006.

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—Momento de historias —Aonung miró a los presentes con una leve sonrisa.

El cielo pintaba anaranjado, anunciando que la oscuridad total proporcionada por el eclipse se avecinaba.

Hace algunos años los hijos de Tonowari utilizaban la oscuridad del eclipse para ir a ese mismo lugar con su abuelo, quién les contaba historias de la aldea y unos cuantos relatos que los menores catalogaban como historias de terror.

Neteyam se encontraba a lado de Le'ah, quitando las escamas que tenían aquellos peces.

Cuando Neteyam terminaba con un pez, se lo entregaba a ella, quién se encargaba de abrirlo para que pueda ser cocido con más facilidad, murmurando un agradecimiento a Eywa por la comida que les había proporcionando.

Estaban en una especie de círculo y el fuego se encontraba frente a ellos. A lado de Le'ah se encontraba su hermana, quién tenía de lado a Lo'ak.

A su lado contrario, Neteyam era acompañado de Tuk y Kiri, la menor observando con interés como su hermano realizaba aquella labor.

Rotxo estaba a lado de Lo'ak y Aonung se encontraba frente ellos.

—El abuelo siempre tenía buenas historias —Tsireya se dirigió a los presentes con algo de nostalgia.

Le'ah sonrió leve, aún con su mirada concentrada en sus acciones, sentía levemente el sentimiento de nostalgia al recordar a su abuelo y sus historias.

—Su forma de contarlas era algo fascinante —Rotxo continúo, observando como los presentes le ponían atención—, tenía la facilidad de hacerte vivir sus historias.

Le'ah finalmente levantó su rostro entregándole el último pescado a su hermana, quién con Lo'ak se iban a encargar de ponerlos al fuego.

—Que no se quemen —murmuró divertida, ya que su hermana siempre se despistaba cuando contaban historias.

Tsireya negó con una sonrisa para empezar a engancharlos en los palos que habían conseguido.

—Le'ah —Aonung llamó a su hermana quién volteó su mirada a el—, ¿cuál historia debería empezar?

Ella apoyó su mano en su mejilla, recordando la cantidad de historias que su abuelo en su tiempo de vida les había relatado.

El cielo se hacía cada vez más oscuro, lo que hizo que a su mente llegara aquella típica historia.

—El abuelo comentó una vez sobre aquel animal en las profundidades de las aguas —tomó una pequeña rama para avivar el fuego frente ella—, ¿recuerdas? venía de mano con su accidente.

Aonung chasqueó sus dedos, sonriéndole.

—¿Un monstruo marino? —Tuk se aferró a Neteyam, quién la abrazó.

—¿Que tan tenebrosa es la historia? —este le murmuró a su compañera, dirigiendo su mirada a ella.

—Nada fuera de lo común —ella lo volteó a mirar con una sonrisa—, en las aguas del Metkayina siempre hay animales feroces, pero al abuelo le gustaba exagerar con ello —finalmente lanzó aquella rama al fuego, el cuál empezó a chispear levemente.

Aonung aplaudió, obteniendo la atención de los presentes.

—Hace algún tiempo, el hermano espiritual de nuestro abuelo fue atacado ferozmente, causando su muerte —Aonung se levantó de su lugar.

Le'ah, Tsireya y Rotxo tuvieron un leve deja vú, ya que el antiguo Olo'eyktan del Metkayina siempre optaba esa postura al contar historias.

—El nos comentaba que en una de sus salidas encontró aquella desgarradora escena, no hecha por las personas del cielo, no por otro Tulkum, si no por algo más —hizo énfasis en las dos últimas palabras, agravando su tono de voz.

Aloha Oe - Neteyam Sully (Avatar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora