Aloha Oe - Neteyam Sully (Avatar)

011.

Las estrellas brillaban más que las otras veces, el pueblo aún seguía en fiesta.

—Prueba estos —Le'ah le extendió un tazón de los muchos que habían—, son realmente deliciosos.

Neteyam llevó una porción de lo que ella le había entregado.

—Si, sabe delicioso —le sonrió, notando como ella le devolvía aquella sonrisa—, me encanta mucho la comida de aquí, es tan... diferente —mencionó con emoción en sus ojos.

Ella solo pudo agrandar más su sonrisa, regresando aquel tazón a su lugar.

Su mirada se posó en su pueblo, bailaban y cantaban alegres al rededor de aquella fogata, tanto sus hermanos como los de Neteyam se encontraban bailando.

Tsireya daba vueltas con Lo'ak, ambos con una sonrisa feliz.

Kiri se encontraba saltando con Tuk, la menor sonreía divertida.

Aonung y Rotxo se encontraban tocando algunos instrumentos con emoción.

El mar no se quedaba atrás, la bioluminiscencia de la flora y de los Tulkun resaltaban de una forma magestuosa, algunos de aquellos animales saltaban dando una vuelta fuera del mar, demostrando su felicidad al estár en el pueblo.

—¡Vamos hermano! —Tuk llegó a tomar los brazos de Neteyam, invitándolo a salir.

Este se levantó al ver la emoción de su hermana en sus ojos, su otra mano libre se la extendió a Le'ah.

—¿Bailas?

Ella lo pensó un poco, el pueblo solía tener fiestas cada cierto número de ecplises, sin embargo ella no solía estar presente por sus obligaciones.

El ahora estar entre su pueblo la hacía feliz, se sentía acogida por ellos y esa sensación de felicidad le animaba y le daba fuerzas para tomar con orgullo y cariño su futuro cargo.

Además de que en aquella travesía tenía un buen compañero, ambos recorrerían aquel camino juntos.

Dejando eso de lado, se negó sutilmente a la propuesta de Neteyam.

—No bailo hace algún tiempo —explicó—, siento que podría pisarte los pies.

Él rió, tomándola del brazo y tirando su cuerpo al suyo.

—No pasará, lo prometo.

Tuk tomó la mano libre de Le'ah, jalándola junto a su hermano al lugar donde se encontraba antes.

Ella fue recibida por Tsireya, quién le susurró algo a Lo'ak para finalmente soltarlo y tomar a su hermana.

—Vamos, estos tiempos son para celebrar —Tsireya empezó a dar pequeños saltos con lentas vueltas.

Le'ah trataba de imitar aquella acción de su hermana, con una pequeña sonrisa en su rostro.

De vez en cuando buscaba inconciente a Neteyam con su mirada, notando como se divertía con sus hermanos, que al parecer lo obligaban a bailar con ellos.

Eso también la hacía feliz.

Sentía que su vida estaba mejorando, tomando un camino que la hacía feliz tanto a ella como a su pueblo, a sus padres.

Y eso era lo que importaba. Había aprendido de Neteyam a sobreponer su felicidad aunque suene egoísta, ya que si ella no estaba bien, nadie más lo estaría.

Lo'ak llegó al lado de ellas, mostrando una gran sonrisa la cual dejaba a vista sus colmillos.

—Le'ah, necesito hablar contigo.