4

156 14 12
                                    



Capítulo 4
Un paso adelante

Todavía es de madrugada cuando me despierto. Aunque aún es demasiado pronto para desayunar, me vendría bien un poco de aire fresco, sobre todo porque a esta hora no habrá nadie más paseando por la playa. Por lo que puedo ver, la mayoría de los jugadores están durmiendo o se mantienen ocupados con al menos otra persona, agarro el iPod mientras me dirijo a la puerta para no tener que escuchar el ruido.

Justo cuando empujo la manivela, veo cómo alguien a mi lado casi choca contra la pared y ambos nos sobresaltamos por la sorpresa. Me queda sin palabras por un momento, pero luego me resigno rápidamente y dejo caer los auriculares que acababa de querer arrancar. Adiós a mi paz nocturna.

Meto mis manos en el bolsillo mientras la puerta se cierra tras de mí.

—Tú otra vez.

No sé porque mi cachorro perdido acecha mi habitación de hotel en mitad de la noche y, sinceramente, no me importa. Aunque es raro que no lleve nada más que ropa interior, y a esta mujer definitivamente le vendrían bien unas buenas pastillas para dormir teniendo en cuenta el hecho de que parece un panda la mayor parte del tiempo con esas bolsas bajo los ojos.

Todo lo que quiero es un poco de aire fresco, pero mi admiradora no se da cuenta de que se interpone en mi camino. En cambio, parece buscar desesperadamente una explicación de por qué está aquí, aunque ni siquiera se lo he preguntado.

—Yo... —A pesar de que la luz del pasillo es tenue, es obvio que su cara está sonrojada. Juguetea con sus dedos y ni siquiera se atreve a mirarme a los ojos—. Yo... no puedo dormir. Por eso quería visitar los tejados.

Un bufido que sale de mi boca hace que se encoja aún más, y levanto las cejas mientras observo el callejón sin salida en el que se encuentra mi habitación. Ni siquiera hay escaleras cerca que lleven a la azotea.

—Esta es la dirección completamente opuesta.

—Supongo que me he perdido —La forma en que intenta justificarse es hilarante, y me resigno con un suspiro. Probablemente será mejor llevarla a la azotea; ¿Quién sabe qué estúpidas ideas se le ocurrirían si la dejo sola frente a mi habitación?

—Por aquí —Exhalando audiblemente, me dirijo hacia la escalera, y puedo oír a la mujer que va detrás de mi tropezar con sus propios pies al intentar seguir mi paso. El aire frío y fresco de la noche me recibe cuando abro la puerta de cristal y sale a la oscuridad, aunque aún no se sienta...

Oigo cómo se abre la puerta una vez más y ella también sale corriendo, ya sin aliento por el corto paseo. Pero mi mente está demasiado distraída con otra cosa en este momento como para preocuparme por ella. Hay cierto asunto que ocupa mi mente y que ha sido la razón por la que me he levantado tan temprano. La última reunión de directivos ha revelado que un pequeño grupo de personas está buscando activamente la Playa. Aún no se sabe con certeza cómo lo han averiguado, pero varios ojeadores y jugadores les han visto observar las zonas de juego, mostrando interés sólo por aquellos que llevan el distintivo de la Playa: la llave de la taquilla.

Toco despreocupadamente la muñequera de plástico que se me obligado a llevar. Al principio no me gustaba, pero pronto se convirtió en una ventaja. Con esto, es obvio para los demás que tengo una posición bastante alta dentro del regimiento de la Playa, aunque hubiera preferido ser el Número 1 para que no hubiera necesidad de robar las catas en primer lugar. Al menos, como ejecutivo, tengo acceso a información y otras cosas con las que el resto de los jugadores sólo podría soñar.

De todas formas, existe la posibilidad de que la espera finalmente dé sus frutos. He oído el rumor de que esas personas que buscan la Playa poseen al menos una de las cartas que aún le faltan al Sombrerero, por lo que el equipo de ejecutivos planea traerlos a la Playa lo antes posible.

The Human Heart [Chishiya Shuntaro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora