Capítulo 14

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Llegamos a la parada de autobús, después de haber pasado brevemente a casa para ponernos un atuendo más cómodo y tomamos el primer bus que llevara al distrito Jongno. Mi-Rae sonsaengnim se disculpó que no podía llevarnos en su auto porque tenía que pasar por su hija que salía del hospital. La razón por la que se tuvo que ir antes aquel día había sido también por su hija, precisamente para llevarla al hospital.

Casi todos los asientos del bus estaban ocupados, únicamente quedaba uno disponible. Tuve que sentarme ahí pues este Sunghoon también era cabeza dura y a pesar de mi oposición en que yo podía ir perfectamente bien de pie él insistió en que yo tomara el lugar.

Bueno, podía ser un cabeza dura pero era un cabeza dura lindo y caballeroso.

Ay, pero qué estoy pensando.

Decidí mejor distraerme viendo por la ventana y me di cuenta de que este trayecto era el que había recorrido el día que le llevé sus llaves. Aquel día que había hecho todo un escándalo solo porque lo había visto practicar.

Si me detenía a ver en retrospectiva, era cierto que nuestra relación había mejorado. Aun así, no podía dejar que esta pasara a más.

El bus hizo una parada y el niño a mi lado se bajó junto con su mamá, dejando el asiento vacío. Esta vez fui yo la que insistió en que él se sentara.

—Cerca de aquí queda la pista de patinaje donde entrenas, ¿cierto?

—¿Solo has venido una vez y recuerdas el camino?

—Tengo una memoria promedio pero de seguro no olvido un mal día—fingí que me quejaba.

—No importa cuantas veces me disculpe seguirás molesta, ¿verdad?

—Hmm...—puse una mano en mi barbilla—. Depende.

—¿De qué?

—De como compenses lo que hiciste mal ese día de ahora en adelante.

—¿Qué debo hacer para compensarlo?—preguntó con un brillo en sus ojos y tal disposición que me hizo voltear a otro lado para ocultar el rubor de mis mejillas.

Tiene suerte de tener el mismo rostro.

—Lo pensaré y te digo.

Arasso. Pero que no se te vaya a olvidar—respondió con una sonrisa, la cuál traté de ignorar.

En el camino el bus se detuvo debido a un semáforo rojo y pude ver una floristería por la ventana. Había flores de todos colores: rojas, rosas, blancas, amarillas, naranjas, azules, etc. Podía distinguir amapolas, rosas, girasoles y entonces, mi vista se posó en unas diminutas flores azules.

¡Eran nomeolvides!

Me pareció peculiar pues no muchas floristerías las venden.

Una aguja atravesó mi pecho al recordar que esas flores en específico eran simbólicas para el príncipe y para mi. Se llaman nomeolvides pero, irónicamente, era probable que él ya se hubiera olvidado de mi existencia. Tenía la teoría de que al perder contacto con alguien o algo de otra dimensión, eventualmente lo olvidabas. Tal como nos había sucedido a mamá y a mi. Ella de seguro ya no recordaba nada y yo por un breve tiempo, también me había olvidado de mi estadía en la dimensión Cygnus, pero el anillo me había ayudado a recordar. Poseer algo de la otra dimensión me había devuelto mis recuerdos. Pero el príncipe no se había quedado con nada mío, nada de esta dimensión, y temo que para este momento se haya olvidado por completo de mí. De lo contrario, ya habría encontrado alguna forma para que pudiera regresar.

Aunque también existía la posibilidad de que fuera algo muy difícil de conseguir y se estuviera demorando. Quería ser optimista y pensar que ese era el caso pero mi positivismo había disminuido mientras más tiempo pasaba y no ocurría nada.

ICE SKATER [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora