𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟕

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—¿Dónde... estoy?

Kazue abrió los ojos lentamente, desorientado. La suave luz de la luna se filtraba a través de una pequeña ventana junto a su camilla, iluminando tenuemente la enfermería. Intentó moverse, pero un agudo dolor recorrió su espalda, obligándolo a quedarse quieto. Entonces, un pensamiento fugaz cruzó su mente: ¿Subaru?

Por alguna razón, había esperado que el albino estuviera allí, quizás mínimamente preocupado por el daño que le había causado. Pero el lugar estaba vacío.

—Al menos no tendré que ir a clases... bien~ —susurró para sí mismo, moviendo sus puños en un gesto de victoria.

En realidad, no le importaba faltar. Las clases no le enseñaban nada que ya no supiera. Con esa idea, se acomodó, pensando en volver a dormir y dejar pasar el tiempo, aprovechando el descanso. Sin embargo, algo llamó su atención. Al girar la cabeza hacia la ventana, notó unos destellos dorados en la oscuridad. Su corazón dio un vuelco.

«¿Qué es eso...?»

Por un momento, creyó distinguir lo que parecían ser ojos brillando en la penumbra, observándolo desde fuera. El miedo comenzó a apoderarse de Kazue al darse cuenta de lo vulnerable que se encontraba. Estaba solo en la enfermería, el dolor en su espalda le impedía moverse con facilidad y aquellos ojos ojos dorados seguían mirándolo desde la ventana, inmóviles. El aire se volvía pesado, y su respiración se hizo más rápida.

Pronto vendrás con nosotros...

Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar un susurro que parecía provenir justo detrás de él, casi en su oído. Giró la cabeza con desesperación, pero no había nadie allí. Estaba completamente solo.

De repente, un dolor punzante le atravesó la cabeza. Era tan fuerte que instintivamente llevó las manos a su frente, apretando con fuerza en un intento inútil de que doliera menos. Una ola de recuerdos borrosos comenzó a inundar su mente. Entre ellos, la figura de aquél lobo en su patio, sus ojos brillando del mismo color dorado...Y el parche, el parche que portaba el lobo, era tan extraño...

El dolor se intensificó, y Kazue no podía más, soltando gemidos y quejidos de agonía, incapaz de comprender lo que estaba sucediendo. Cada latido de su cabeza parecía sincronizado con los recuerdos, que regresaban con más fuerza.

Y de pronto… el dolor cesó. Los recuerdos que lo atormentaban desaparecieron, dejando solo un extraño vacío. Kazue se quedó quieto, respirando con dificultad, pero aliviado de que el dolor se había ido. Poco a poco, comenzó a acomodarse en la camilla, y su mirada se dirigió instintivamente hacia la ventana.

Los ojos dorados que lo habían estado observando ya no estaban, solo se veía a la luna en lo alto.

Kazue no entendía nada. Aunque el dolor había desaparecido, su respiración seguía agitada, y el miedo no lo abandonaba. Se sentía nervioso e inquieto y las preguntas no tardaron en llegar a su mente: ¿Por que recordó aquello? ¿Qué relación tenía el lobo? ¿Y quién lo había estado mirando?

—Veo que ya despertaste.

La voz lo sacó de sus pensamientos de golpe, haciéndolo sobresaltarse. Reinhart estaba parado junto a él, con una expresión tranquila.

—Oh, ¿qué te pasa? Tienes la cara de alguien que acaba de ver un fantasma... Y estás bastante pálido, aunque supongo que es por el golpe que te diste antes —comentó Reinhart, observándolo con curiosidad.

El enfermero agarró una silla y la acercó a la camilla, sentándose junto a Kazue.

—Y bien, ¿cómo te sientes? ¿Listo para volver a clases? —preguntó con una sonrisa ligera, intentando aliviar la tensión en el ambiente.

Kazue seguía sin responder. Aún intentaba regular su respiración, tratando de calmarse tras lo que acababa de pasar. Nunca había experimentado algo así antes, y su mente seguía dando vueltas, intentando encontrar alguna explicación.

—Lo dudo... —murmuró finalmente Kazue —Siento que dormí mucho... ¿No es ya la hora de la salida?

Reinhart miró el reloj colgado en la pared y asintió.

—Exactamente. Faltan diez minutos para que terminen las clases —confirmó— Bien, entonces te ayudaré a levantarte.

Con cuidado, Reinhart lo ayudó a incorporarse. Kazue sintió que su cuerpo aún estaba un poco rígido, pero al menos ya no le dolía tanto como antes. Mientras se enderezaba, su mirada cayó sobre su mochila, que estaba apoyada contra la pared.

—Ah, esa es mi... —empezó a decir Kazue, sorprendido de verla allí, no recordaba haber llegado con mochila.

—La trajo Subaru mientras estabas dormido—explicó Reinhart, con una sonrisa en los labios—No dijo mucho, como siempre...

«Bueno, al menos me trajo mi mochila...que más»

Kazue se agachó para recoger su mochila del suelo y se la colocó sobre los hombros, sorprendiéndose a sí mismo. Creía que el dolor de su espalda le impediría moverse con tanta facilidad, pero no sintió molestia alguna al hacerlo.

—Oh, ¿no te causa molestia agacharte así? —preguntó Reinhart, un tanto extrañado.

Kazue negó con la cabeza. Reinhart frunció el ceño, algo confundido. Se suponía que con ese hematoma le resultaría doloroso hacer cualquier movimiento brusco.

—Déjame ver una cosa, Kazuo —dijo el enfermero mientras se acercaba.

—Soy Kazue —le corrigió el chico, un poco molesto.

—¡Ah, cierto! —respondió Reinhart con una risa nerviosa—Se me da fatal recordar nombres, perdona.

Kazue rodó los ojos. Se volvió a sentar en la camilla para que el enfermero pudiera revisarlo. Reinhart, con cuidado, le subió la camisa y comenzó a quitarle el vendaje que había colocado en su espalda anteriormente.

Pero cuando finalmente lo retiró, se quedó inmóvil, mostrándose asombrado.

—P-pero… ¿cómo puede ser esto? —murmuró Reinhart, dejando caer el vendaje al suelo mientras sus dedos tocaban suavemente la piel de Kazue.

—¿Qué ocurre? —preguntó Kazue preocupado, toda esta situación comenzaba a ser más extraña todavía.

—Tu...estás completamente recuperado —dijo Reinhart, todavía incrédulo.

Kazue, desconcertado, se levantó de la camilla y caminó hacia un espejo cercano. Tal como el de lentes había dicho, la parte baja de su espalda estaba en perfecto estado, sin rastro de alguna herida.

—No lo entiendo… —murmuró Kazue, pasando su mano por la zona donde antes había sentido tanto dolor. Estaba completamente recuperado...nada de esto tenía sentido.

♦️𝙊𝘿𝙄𝙊♦️ - Diabolik Lovers X Male!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora