012.

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Desde aquel día, Neteyam citaba a Le'ah a la Caleta de los Ancestros.

Ambos se escapaban cada noche para ir a ese lugar, dónde la paz reinaba y Eywa era testiga del amor tan puro e inexperto de aquellos jóvenes.

Las cosas se habían complicado con Ronal, estando Neteyam enterado de esto solo le podía brindar abrazos a su pareja, susurrándole palabras de apoyo hasta que ella caía dormida.

Porque solo podía dormir si estaba él, su ciclo de sueño se había visto alterado por su madre y sus constantes reclamos hacia la joven pareja.

En cierto modo, Neteyam se sentía feliz al poder pasar tiempo con ella, cada noche, sin embargo el porqué de eso lo atormentaba.

No sabía que hacer, no sabía cómo actuar, se sentía tan impotente ante eso, si hablaba con Ronal era muy probable que Le'ah termine en una situación aún más compleja de la que estaba, y no quería eso.

Solo le quedaba abrazarla cada noche de luna, brindándole calor para que ella no pasara el frío.

—Entonces fue donde papá se sintió vivo nuevamente —Neteyam narraba aquella historia en un susurro, acariciando la espalda de ella—, aunque según él los caballos no eran lo suyo, volar en su ikran era algo para lo que había nacido.

Bajó su mirada para notar como el rostro de ella era tranquilo, al igual que su respiración.

Sonrió enternecido, ella era quien siempre caía rendida primero, aunque ambos tuvieran un día pesado, Neteyam se sentía halagado al saber que Le'ah se sentía tan protegida con él que solo era cuestión de minutos para que cayera dormida en sus brazos.

El dormía después de asegurarse que ella lo estaba haciendo, y antes del amanecer ambos se despertaban para regresar a la aldea y continuar con su rutina.

Se aferró a ella con cuidado, como si fuera algo realmente frágil, tal como las alas de las libélulas, tenía miedo de que ella desapareciera de su vida.

Aveces la sentía tan ajena a él, y algo dentro suyo se preguntaba si realmente había tenido la fortuna de ser escogido por ella.

Ya que si las cosas fueran distintas, después de aquel incidente con su compromiso, fácilmente ella podría haberlo alejado de su vida.

Aunque en ese momento realmente no quería que sus pensamientos tomaran más poder que la realidad, solo cerró sus ojos, disfrutando de el calor que emanaba el cuerpo de ella, su lenta respiración la cual chocaba en su pecho y el sonido de la fauna a su alrededor.

Aunque en ese momento realmente no quería que sus pensamientos tomaran más poder que la realidad, solo cerró sus ojos, disfrutando de el calor que emanaba el cuerpo de ella, su lenta respiración la cual chocaba en su pecho y el sonido de la fauna ...

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Neteyam caminaba en círculos, moviendo sus brazos y manteniendo una sonrisa en su rostro.

—Prometo ser un buen Olo'eyktan, dirigir al pueblo con cariño, buscando lo mejor para el mismo.

Le'ah se encontraba sentada, observando cada expresión de él.

—No muevas tanto tus manos, ya que ese día estarás estático en un lugar —aconsejó.

Aloha Oe - Neteyam Sully (Avatar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora