Capítulo 16

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Las garras de Toothless rasgaban el suelo a sus pies, tensaba cada uno de sus músculos y sacudía la cabeza intentando callar la voz en su interior. 

Aquella voz comenzó a murmurar cuando se alejó de Hippo, aumentando el volumen conforme la distancia crecía. Ahora en un claro en medio del bosque, en espera de que los suyos llegaran, los susurros se volvieron gritos.

"Destrúyelo, Destrúyelos".

- No, a Hippo le importan.

"Mio, solo me necesita a mi, MIO".

Sus pasos comenzaron a dirigirlo de regreso logrando avanzar unos pasos antes de volver al lugar donde aterrizó.

- Los míos me necesitan.

"Pereceré sin él, lo necesito".

- Lo sé -Murmuró el dragón recargando su cabeza contra un árbol. 

Mientras Toothless ponía orden a sus pensamientos llegó el primer grupo de dragones, unos Terrible Terror, entre ellos estaba el dragoncillo que uso a Hippo como escudo, para él era claro lo que ocurría con el rey de la colonia, y lo entendía.

El dragoncillo organizó a su grupo para replicar el llamado para el resto de la colonia.

Toothless se sentía exhausto después de controlar la voz en su interior, caminó a un claro donde vio la nube de dragones acercarse, recibió a los suyos y los guio a su nuevo hogar. Las crías corrieron entre el césped y arbustos jugueteando entre ellos mientras los adultos buscaban un refugio.

Albóndiga se acerco a Tooth tras dejar las crías que cuidaba con el resto.

- ¿Cómo te encuentras? -preguntó la dragona con voz suave.

- Siento como si mi alma se desgarrara -contesto en un hilo de voz- creo que formamos un vínculo sin marca.

Albóndiga se quedo sin voz, su mente se quedo atrapada en la gravedad de la confesión de su cría, preguntándose si Tooth comprendía las consecuencias.

- Hippo, ¿Dónde esta Hippo? -Albóndiga no percibía el olor del omega por ningún sitio.

- Con los suyos. La alianza no se realizara,  no lo veré más -la mirada de Albóndiga se centró en Toothless- me asegurare de que estén a salvo, después de todo, la perdida del nido fue culpa mía. Si estás dispuesta podrías ser la nueva reina

- Toothless...

- Sé que moriré sin él y lo acepto, pero no los arrastrare de nuevo.

- ¿¡Y que hay de Hippo!? Decidirás por él

- El es humano, elegirme implica abandonar todo, no puedo pedirle algo así.

- No has pensado que Hippo ya te eligió, de otra manera no se hubiera formado un vínculo entre ustedes.

Toothless puso fin a la conversación, extendió sus alas para emprender el vuelo y cuidar del descanso de los suyos.
Observó como todos los dragones jóvenes se reunían alrededor de las rocas cubiertas con lava que dejan algunos Gronckle, desvío su mirada al borde de la isla, dónde unas decenas de antorchas iluminaban Berk. Su pecho se apretó mientras sentía la soledad que abrumaba a su Omega y el dolor de no poder ir a consolarlo.

Al amanecer tomo un descanso en una cueva que encontró dentro de una depresión en el terreno, cerca de la pared rocosa dónde encontró las zarzas junto a Hippo.

Calentó la roca con su plasma en busca de calor sin encontrarlo, el frio no era físico.

Su cuerpo se movía por inercia, realizaba los viajes de pesca sin percatarse en qué momento las redes comenzaban a desbordarse de peces, libraba peleas contra dragones solitarios que querían adueñarse de la colonia sin notar las heridas que abrían su piel, no sentía nada más que frío

DespreciableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora