Capítulo 3Tardo casi toda la noche en volver a la Playa. No es que tenga mucha prisa, es que disfruto de la calma y la tranquilidad del Tokio nocturno aquí, en Borderland. No tiene nada que ver con la antes abarrotada y siempre ajetreada ciudad ahora que la mayoría de los humanos se han ido. No hay nadie que le moleste, y aprovecho para coger algunas cosas de tiendas medio destruidas que podrían venirme bien.
Todavía me duelen los pies cuando entro en la azotea al día siguiente, pero no me importa. No tengo intención de caminar tanto en un futuro próximo, y como el tiempo no es demasiado malo, me siento en mi lugar favorito. Hasta ahora no ha llegado la persona adecuada para mi plan de robar las cartas, y miro si hay alguien nuevo en la zona de la piscina. Pero no encuentro a nadie que viva lo suficiente; la mayoría de los jugadores que se emborrachan allí no pasan de la siguiente partida.
Pero no pasa nada, ya que aún faltan muchas cartas. Como miembro de la ejecutiva, siempre estoy al día en lo que respecta a las cartas recogidas, y no ha habido ni una sola nueva durante los últimos dos días. A veces me impaciento por ello, pero sé que llegará mi hora de abandonar la Playa, junto con las cartas
Alguien se sienta a mi lado, y ni siquiera tengo que levantar la vista para saber de quién se trata.
—Hola —Su tímida voz llena el silencio, y la miro de reojo. No me sorprende verla después de su último movimiento audaz. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Sigue esperando su recompensa porque tuvo suerte de sobrevivir a la partida de anoche?
—Hola.
Su rostro se ilumina al oír una palabra tan sencilla, y me pregunta si saltaría desde la azotea si se lo pidiera.
—Yo... quería darte las gracias. Por lo que hiciste ayer —Por la forma en que enrojecen sus mejillas, le habría recetado algún medicamento para la tensión si estuvieran en el mundo real.
—¿En el juego? —No es como si hubiera hecho algo para ayudarla entonces, aparte de apostar por su muerte.
—Sí. Quiero decir... antes, En el coche, Que me permitiste... ya sabes.
Porque le permití apoyar la cabeza en mi hombro. ¿Y por eso ha venido ahora a darme las gracias? Patético.
—Ah. Eso no fue nada. No te hagas ilusiones.
La reacción es visible al instante en su rostro. Es evidente que esperaba otra cosa, y tal vez haya llegado el momento de desencantar sus ensoñaciones. Sea lo que sea lo que busca, no soy el adecuado.
—Yo no —Incluso intenta sonar confiada, pero a ambos nos queda claro que es mentira—. Pero me sentí bien de todos modos. Y quiero disculparme por haberme excedido.
Recuerdo la forma en que su cuerpo se había movido con la incómoda posición y, sin embargo, se había negado a volver a sentarse. ¿Por qué iba a sentirse bien?
Vuelvo a ver al cachorro perdido frente a mí, en busca de perdón después de que su amo lo haya golpeado varias veces. Pasan algunos minutos sin que se pronuncie palabra alguna, pero decido darme la vuelta para mirarla correctamente.
—¿Qué sentido tiene todo esto?
Aunque no me importaba ya que era asunto de otra persona, sí quería saber por qué seguía molestándome así. ¿Cómo podía alguien estar tan obsesionado con otro humano? ¿Con qué propósito?
Espero que se eche a llorar de un momento a otro. Pero en lugar de eso, me mira directamente a los ojos.
—Vale, entonces... el caso es que me gustas. Me gusta estar cerca de ti, hablar contigo... No es como que no te hayas dado cuenta ya.
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The Human Heart [Chishiya Shuntaro]
Teen FictionA Chishiya Shuntaro no le importan los demás. Hasta que un día, cierta mujer intenta cambiar eso. Y parece que Chishiya no puede salir de esta... no sin ceder al corazón que nunca pensó que existiera - o silenciar el suyo por completo.