Capítulo 23

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Hice mi mejor esfuerzo en contener las lágrimas, más solo lo logre hasta llegar por lo menos a la azotea.

No era fácil. Nada fácil.

¿Cómo se suponía que lo enfrentara si tenía el mismo rostro?

Tontas emociones. Tonto amor. De haber sabido que un corazón roto iba a doler tanto nunca me hubiera permitido sentir esa emoción. Me hubiera cerrado por completo a cualquier posibilidad, pero, desafortunadamente, nuestros sentimientos es algo que no podemos controlar.

Me senté recostada en la pared, abrazando mis rodillas y viendo el suelo.

Eventualmente debería enfrentarlo pero resolví que me tomaría mi tiempo en hacerlo, no iba a forzar un encuentro cuando la herida estaba aún abierta. Debía pensarlo bien, pues no quería que creyera que lo odiaba o algo por el estilo. Menos considerando que fue quien me salvó del incendio. No sabía cómo pero llegó hacia mi justo a tiempo, unos minutos más y habría pasado a mejor vida. Escuché de la maestra Mi-Rae que el chico me había reanimado usando RCP ya que cuando me encontró no respiraba. La simple imagen mental fue suficiente para que inmediatamente mi rostro igualara el color de un tomate pero también me hizo sentir culpable por confundirlo con alguien más por tanto tiempo.

Aunque ahora ese alguien más ya no importa...

Saqué mi billetera. Estaba decidida.

Mientras más me aferrara al pasado más me costaría superarlo y seguir adelante.

Apreté la mano en un puño y tras unos minutos de duda, lancé el anillo lejos de mi. Sólo cayó un par de metros más allá pero no planeaba ir a recogerlo. No debía de hacerlo.

Una parte de mi se desgarró al soltar el anillo pero entendí que el dolor era parte de la vida y superarlo parte del proceso.

Me abracé de nuevo y seguí llorando. No sabía que más hacer para deshacerme del dolor, lo único que sabía era sacar una pizca con cada gota.

No eran inventos míos de todas formas. William Shakespeare escribió «el llanto hace menos profundo el dolor». Él no tenía ningún conocimiento científico que lo respaldara, probablemente lo habría aprendido en carne propia pero aunque pareciera falso, en realidad era cierto. Hay estudios que demuestran que al llorar se activa el Sistema Nervioso Parasimpático (SNP), el encargado de mantener o de propiciar relajación y descanso al cuerpo, disminuye los niveles de manganeso; un mineral relacionado con estados de ansiedad, nerviosismo o agresividad y también se eliminan sustancias como la adrenalina y noradrenalina, que suelen segregarse en situaciones de estrés o peligro. Recuerdo haber leído en algún libro que este estado de calma producido puede incluso provocarle sueño a algunos.

Ah, eso explica por qué me quedé dormida justo cuando Sunghoon me encontró.

Además, literalmente ayuda a aliviar el dolor ya que se liberan oxitocina y endorfinas, sustancias que generan una sensación de bienestar.

No tenía idea de por qué o cómo pero a veces la información que escucho a lo lejos en documentales que ven mis papás mientras estoy dibujando o pintando se me queda mucho mejor que pasar horas en la escuela.

Esa información me sirvió para distraer un poco mis pensamientos y dejar de llorar por un rato pero al recordar de nuevo por qué lo hacía regresaron las lágrimas.

Nunca había llorado tanto en mi vida por nada. Era irónico que yo, quien siempre había rechazado por completo la idea del amor, ahora estuviera sufriendo por esa misma razón.

Estaba segura que a este punto bien podría llenar una piscina con mis lágrimas.

Seguramente habría pasado así todo el día de no ser por que escuché la puerta que daba a la azotea rechinar.

ICE SKATER [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora