Aloha Oe - Neteyam Sully (Avatar)

009.

Le'ah estaba con Kiri, ambas sentadas en aquel muelle, sus piernas cruzadas y su vista en el atardecer que se estaba efectuando.

Disfrutaba de la compañía de los Sully, y viceversa, así que estos momentos eran muchos de los cuales Le'ah guardaba en su corazón.

—El compromiso de Neteyam nos impactó a toda la familia —Kiri miró de reojo a su compañera, Le'ah imitó la acción—, aún así el no se mira arrepentido, todo lo contrario, mi familia lo ha notado más feliz, tengo que agradecerte.

Ella solo asintió lentamente, dando un parpadeo lento.

—Soy yo quién debo agradecerle a él —ella ubicó sus manos en sus piernas, bajando su mirada con una pequeña sonrisa—, Neteyam ha hecho algo muy significativo para mí, y realmente no se como debería compensarlo.

Kiri observó a su compañera, notando su expresión.

—Solo sigue siendo tu, eso lo hace feliz —la mayor de los Sully se levantó—, eso y hazle saber lo que en realidad sientes.

—Claro, muchas gracias Kiri —Le'ah imitó la acción—, en verdad te debo mucho, a toda su familia.

Esta se acercó, ambas se encontraban de frente.

—Debo ir al árbol de los espíritus para llegar al anochecer, ¿gustas acompañarme? —Le'ah volvió a retomar su palabra.

Kiri demostró emoción en sus ojos, sin embargo se negó.

La primogénita cambió su expresión a una de culpabilidad.

—Lo siento, no recordaba —murmuró, bajando sus orejas.

—No te preocupes —a pesar de lo sucedido, Kiri mantenía una expresión serena y tranquila—, además debo ayudar a mamá.

—Claro —colocó una mano en su hombro—, espero verte después.

Kiri asintió y ambas tomaron su camino.

Ya en el agua, Le'ah llamó a uno de los ilu, sonriendo cuando uno de ellos correspondió a su llamado, llegando rápidamente y contestándole con aparente felicidad.

Estableció su vínculo notando como el ilu se estremecía leve ante eso y así finalmente pudo empezar su viaje.

Disfrutando de la sensación del agua en su cuerpo, el tiempo fue relativamente corto, ya que no cayó en cuenta el momento en el que ya estaba atravesando el pequeño arco de la Caleta de los Ancestros.

Dejó al ilu libre, este dándole un pequeño rugido antes de sumergirse y perderse en la inmensa masa de agua azulada.

—Lamento mucho no haber venido aquí antes —encima del árbol, Le'ah se dirigió a la gran madre, Eywa—, sobrellevar lo de Payakam fue algo difícil, sin embargo ahora puedo decir que estoy tranquila ante eso, ya que él ha encontrado a alguien más, y me pone feliz.

Respiró profundo para sumergirse y llegar al árbol, el cual estaba radiante como siempre.

Tomó con cuidado una de las ramificaciones de este, para finalmente establecer vínculo.

La sensación de calma y tranquilidad la invadieron, era Eywa, haciéndole saber que siempre estaba ahí, con ella, en todos los lugares.

Recordó las veces de su niñez desde el exilio de aquel Tulkum, como cada día estaba en el árbol de los espíritus, hablándole a la madre Eywa, suplicándole que Payakam se encuentre bien, ya que era una cría que había perdido a su madre.

La impotencia de no poder hacer nada la invadía en aquellos tiempos, pues solo era una niña bajo las órdenes de los líderes, sus padres. Solo tenía que agachar su cabeza y obedecer, ya que los líderes siempre tenían más conocimiento, y ella era una na'vi empezando a vivir.