A través de la máscara | Adaptación Minsung

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- ¿Tú como estas tan seguro de eso? – reté.

Sentía a mi cuerpo temblar.

Su presencia me abrumaba, estaba tan cerca de mí y había varias personas a nuestro alrededor mirándonos.

- No sé, tú dime si me equivoco – crucé mis brazos.

- Tú mismo lo has dicho antes, solo hago mi trabajo – le eché en cara lo que él me había dicho antes.

Mi cuerpo entero vibró cuando noté como bajaba su mirada recorriendo mi cuerpo.

- ¿Te vestiste así para mí? – su mirada hambrienta provocó un pequeño incendio en mis mejillas.

No podía decirle que me vestí así para él. Así que mentí.

- Es s-solo para provocar y atraer clientes – bajé mi mirada evitando coincidir con la suya.

- Pues sí funciona – comenzó a acercarse a mí.

Nos miramos unos segundos, yo traía un antifaz plateado brillante y él su clásica máscara blanca.

Su mirada me atrapaba completamente, la fascinación en mis ojos era notoria, sonreí levemente.

- ¿Podemos hablar? – me tensé, mi sonrisa se esfumó y me volteé para mirar al dueño de esa voz.

Él me miró evaluándome unos segundos, lo fulminé con la mirada.

- Vendré después, ve con el Señor C, por favor – él le pidió.

Lo miró y él lo hizo igual.

Mi estómago comenzó a retorcerse. ¿Quién era ese chico? ¿Su novio?

No veía ningún anillo así que supuse que su esposo no podría ser.

- ¿Volverás a desaparecer por horas? Se supone que estarías con nosotros, conmigo – mi corazón se detuvo al ver como besaba su coronilla.

Era definitivo, era su pareja.

Bien.

- Prometo que te lo recompensaré – una sonrisa traviesa salió de sus labios.

Mierda.

¿Por qué me dolía tanto mi estómago?

Quería vomitar.

- Oh, claro que lo harás – lo escuché suspirar – Sólo no tardes, no me quiero aburrir tanto – él abrió sus brazos y ambos se fundieron en un cariñoso abrazo.

Miles de preguntas arrasaban mi cabeza.

¿Él dejaba que estuviera conmigo? ¿Tendrían una especie de relación abierta? Si fuera así, que pena.

Yo no compartiría a un hombre como él con nadie.

Finalmente, Lix tenía razón, él no podría corresponderme.    

Que iluso. Estúpido.

Se separaron, él le sonrió radiante.

- Nos vemos, Señor L – se despidió y después se fue.

Escuché una pequeña risita por parte de él.

Él se fue emprendiendo su camino hacia el jefe, no iba a negar que el chico era atractivo, demasiado diría yo.