𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐋𝐔𝐃𝐈𝐎 𝐈𝐈

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Mansión Malfoy, Ubicación Inconcebible, Inglaterra, Gran Bretaña

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Mansión Malfoy, Ubicación Inconcebible, Inglaterra, Gran Bretaña

Martes 20 de julio de 1993

18:00 PM

—Draco...querido, ¿Vas a unirte a nosotros para la cena?— Narcissa Malfoy le preguntó a su hijo. Draco levantó la vista desde su posición cerca de la chimenea de la Biblioteca. Su mano se congeló donde estaba y se puso de pie, dando un paso al frente de su pequeño proyecto.

—No, madre. Tal vez pueda reunirme contigo un poco más tarde, pero no en este momento.— Dijo Draco, bastante formal. Narcissa frunció el ceño pero no le insistió a su hijo. Últimamente había estado distante, pero eso era solo porque era un adolescente. Recordó haberse distanciado de sus padres en esa época.

—Eso es aceptable. Tu padre vendrá más tarde para hablar contigo.— Dijo Narcissa antes de salir. Draco volvió a su pequeño proyecto y examinó a la temerosa rata.

—Ven aquí.— Ordenó Draco. La rata retrocedió y empezó a chillar. Draco gruñó, arrancó a la rata del suelo y la metió en el bolsillo de su túnica. Su rostro mostraba disgusto mientras caminaba por el pasillo hacia las mazmorras.

Draco se aseguró de que nadie, ni siquiera los elfos domésticos, lo encontraran. No podía permitir que eso sucediera. Nadie podía saber sobre el don antinatural que había tenido desde que tenía seis años. y él planeaba mantenerlo así.

Cuando llegó a las mazmorras y entró en  una celda desierta, sonrió mientras miraba a su alrededor. Sabía exactamente donde estaba. Aquí era donde solían albergar a los rebeldes de la Orden del Fénix.

—Sal, pequeña rata.— Draco la convenció con una voz deliciosamente fría. Sonrió en señal de victoria cuando la rata se deslizó de su bolsillo a su mano. Draco apretó ligeramente y una pequeña risita escapó de sus labios cuando escuchó el leve crujido. Podía sentir la vida dejando a la rata en su mano. La simple rata cayó inerte en su mano y Draco la dejó caer al suelo.

El Heredero Malfoy movió la mano y la rata de repente se puso firme. Draco suspiró extasiado al sentir la familiar Magia Oscura recorrerlo. Hizo un gesto con la mano y la rata comenzó a caminar por la habitación. Otra risita escapó de Draco y se mordió el labio.

Los Malfoy no se reían, ellos carcajeaban.

Y eso fue lo que hizo Draco. Los ojos de Lucius se abrieron cuando escuchó el cacareo salvaje y enloquecido. Lord Malfoy cambió su rumbo hacia el comedor y bajó los escalones de piedra que se dirigían hacia las mazmorras.

Se detuvo frente a la celda en la que estaba su hijo y vio como Draco dirigía a la rata con una mano. Fascinado, casi dio un paso más cerca.

Y sabía que su hijo iba a ser genial. Porque él era el hijo del Reclamador.

Número 19, Privet Drive, Little Whinging, Surrey, Inglaterra, Gran Bretaña

Viernes 30 de julio de 1993

11:23 AM

—¡Mamá!

—¿Sí, Hermione, querida?— Preguntó Maya Granger mientras comenzaba a preparar el almuerzo. Hermione entró corriendo con un sobre de pergamino en la mano y una lechuza volando detrás de ella. Maya no pudo evitar reír mientras miraba al familiar búho nival.

—¡Hedwig acaba de traer esto! Es de Bella. Quiere saber si puede pasar por la red flú más tarde.— Dijo Hermione, emocionada. Maya sonrió ante el entusiasmo de su hija. Bella era su mejor amiga y siempre se divertían juntas. Podría ser bueno para Hermione invitar a una amiga. 

Pero...

—¿Ella sabe acerca de tu...condición?— Preguntó Maya. Hermione miró a Maya y asintió, frotándose el brazo. Los ojos de Maya se entrecerraron con desaprobación cuando recordó el tatuaje en el brazo de su hija. 

—Ella lo sabe. Se lo dije. Ron y el profesor Dumbledore también lo saben. Y también mi Jefa de Casa y el profesor Riddle.— Dijo Hermione. Las mejillas de Maya se sonrojaron al recordar al encantador profesor Riddle. Hermione sonrió, descaradamente.

—A Bella no le gustará mucho que te sonrojes por el profesor Riddle.—Dijo Hermione, mientras se sentaba y servía las sobras del tocino. Maya levantó una ceja y miró a la chica.

—¿Y por qué es eso? Él es su...guardián mágico, ¿No es así?— Preguntó Maya. Hermione inclinó la cabeza y sonrió.

—Sí, pero expira cuando tenga 17 años. Somos legalmente adultos a los 17 y si pienso en eso...diría que Bella está un poco enamorada del profesor Riddle y...y lo que lo hace mejor es que ella, ¡Ni siquiera lo sabe!— Hermione se rió. Maya se rió entre dientes por ese hecho.

—Puedo ver eso. Es un...hombre muy atractivo. Y bastante encantador también.— Dijo Maya. Hermione asintió pero frunció los labios mientras pensaba.

—Aunque es un poco idiota.— Comentó Hermione. Maya miró a su hija, severamente, con ganas de estallar en carcajadas.

—Lenguaje. Entonces, ¿Qué piensan los demás del profesor Riddle?— Preguntó Maya, genuinamente curiosa sobre el profesor Riddle. Maya siempre escuchaba más sobre los otros profesores que sobre él y se preguntaba porqué.

—Bueno, Gideon Weasley, quién está más enamorado de Bella, solía odiarlo. Pero luego él le dio diez puntos por avergonzar a Bella. Y todas las chicas piensan que es guapo. Supongo que pude ver eso. Pero nadie es lo suficientemente valiente para hablar con él o interrumpirlo cuando está hablando. Excepto Bella. Y yo, en una ocasión.— Dijo Hermione. Maya asintió en comprensión.

—Y esa ocasión sería el día en que Bella se enfermó por la magia, ¿Verdad?— Maya preguntó. Hermione asintió, confirmando la pregunta de su madre.

—Sí, pero ese año terminó y espero que este sea más tranquilo para poder concentrarme en mis exámenes, pero...conociendo a Bella Potter y su 'suerte, probablemente no.

𝕀𝕟𝕤𝕚𝕕𝕖 𝕄𝕪 𝕄𝕚𝕟𝕕 [𝐓𝐎𝐌𝐀𝐑𝐑𝐘]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora