𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟏

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Consiguieron llegar a secretaría, entregarle un nuevo horario a Kazue e indicarle dónde quedaba su aula. También le habían dado un mapa de la academia, en el que se veía la  ubicación de cada lugar, afortunadamente no se perdería gracias a ello.

Finalmente pudo llegar a su aula sin ningún problema, tocó dos veces la puerta, quedándose parado en frente de esta porque no sabía si entrar el mismo o esperar a que...

—¿Quería algo?— En la puerta se encontraba el profesor.

—Soy el nuevo alumno, perdone por la tardanza, me había perdido— Kazue sonrió nerviosamente, aquel tipo tenía una expresión para nada amable.

—Los alumnos nuevos perdiéndose, que novedad, entre.

Dejó la puerta abierta, permitiéndole el paso a Kazue, y como era de esperar, todas las miradas estaban encima de él, curiosas por la llegada de un alumno nuevo. Entre aquellos estudiantes, solo reconoció a uno, Subaru Sakamaki, quién a diferencia de todos, lo miraba con odio, un odio profundo.

¿Por qué me mira así? Nunca le hice nada...o siempre será así su mirada?
K💭

Al igual que todos los estudiantes nuevos, tuvo que presentarse ante toda la clase, al finalizar, fue a sentarse en cualquier asiento libre, que casualmente era al lado de Subaru, todos tenian compañeros de sitio a excepción él, no le quedó de otra a Kazue que sentarse a su lado.

—¿No hay más asientos libres?— Preguntó el albino, molesto de tenerlo a él de compañero.

—¿No ves que no? Eres el único que se sienta solo.

Kazue sacó sus cosas de la mochila, ignorando el chasquido de molestia de su compañero, a él le gustaba tener su espacio de trabajo bien ordenado, cada útil escolar que sacaba tenía ya su respectivo lugar. Subaru se dió cuenta de esto, molestándose aún más.

—¡¿No te basta sólo con un lápiz y un papel?!—

Kazue detuvo su trabajo, girándose para mirarle y negar con la cabeza. Subaru no aguantaba su compañía, por lo que separó ambas mesas, y sin decir ninguna palabra más, se cruzó de brazos y miró por la ventana. A Kazue no le importó aquella acción, pero seguía pensando en lo absurdo que era el odio de Subaru hacia el.

Sin más, la clase siguió con normalidad, y sin darse cuenta, ya había llegado la hora del descanso. Sacó el mapa de su bolsillo, completamente arrugado, pero aún se podía leer bien los nombres, buscó la ubicación de la cafetería y al dar con ella, se dirigió hacia allí.

De camino hacia allí, estuvo con su mirada fija en el mapa, sin darse cuenta de que estaba apunto de chocarse con un chico bastante alto y de espaldas.

—¡Ouch!— Kazue se tocó la nariz con sus manos, había sido un fuerte golpe.

—¡Oye, tú!

Levantó su mirada, encontrándose con un chico muy alto, de ojos castaños, pelo del mismo color y atado en una cola de caballo, su uniforme era diferente al suyo. Lo estaba apuntando con el dedo índice y...parecía enfadado.

—Te vienes conmigo— El chico alto lo agarró de su brazo sin cuidado alguno.

A Kazue le costaba seguirle el paso y le seguía doliendo su pobre nariz, por si no fuera poco estaba sangrando! Quién era este tipo y porque lo estaba secuestrando!?

—¡¿Quién eres tú?! ¡A dónde me estas llevando!— Intentó zafarse del fuerte agarre en su brazo, pero todo intento era imposible.

—¡Deja de moverte tanto! Ni que fuera a hacerte algo malo, solo necesito la ayuda de alguien y tú te pusiste en mi camino— Su agarre se hizo más fuerte. —Me llamo Yuma.

—¿Ayuda en qué? ¡Y deja de agarrarme tan fuerte!— Kazue se limpió la sangre con la manga de su uniforme, más tarde lo lavaría.

—Ya lo verás, estamos por llegar.

Y como dijo Yuma, en pocos minutos llegaron a un huerto, que se encontraba en la parte de atrás de la academia, también habían muchas rosas y otros tipos de flores.

—Muy bien, ya estamos aquí.

Yuma recogió una cesta, lanzándosela a Kazue, quién la alcanzó a agarrar a tiempo antes de que se estampara en su cara.

—Me has traído aquí para...trabajar?— Dijo Kazue viendo cómo Yuma se ponía de rodillas y empezaba a colocar en su cesta algunas verduras.

—Sí, si no traía a alguien no me daría tiempo a mí solo de terminar de recoger todo esto, así que, ¡Rápido! Ponte a trabajar y date prisa, quiero que me dé tiempo de ir a la cafetería a comprarme algo— Le lanzó unos guantes a Kazue.

—Ah...genial, que gran primer día.

Sin decir mucho más, ambos se pusieron a trabajar en aquel huerto, Kazue no estaba disfrutando nada de aquello.

—En serio que no tienes nada para comer...?— Preguntó Kazue, parando un rato para descansar.

Yuma respiró con molestia, buscó en uno de sus bolsillos y sacó una bolsita.

—Este es el último que me queda, espero que si te lo comes, empieces a subir el ritmo, porque estás yendo demasiado lento!— Yuma sostuvo aquel cubito de azúcar, enseñándole a Kazue.

—¡Obviamente que si! Aunque es muy pequeño...— Kazue se esperaba algo más grande que aquél pequeño cubito de azúcar.

—¿Ah, no lo quieres? Mejor para mi— Yuma se lo llevó a la boca, y cuando lo soltó, no sintió aquel dulce sabor llenar su paladar. —Pero qué...

Kazue se lo había arrebatado antes de que pudiera comérselo, y una vez estuvo entre sus manos, se lo comió, degustando aquel dulce sabor.

—¡¿Cómo te atreves!? ¡Si dijiste que no lo querías!— Yuma se levantó y se acercó a Kazue con enfado.

—¿Qué? Nunca dije eso, solo dije que era muy—....

En un abrir y cerrar de ojos, Yuma lo había estampado contra la tierra y se había posicionado encima de él.

Estaba completamente atrapado.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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♦️𝙊𝘿𝙄𝙊♦️ -Diabolik Lovers X Male!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora