Despreciable

Capítulo 3

- Basta –dijo el supuesto humano con una firmeza y confianza que el dragón rojo jamás había visto en esa criatura.

El pesadilla monstruosa parpadeo dudando de sus movimientos. ¿por qué el dragón que siempre había huido de su presencia estaba ahora frente a él con un aura dominante?

- Cuando Red Death se entere...

- Ella está muerta.

Esas tres palabras causaron revuelo en los dragones prisioneros.

- Mientes, goza de buena salud, a menos que la retaran por la colonia y... perdiera.

Los gruñidos del dragón carmín cesaron, su mente se llenada de dudas; ningún dragón de la colonia, a su parecer, tenía la fuerza suficiente para vencer a la reina del nido ¿tal vez uno ajeno?

- Seguramente así fue –la Nader se unió a la conversación– Red Death no se hubiera molestado en mandar por nosotros, ella nos hubiera dejado perecer aquí.

Los otros dos dragones asintieron.

- ¿y bien? ¿a quién debemos servir ahora?

- Ya no serán sirvientes, son libres de vivir sus propias vidas y disfrutar de la protección que brinda una colonia.

Un silencio profundo seguido de risas burlonas.

- Ese es otro motivo por el cual la colonia entera te desprecia, por tus absurdos idealismos. Nadie da nada sin pedir algo a cambio –sentencio el dragón de escamas rojas– contéstame entonces ¿Quién es el nuevo rey?

El dragón comenzó a caminar en círculos, asechando al reptil disfrazado de humano, ansioso por la respuesta y nervioso por la misma, mientras el pelinegro observaba atentamente cada movimiento.

- El nuevo rey soy yo –respondió con seguridad y poder– y esos "idealismos" se volverán tu realidad y de cada dragón de la colonia.

El pesadilla monstruosa quiso burlarse, pero la autoridad con la que hablaba el otro se lo impedía, definitivamente no quedaba nada de la temerosa criatura a la que disfrutaba atormentar. Sin encontrar voz para replicar se marchó directo al nido para averiguarlo por sí mismo, el resto de los dragones del ruedo le siguieron.

Ya solos Toothless dirigió toda su atención a Hippo.

- Lo siento, no creí que esto se fuera a demorar.

- ¿está todo bien? El pesadilla monstruosa no parecía muy feliz –el dragón suspiro relajándose al fin.

- Si te soy honesto... no nos llevamos bien, de hecho, nada bien. Para él hubiera sido más fácil aceptar tener como rey a un terrible terror recién salido del cascaron que tenerme que soportarme a mí.

Hippo miro al horizonte por donde se habían ido los dragones y sin despegar su vista del cielo continuó expresando sus inquietudes.

- ¿te causara problemas?

- Problemas es su nombre.

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El resto del día lo utilizaron para terminar el recorrido por Berk, las miradas curiosas de los habitantes de la aldea eran más notorias, no había ya vikingo que no subiera del extraño invitado de Estoico, pero tampoco sabían nada de él. Para el pueblo era un extraño que había aparecido de la nada a pasearse por todo el lugar en compañía de Hippo.