Unos días antes de la cena, Kazue se había informado un poco sobre la familia Sakamaki, obviamente había alguna que otra noticia donde sus hijos se encontraban implicados, en una de ellas se hablaba sobre Laito Sakamaki, quién supuestamente había tenido relaciones sexuales con una chica en uno de los baños de la prestigiosa Academia Ryoutei , la sorpresa de aquella noticia fue que la chica aseguraba que Laito la había obligado. Al final, se decía que era solo un rumor falso que se habían inventado de Laito, había un vídeo donde Tougo aparecía, diciendo que su hijo jamás haría eso, que era alguien educado y amable con las chicas, al lado de el se encontraba Laito, quien no había dicho nada y solamente tenía un semblante serio. Era una noticia algo rara...No había pasado mucho tiempo de aquello por lo que vio.
Más abajo se hablaba sobre Subaru Sakamaki, era el menor de la familia, quién tenía el peor carácter y más fuerza al parecer, habían noticias donde se le acusaba de romper los muros de su instituto, siendo pagados por Tougo, se decía que ya había gastado mucha cantidad de dinero en arreglar los destrozos de su hijo menor.
Por último leyó un poco sobre Kanato Sakamaki, se le había visto hablando con su oso de peluche varias veces y tenia conductas muy raras, se contaba que había sido grabando a punto de clavarle un tenedor a uno de sus hermanos, con una expresión alocada y siniestra.
Ya había tenido suficiente de informarse sobre algunos chicos de la familia Sakamaki, no pensaba acercarse a ellos en su vida, solo y exclusivamente en la cena del Domingo, nada más.
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Ya era Domingo, Kazue estaba colocándose bien su traje, era una de las pocas veces que se ponía uno solo por ser una ocasión "especial", trataba de hacerse un nudo en la corbata pero no le salía, lo intento muchas veces pero nunca le salía, se frustró consigo mismo y al final decidió dejarlo, tampoco de veía tan mal.
Al bajar al recibidor se encontró con su madre y su padre vestidos elegantemente, estaban charlando alegremente mientras esperaban a los Sakamakis.
"Oh papá, si supieras que esa bruja te engaña..."
Kazue miró a su padre con pena, era un buen padre, durante su infancia siempre trato de estar con el, aunque tuviera mucho trabajo su padre siempre sacaba tiempo para el, las cosas cambiaron cuando Kazue creció y su padre recibió más papeleo que hacer en su oficina, por lo que siempre se encontraba encerrado ahí, cuando salía para comer se le podían notar sus ojeras y su cansancio...pero el nunca dejó de trabajar. Ahora mismo se encontraba charlando alegremente con su adorada esposa.
Los golpes en la puerta interrumpieron los pensamientos de Kazue, ya habían llegado.
Su madre fue corriendo a abrir la puerta, mientras que su padre se colocaba al lado de Kazue para revolver su cabello y darle una sonrisa, que fue correspondida por Kazue.
-¡Cariño, te presento a Tougo!- Dijo Kaede con alegría en su voz.
-Un placer en conocerlo señor Tougo- El padre de Kazue extendió su mano hacia Tougo, esperando que el contrario estrechara su mano con la suya. -Espero que tengamos una agradable cena -
-El placer es mío señor, estoy seguro de la cena será maravillosa- Tougo estrecho su mano con el padre de Kazue, quién sonrió hacia Tougo.
-Les presento a mis hijos- Dijo Tougo mientras se echaba para un lado, dejando ver a sus hijos.
Kaede agarró a Kazue por los hombros, obligándolo a estar delante de ellos y así poder presentarse también, Kazue hizo una leve sonrisa ante ellos, obviamente forzada.
-Es un placer conocerlos, mis hermanos y yo estamos muy agradecidos con que nos hayan invitado a cenar a vuestra casa- Dijo un chico muy educadamente- Mi nombre es Reiji y es un placer conocerlos, él es Shu- Apuntó a un chico rubio quien no parecía estar prestando atención a lo que su hermano decía ya que tenía unos auriculares en sus orejas - Ah, le encanta escuchar música, sobre todo la clásica- Dijo Reiji con el ceño levemente fruncido.
-¡Oh, que buenos gustos tiene! A nuestro hijo no le gusta ese tipo de música...tiene gustos raros- Dijo Kaede con una sonrisa en su rostro, Kazue no dijo nada, solo tenía la misma sonrisa de antes, pero por dentro deseaba que su madre se callara de una vez.
-El es Laito, el mayor de los trillizos, quién está a su lado es Kanato y por último Ayato, siendo el menor de los trillizos- Reiji fue apuntando a cada uno conforme los presentaba- Por último está Subaru, siendo el hermano menor-
-Ohh Tougo, tiene unos hijos muy guapos...¿donde están sus madres?- Preguntó Kaede, Tougo por un momento tuvo una expresión nerviosa, pero rápidamente esbozó una sonrisa-
-¡Ellas...están en un viaje! En uno bastante largo...- Aseguró Tougo-
-Oh comprendo...¡Bueno, este pequeño de aquí es nuestro hijo!- Kaede miró a su hijo impaciente por lo que diría, Kazue estuvo unos segundos en silencio.
-Hola- Dijo finalmente con una forzada sonrisa en su rostro- Es un...placer conocerlos, espero que nos llevemos muy bien...- Kazue se esforzó en que su voz sonara amable, pero sonaba a que estaba siendo obligado a decir eso, que en parte era cierto.
-Bueno...¡Mi hijo es muy tímido! ¡Seguro que cuando os conozca más, será más simpático con vosotros, estoy segura!- Dijo Kaede a los chicos que se encontraban delante de ella y su hijo.
Kazue quitó las manos que se encontraban sobre sus hombros para dirigirse hacia el baño, una vez estando allí, abrió el grifo para echarse agua en la cara, necesitaba refrescarse y mentalizarse de que tendría que estar sonriendo durante horas hasta que esa familia se fuera de su casa. Se quedó un rato en el baño pensando en que era raro el comportamiento que tuvo Tougo cuando su madre mencionó a sus esposas, notó como Tougo se puso nervioso por un momento, y hasta sus hijos pusieron una expresión más seria de la que ya tenían...eran una familia rara.
-Oye, te estás tardando mucho en el baño, me mandaron para avisarte de que vinieras ya- Oyó una voz al otro lado de la puerta, seguramente era uno de esos hermanos.
Kazue abrió la puerta lentamente, encontrándose con...¿Ayato? No estaba seguro de si se llamaba así aquel pelirrojo. Kazue no le dijo nada y paso al lado de él, empujándolo sin querer.
-¡Tks! ¡Oye, al menos podrías disculparte, niño!- Le gritó Ayato con molestia, pero Kazue ni siquiera se volteó para mirarlo, provocando que Ayato se enfadara más con el- Para que acepté venir a esto...todo es culpa de ese viejo, ahora tengo que lidiar con ese chico- Ayato entró al baño para beber las bolsitas de sangre que Reiji les había dado por si en algún momento les entraba sed, una vez que estuvo satisfecho, salió del baño y se dirigió hacia la cocina, donde sus hermanos y su padre lo esperaban.
