𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟖

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Reinhart estaba completamente desconcertado, no podía creer lo que acababa de presenciar. ¿Cómo era posible que la herida de Kazue se hubiera curado tan rápido? ¿Sería que él era...? No, no podía ser, era imposible. Y si fuera el caso, él ya lo sabría.

Sin embargo, era un hecho que alguien más conocía el paradero de Kazue...

El silencio en la enfermería se mantuvo hasta que sonó el timbre. Reinhart observó al menor, a mmún quieto y con la mirada perdida, tocó suavemente su hombro.

—Kazue, ya puedes irte y... sobre lo que pasó... —dijo, mirando el suelo con nerviosismo, tratando de procesar lo que estaba pasando. Alzó la vista rápidamente —No te preocupes, ya hablaremos de esto otro día, y no se lo diré a nadie — añadió, mirándolo con determinación mientras lo sujetaba firmemente por los hombros.

—E-está bien... —murmuró Kazue.

Él también estaba confundido. No comprendía lo que le estaba pasando; ese dolor de cabeza... esos ojos...¿Alguien lo habría curado? ¿Con...algún tipo de magia? ¡¿Eso siquiera era posible?!

Salió de la enfermería con la mirada fija en el suelo, lleno de preguntas. Si los Sakamaki eran vampiros, ¿eso significaba que había más seres como ellos?

—¡Oye!

Kazue levantó la mirada y se encontró con unos ojos rojos como la sangre, que lo observaban con extrañeza. Eran los de Subaru, quien se encontraba apoyado contra la pared.

—¿Te encuentras... bien? —preguntó Subaru, notando lo pálido que se veía.

—Sí, estoy bien... ¡tu golpe no fue nada! —respondió Kazue, dándole un pequeño golpe en el pecho, restándole importancia al asunto.

En un instante, su rostro había cambiado y  ahora parecía mucho más animado.

—Tuviste suerte de que solo te empujara —murmuró Subaru, levantando el puño y mostrándole lo que pudo haber usado en vez del simple empujón.

—¡Ya, ya! ¡Tranquilízate, bruto! —dijo Kazue, agarrando su puño y bajándolo con suavidad— Tienes que aprender a controlar tu fuerza... a veces se te va de las manos.

—¿Y a ti qué te importa? Haré lo que me dé la gana —respondió Subaru, sin importarle lo que le aconsejaba el de menor estatura.

Kazue soltó un largo suspiro, aunque lo hizo con una sonrisa cansada, intentando esconder su preocupación. No quería que Subaru notara que algo iba mal, así que forzaba un gesto más animado, más normal y como si todo estuviera bajo control.

—Oye, ¿en serio no te hice daño? —insistió Subaru, mirándolo de reojo con una ceja levantada— Cuando te traje a la enfermería, tenías una cara horrible y te quejabas del dolor en tu espalda.

—No fue nada, solo estaba exagerando un poco. ¡Tengo una increíble resistencia! —dijo Kazue con una expresión de superioridad— ¡Olvidemos ya ese tema! Tenemos que salir de aquí rápido, no querrás quedarte aquí encerrado.

Sin esperar una respuesta, Kazue, que aún sostenía la mano de Subaru, lo jaló, llevándolo casi a rastras hacia la salida del instituto. Subaru pensó en soltarse del agarre, pero algo lo detuvo. Él se había dado cuenta de que Kazue estaba fingiendo, intentando mostrarse despreocupado cuando claramente no lo estaba. Su rostro al salir de la enfermería lo confirmaba, algo había pasado que lo dejó tan desconcertado.

Pero por el momento, quería seguir fingiendo que no se había dado cuenta de nada...

♦️𝙊𝘿𝙄𝙊♦️ - Diabolik Lovers X Male!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora