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- ¡Es que no me lo puedo creer! Está muy mal - regañó Jeongin.

- No puedo creer que llegaras a obsesionarte por alguien así y menos por uno de mis muchachos. ¡No lo conoces, Minho!

- ¿Y tú sí? - pregunté a la defensiva.

- ¿Quién crees que es su jefe? Obviamente que lo conozco y tú ni su nombre sabes.

- Se supone que mis mejores amigos tienen que apoyarme no contradecirme ni decirme que hacer - alcé la voz.

- Min - su voz se había calmado - Perdón por mi reacción, pero es solo que no es correcto esto que estás haciendo - habló Jeongin.

- Se supone que solo era sexo de una noche. ¿Cuántas llevas? ¿Diez? - me cuestionó Chan.

- Eso no importa.

- Minho no nos hables así, queremos ayudarte.

- Yo no quiero su ayuda, les dije que lo intenté, pero mi cuerpo reacciona por si solo cuando lo tengo presente. Ustedes más que nadie saben que nunca me había pasado algo así.

- ¿Estás enamorado? - preguntó Jeongin.

- No.

- Estás obsesionado - corrigió Chan, yo asentí - Esto se salió de control - se levantó de la silla - Y si no quieres que te ayudemos por las buenas, lo haré yo mismo por las malas - alcé mi ceja mirándolo incrédulo.

A mi nadie me amenaza.

- ¿De que mierdas estás hablando?

- Lo despediré - por un segundo sentí que me faltaba el aire.

- No. - dije de inmediato.

- Christopher - sentenció el menor.

- Es lo mejor, Minho.

- No lo puedes dejar sin trabajo, tú mismo lo habías dicho, es tu mayor atracción.

- Pero ahora es la tuya.

- No lo hagas.

- ¿Por qué no lo haría? Soy mi propio jefe, solo hago una llamada y ya - exploté.

- ¡Bien! ¿Qué quieres? ¡Anda dilo!

- Devuélveme la máscara, las tarjetas y prométeme que jamás vas a volver a pisar ese lugar - mi boca cayó al suelo.

Apostaría que mi cara estaría en blanco.

- Chan, creo que es demasia... - interrumpí a Jeongin.

- Hecho - acepté sin pensar, lo escuché suspirar - Ahora déjenme solo, tengo mucho trabajo.

- Esto no tiene porque afectar nuestra amistad, Min.

- ¿Ah no? ¿Qué clase de amigo hace esto?

- ¡Entiende que es lo mejor!

- ¡Vete de mi oficina, maldita sea!

- Minho

- ¡Vete, Christopher! - grité.

- Bien - centré mi vista en los papeles en mis manos y a los segundos escuché la puerta cerrándose de un portazo.

- Min - me llamó Jeongin con la voz baja.

- Ahora no Jeongin, vete tú también.

- De acuerdo, pero volveré a venir a verte, quiero que sepas que te apoyaré pase lo que pase, aunque no sea lo correcto, te quiero a pesar de todo.

No contesté.

La puerta se cerró.

Solté los papeles y apreté mis pueños.

A través de la máscara | Adaptación MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora