𝗛𝗢𝗡𝗘𝗬 ━━━ 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐅 𝐍𝐀'𝐕𝐈

𝐘𝐀𝐖𝐍𝐄 » 014

INFORMACIÓN:
Se nos viene el primer beso, espero y lo disfruten pequeños Güllerim. <3

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Ya era de noche, todos los Omaticaya estaban afuera de la choza, esperando noticias de Neteyam, el cual aún estana inconsciente, Neytiri estaba al lado de su primogénito, pidiéndole a la Gran madre que su hijo vuela, Jake estaba junto a Tonowari, Ronal, Norm y Max, todos esperando algún indicio de que él menor despertará.

Aonung ya había entrado al lugar, habían paños con sangre y en el costado había una bandeja  con las balas que el menor tenía en su cuerpo, miro a la mayor con tristeza, camino unos centímetros y se sentí en el suelo, cerca de Neteyam.

El rostro de Aonung tenía un semblante duro, pero sus ojos, Eywa sus ojos, estaban llenos de furia, pero igual estaban inyectados con venganza, suplicando que los hombres que dejaron a su chico en aquel estado deplorable fueran asesinados de la peor forma posible.

Después de un rato se estaba discutiendo quien cuidaría a Neteyam, por lo cual Aonung se ofreció a cuidar a su chico, los mayores se fueron de ahí, dejando a Aonung junto a Neteyam.

— Nos quedamos solos... — susurró sentándose al lado de su chico, el rostro de Neteyam se veía relajado, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor —, yo... hice esto para ti... — saco un pequeño collar hecho con piedras preciosas, las cuales combinaba con su chico. Eran entre verdoso y azules, una combinación con los ojos de Neteyam y su piel.

Miro a todos lados, con cuidado y delicadeza le coloco el collar, tomando pequeños  brillos, sentándose a su lado, recostado su cabeza al lado de la de su chico. Sus párpados empezaron a caer, quedando dormido, rezando a que su chico despierte.

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Estaban a mitad de la noche, Aonung aún dormía plácidamente al lado de su chico, pero ocurrió algo en ese mismo momento.

Neteyam poco a poco iba abriendo sus ojos, su cabeza dolía, al igual que su cuerpo, como pudo se sentó en la cama, colocando su mano en su vientre, su cuerpo tenía más vendas, todo estaba oscuro, ya era de noche o bueno, en pocas horas ya iba amanecer. Un pequeño quejido llamó su atención, así que miró a su costado, encontrándose a un Aonung dormido, con una sonrisa cálida movió al contrario levemente.

— Aonung, yawne... — susurró, el nombrado se removió incómodo ante eso, lo que saco una sonrisa en Neteyam,  el cual lo volvió a mover —, hey, cariño... soy yo, Neteyam... — susurró nuevamente, acariciando los cabellos de este, Aonung abrió los ojos poco a poco, aun adormecido.

— Mh... — soltó un pequeño gruñido, mirando a todo lados, voy como su chico ya había despertado y lo recibió con una sonrisa —, hola, Neteyam... — susurró para volver a dormir, pero en eso despertó exaltado, mirando a su compañero, el cual tenia una bella sonrisa en su rostro.

— Hola, Yawne... — aquellas suaves y delicadas palabras, hicieron que los ojos de Aonung soltaran pequeñas lágrimas y abrazo a su chico.

Eywa lo había escuchado, la Gran madre lo escucho, cumplió sus súplicas de poder estar con su amado.

Su abrazo causó que Aonung terminará recostado sobre Neteyam, hundiendo su rostro en el cuello de este, pero reaccionó con rapidez y se levantó, una quedando sobre este, el cual tenia sus brazos alrededor del cuello de Aonung, aun con su cálida sonrisa, la cual sólo era exclusiva y dirigida a su persona.

— Neteyam... gracias Gran madre... gracias... — susurró con pequeñas lágrimas, las cuales caía al rostro de Neteyam, este por su parte limpio las lágrimas de su compañero con delicadeza.