Sabía que no iba a terminar bien. Algo me decía que no era buena idea pero lo ignoré.
Digo, ¿qué puede salir mal en un partido de soccer? Además, aunque estuvieran en equipos diferentes, se supone que en esta dimensión Sunghoon y Sunoo se llevan bien, pero supongo que puede pasar todo tipo de accidentes si no pones bien atención.
-¿Te duele mucho?-le pregunté.
-No tanto-el chico sonrió.
Estábamos sentados en la enfermería esperando a que la enfermera llegara.
¿A dónde se iba siempre?
Cada vez que venía nunca estaba en su oficina. Para bueno fuera algo urgente, se le muere el paciente.
¿Y cómo terminamos aquí? Pues...
El juego comenzó. La pelea estaba reñida, casi terminaba el receso y ninguno de los dos equipos había logrado meter un solo gol. Ambos equipos eran lo suficientemente hábiles y tenaces para suponer un buen oponente para el otro.
-De mí no pasa el balón-susurré para mi misma, decidida a ganar. Seguramente fue aquella confianza en mis reflejos y habilidades la que me llevó a evitar que la pelota pasara si quiera al área de ma portería.
Había detenido cada tiro, con el pie, la rodilla, el pecho e incluso la cabeza. Desde pequeña siempre había sido atlética. Papá solía alardear de como yo había aprendido a caminar mucho antes que cualquier otro miembro de la familia o cómo cada vez que habían actividades deportivas regresaba con una medalla colgando del cuello. Pero aquella destreza física era una ventaja y a la vez una desventaja ya que cuando la escuela realizaba estas actividades siempre me anotaban en todos los equipos como jugadora de inicio y aunque no quisiera tenía que participar porque cuando menos me daba cuenta ya me habían anotado y sino no obtenía puntos en Educación Física. Cuando llegaba a casa solo iba a tirarme a mi cama a descansar porque me dolía todo el cuerpo como si me hubiera aplastado un camión. No es nada fácil estar todo el día de un lado para otro derramando hasta la última gota de sudor y el último porcentaje de stamina que me queda para seguir respirando.
Al crecer me di cuenta de que algunos de mis compañeros solo se estaban aprovechando de mis capacidades físicas por lo que aprendí a decir que no. Antes me preocupaba que me fueran a rechazar por negarme a participar cuando no quería hacerlo, mis dudas e inseguridades me ataban a lo que ellos, como chicos y chicas populares, decían pero, en algún momento entendí que no debía importarme si me rechazaban, era mi decisión y solo yo tenía autoridad sobre mi vida, ellos no podían obligarme a hacer algo que no quería.
Poco a poco fueron abandonando mi lado y entendí que aquellos a quienes consideré amigos en realidad no eran nada más que compañeros de clase, nada más que seres humanos de la misma edad cohabitando en un mismo entorno y respirando el mismo aire.
Fue entonces que me di cuenta que mi única verdadera amiga era Hana y desde ese momento nos volvimos casi como hermanas.
-¡Noona!-gritó Jungwon cuando el balón se dirigía a mi, sacándome de mis pensamientos. Detuve el tiro con éxito y la patee lo más fuerte que pude. De no haber sido por Jake que se interpuso hubiera sido un tiro directo a la otra portería, un gol limpio desde una gran distancia.
No puedo negar que, aunque tenga sus desventajas, de todas formas me encanta ser atlética. Supongo que la inteligencia que tengo más desarrollada debe ser la cinestésica.
Mientras se libraba una batalla por quien le arrebataba la pelota a quién del otro lado de la cancha, sentí una pulsación extraña en mi pie derecho.
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ICE SKATER [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]
Fiksi PenggemarEl príncipe había sido rescatado, la paz por fin había reinado, pero el cuento no había acabado con el típico «y vivieron felices por siempre». Era momento de que la guerrera de brillante armadura regresara a su reino. Continuación de Ice Prince. Pr...