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—¿Entonces, estás bien?— insistió Kou, preguntando por tercera vez.
—Que sí, ya deja de preguntar lo mismo a cada rato… ¿No que no ibas a ayudarme? Pensé que querías disfrutar del "espectáculo"— respondió Kazue, mientras fingía vendarse la muñeca con una expresión de dolor. Sabía que Kou no se había dado cuenta de que en realidad no estaba herido, así que optó por hacerle creer que estaba lastimado por culpa de Shu.
Kou desvió la mirada y se rascó la mejilla con nerviosismo antes de responder.
—¡No te confundas! No creas que te ayudé porque me preocupara por ti o algo parecido— dijo, girando la cabeza hacia un lado con una actitud indiferente — Es solo que… ¡ahora podré contar cómo salvé a un pobre estudiante indefenso! Seguro que mis admiradoras me querrán aún más— añadió, convencido, mientras asentía con entusiasmo a sus propias palabras.
Kazue soltó una risa irónica y lo miró con curiosidad.
—Ah, claro, me lo imaginaba, ya que no parece que yo te caiga bien del todo… y la verdad, no entiendo el por qué. ¿Qué te hice para que me trates así?— preguntó, mirando el rostro del rubio.
Kou se quedó pensativo, sin tener realmente una razón clara. ¿Por qué le molestaba tanto aquel chico? No recordaba que le hubiera hecho nada en particular, y tras unos segundos, decidió inventarse alguna respuesta.
—¡Es por tu rostro!— exclamó de pronto, señalándolo —Sé que alguna vez te dije que jamás podrías superarme, pero mirándote bien ahora… —Kou se inclinó hacia él, sujetando suavemente su barbilla y examinando su rostro de cerca — Admito que tienes un hermoso rostro… quizás hasta podrías llegar a superarme en el título del rostro mas hermoso de la academia— añadió con aires de grandeza —Pero, sin duda alguna, te ves mucho mejor sin esa expresión de enfado en tu cara.
Ante las palabras de Kou, a Kazue se le ocurrió la idea de molestarlo un poco, y con una sonrisa se acercó lentamente hacia él.
—¿Entonces… crees que me veo mejor así, Kou?— murmuró Kazue en tono burlón, posando sus manos en los hombros del rubio, quien se había quedado inmóvil, sin saber cómo reaccionar, su mirada fija en la de Kazue.
Kazue no pudo evitar preguntarse:
«¿Por qué no intenta apartarme? ¿No se supone que debería estar maldiciendome ahora mismo?»
Las mejillas del rubio se tiñeron de un ligero color rojo, mientras uno de sus ojos empezaba a parpadear, cambiando de azul a un intenso rojo. En lugar de apartar a Kazue, Kou deslizó una mano por su cintura, atrayéndolo aún más hacia él, sonriendo nerviosamente.
—¿Acaso intentas provocarme, Kazue~?— susurró Kou, esforzándose por mantener la compostura Lentamente, llevó una mano al cuello de Kazue, trazando una línea suave por su piel, mientras observaba su reacción—Ahora mismo estás jugando con fuego —añadió, mientras que su tono iba bajando hasta convertirse en un susurro —Sin ninguna marca… aún.
Kazue se quedó inmóvil, sintiendo un escalofrío recorrerle el cuerpo. En sus pensamientos se gritaba a si mismo de que esta inocente broma estaba yendo demasiado lejos.
«Yo solo me meto en estos problemas…» pensó Kazue, el solito habia provocado aquella situación.
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