Capítulo 13

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Los embajadores de Berk parecían haberse disuelto, volvía a ser solo Hippo y Toothless. En ocasiones aparecía Patapez con sugerencias para la integración de los dragones, y en otras ocasiones Brutacio y Brutilda con afán de molestar, como era el caso.

– Entonces... —Brutilda estaba a la izquierda del dragón— ¿Cuándo piensas decirle que te gusta?

Toothless se detuvo de golpe rogando que Hippo no prestara atención a sus acompañantes, suspiró con alivio al ver al joven ocupado con el otro gemelo.

– Es obvio, pero siempre ocurre lo mismo —continuo Brutilda— por alguna razón misteriosa, cuando dos personas se gustan todos se dan cuenta menos ellos.

Tooth optó por ignorarla, esperando que algo distrajera su atención y olvidara el tema.

– Si no le dices tú, le diré yo —la vikinga se adelanto un par de pasos antes de gritar para llamar la atención del omega— ¡HIPPO!

El joven volteo hacia la vikinga y Toothless sintió que dejaría el mundo de los vivos en cualquier segundo.

– EL DRAGÓN DICE QUE TE QUIERE... acompañar a recolectar las plantas para Gothi.

– ¡Genial!, iremos después de terminar de marcar las áreas para los comederos.

Hippo se giró para continuar delimitando con ayuda de una rama.

Toothless soltó el aire de sus pulmones mientras miraba con odio a Brutilda y ella solo reía.

– Debiste ver tu cara —Brutilda se dio la vuelta para continuar con la señalización— respira dragón, solo era una broma.

– No comparto su sentido del humor— Toothless se alejó gruñendo.

Brutilda alternó la mirada entre su labor y el dragón que se marchaba, dejo caer las herramientas que tenía en las manos antes de seguir a Toothless.

– ¿sabes? Si quieres que realmente funcione tienes que contarle lo que ocultas.

Toothless se congeló, se estaba convenciendo que los gemelos no eran para nada los despistados y cabeza hueca que todo Berk juraba que eran.

– Si le dices antes de iniciar lo perdonara. Si se entera después no creo que quiera verte de nuevo.

Las pupilas de Toothless se alargaron dándole una apariencia aterradora.

– ¿Qué es lo que sabes? —Brutilda no pareció darse cuenta en lo absoluto

– ¿Qué sé de qué?

La expresión vacía y desinteresada en el rostro de la vikinga confundía a Toothless, cuestionó de nuevo a la joven, pero cada una de sus respuestas dejaba claro que no sabía de que le hablaba el dragón, como si los últimos minutos de conversación nunca hubieran ocurrido.

Tooth se hundió en la frustración, se sentó sobre la poca hierba que había y apoyo su cabeza entre sus manos, Brutilda le dio unas palmaditas en el hombro.

– La vida es dura. Hablar ayuda, pero no conmigo, no me interesa. A Bocón tal vez sí.

Brutilda camino hacia su hermano para tomarlo del casco y llevarlo a rastras a otro lugar, gritando lo aburrida que estaba.

.........

Toothless esperaba a Hippo en casa de Bocón. El vikingo estaba limpiando algunas armas que había llevado de la forja a su hogar.

– ¿En que piensas? —Bocón interrumpió el silencio.

– En los gemelos, me aterran.

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