Capítulo 10

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Esta era sin duda la reunión más silenciosa e incómoda que tenían hasta el momento, Hippo y el dragón no se habían dicho ni un saludo, sus miradas se evitaban a toda costa.

- ¿Qué pasó entre ustedes? -ambos jóvenes miraron a Brutacio con sorpresa- ¿qué? es bastante obvio que algo pasó.

- ¡NADA! -Hippo y Toothless se miraron por una fracción de segundo antes de volver a desviar la mirada con un notable tono rojizo en sus rostros.

- Ajá, eso no parece "nada" -Brutacio parecía divertirse.

Astrid se acercó irritada por la ruptura del silencio, necesitaba paz para prepararse para el ruedo de jerarquía.

- ¿Por qué tanto alboroto? -aunque su voz era tranquila no lograba ocultar la molestia en ella.

- Por "nada" -respondió con simpleza Brutacio haciendo comillas con sus dedos.

- ¿Nada? ¿y qué es nada?.

Brutacio tocó su barbilla pensativo mirando con discreción a los otros dos, realmente se estaba divirtiendo, incluso su hermana lo mira en espera de una respuesta, por último miró a la alfa que estaba por perder la paciencia, hasta el resto del grupo se acercaba.

- ¿Qué es nada? -repitió la pregunta de Astrid- la nada lo es todo y al mismo tiempo es su ausencia.

Astrid parpadeó perpleja.

- Oh, Brutacio que filosófico.

- ¡Qué tontería! -Brutilda comenzó a reírse y el resto a excepción de Hippo y Toothless se alejaron.

Brutacio hizo una seña para que los que se quedaron se acercaran.

- Espero una recompensa por no delatar su "nada".

- ¿Deberíamos compensarte por eso? -preguntó Hippo cruzando sus brazos.

El gemelo dirigió su vista a la lejanía asegurándose de que ninguno de los alfas escuchara.

- ¿Cómo crees que reaccionen cuando sepan que otro alfa estuvo cerca de ti...? ya sabes, hace unos días.

Hippo sintió su espalda helarse, por otro lado Toothless estaba sorprendido, se había asegurado que nadie lo siguiera.

- No te seguimos -aseguró Brutilda- solo hay una cosa que te interesa de Berk, era obvio a dónde irías.

- Somos tontos, pero no idiotas... o era mensos pero no tontos, ¡no, espera! ¿cómo era?

Toothless suspiró con alivio al ver a Hippo rodar los ojos, esa intervención de Brutacio despejó cualquier interrogatorio que pudiera desatar las últimas palabras de Brutilda.

- Como sea, consiguenos algo de mercader Johann para mañana al amanecer, algo bonito.

- y brillante.

- ¡Es imposible! Johann esta quien sabe donde ¿como les conseguiré algo para mañana?

- Nosotros sabemos dónde está

Los gemelos guardaron silencio con sonrisas cómplices.

- ¿Dónde está? -Hippo presionaba el puente de su nariz, no se consideraba impaciente, pero hoy los gemelos querían agotar su paciencia por mera diversión.

- ¿Dónde está quién? -El castaño no podía creer que hablaran en serio.

- Johann.

- ¿Cuál Johann?

Hippo estaba por sufrir un tic nervioso, los gemelos estaban jugando con él y estaba cayendo.

- Está por llegar a la costa -Brutilda contestó con simpleza.

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