y de nuevo aquella frase de siempre, una apuñalada más al pecho por parte de su mejor amigo, a quien no pensaba culpar de nada y solo lo justificaba sabiendo que era su dolor quien hablaba por él.

-No, no lo hice, Leo.

Su mirada volvió al frente y continúo su camino hasta la casa del argentino en París, pensaba empacar un par de maletas y llevárselo con el a casa un tiempo, al menos hasta que Sergio se enterará y quisiera matarlo.

–Debiste haberme dejado morir a mi.

El llanto volvía y el brasileño no podía hacer nada por detenerlo, ni siquiera tomar su mano antes de que esté la apartará y se hiciera bola en el vehículo.

-Entende que no se podía, no se podía salvar al bebé y no pensaba dejarte morir a vos.

Repitió lo de siempre y prefirió no volver a dirigirle la palabra al chico, no por grosero, si no porque era lo mejor para mantenerlo tranquilo y no necesitar de sedantes o drogas que lo mantuvieran ido.

Finalmente Neymar detuvo su auto en la cochera del argentino y se apresuró a ir por cosas de su mejor amigo, desde ropa hasta papeles importantes, como también la caja que este escondía en el fondo de un armario. Todo lo guardo, todo lo que era necesario se lo llevó con él.

Sin embargo, cuando estuvo por subir todo al coche, Lionel lo detuvo en la puerta y se negó a irse de su casa, haciendo que devolviera todo a su sitio y aceptará quedarse él apresar de no querer verlo.

-Te haré un té para que te relajes, y mientras lo bebes, yo llamaré a Sergio.

Era el momento de decírselo, porque de esperar más tiempo seguramente terminaría enterándose por otro sitio y queriendo matarlo.

–Como sea.

El argentino no tuvo más que aceptar e irse a su habitación para esperarlo.

Neymar lo miró hasta que desapareció entre las escaleras y después caminó a la cocina para prepararle el té que le había dicho, colocó un poco de agua a calentar y mientras esperaba llamó a Sergio aprovechando que era buena hora para ambos.

El timbre sonó unos cuantos segundos y luego de esperar pacientemente, fue atendido, Neymar carraspeó la garganta y se preparó para decirle todo al argentino, quien lo más probable era que reaccionará exaltado, cosa que entendía a la perfección porque el se pondría igual.

Deserted | Mechoa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora