𝐘𝐀𝐖𝐍𝐄 » 016

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Habían pasado dos días de lo sucedido, Neteyam al tercer día volvió a sus tareas matutinas para ser un buen Olo'eyktan, los del Clan Omaticaya esperaban que su heredero sanara al cien, pero no podían decir nada, Neteyam ya estaba algo mejor, pero era incómodo hablar con Lo'ak desde el incidente, por más que quisieran hablarlo no podían, la atmósfera incómoda y tensa los alejaba. Todo fue de esa manera durante una semana.

— ¿Cuándo hablarás con Lo'ak? — preguntó Aonung, quien acompañaba a su chico con sus actividades de futuro Olo'eyktan.

— No... no lo sé, todo estas incómodo desde nuestra disputa... — respondió cargando unas canastas con diferentes frutas, Aonung no aceptaba que Neteyam hiciera sobre-esfuerzo, pero eran los padres de su chico quienes decidían.

— En algún momento tendrás que hablar con él, no se pueden ignorar por siempre... — comentó con obvieda, Neteyam afirmó aquello, sabía, lo sabía en lo más profundo de su ser.

— No es tan fácil, su mirada es incómoda, como si estuviera dejando salir todo con mirarme mal... — susurró mientras seguía caminando con la canasta entre sus brazos.

— Neteyam, mírame... — llamo al menor, quien lo miro, Aonung poso su mano en la mejilla del menor —, quiero que sepas, si tu no hablas con él, soy capaz de gritarle y sacarle encara que por su culpa habías llorado... no es broma. — exclamó, aquello tenso a Neteyam, negando repetidas veces.

— No es necesario, sólo tomo... mi tiempo... — susurró, el silencio fue incómodo, por lo que no dijeron nada más y ambos fueron devuelta a la aldea, pero en eso vieron a un grupo de Omaticaya alrededor, formando un círculo.

Los menores se acercaron al lugar, la canasta que traía Neteyam entre sus manos cayó al suelo, lo que preocupo a Aonung, pero el menor no dijo nada y sólo corrió al lugar, sindo llamado por el mayor a gritos. Cuando Aonung llego pudo ver a una mujer mayor de edad, con un traje tejido a mano, color rojo y anaranjado, una diadema blanca, la cual caía hacia abajo, con unos accesorios más en el y a su chico abrazando a la mayor con cariño y mucha tristeza, junto a guerreros Omaticaya, se veían fuertes, sus miradas eran estoica, algunos tenían cicatrices por diversas partes del cuerpo, todos ellos portaban arcos, algunos lanzas, sus trajes era espectaculares. También se encontraba el que parecía ser el actual Olo'eyktan de los Omaticaya.

Mi Neteyam, me alegra que fueras fuerte por tu familia y clan... — sonrió la mujer, quien acariciaba los cabellos del menor con tranquilidad y ternura.

Haría lo que fuera por mantener a mi clan y familia feliz, como también a salvó... — musitó. Sus palabras fueron sinceras, sería la persona más fuerte del mundo, si eso hacía a su clan y familia feliz, dando esperanzas de que todo se iba arreglar.

— ¿Qué te trae aquí, Abuela? — preguntó, secándose alguna lágrimas, le alegraba a más no poder tener a su abuela con él.

— He venido hablar con mi hija y tu padre, sobre un asunto en particular. — respondió, Neteyam asistió ante eso, pero en eso hicieron aparición Tonowari junto a su pareja, Ronal.

— Oél ngáti kámeie — saludo el hombre a la mujer que tenia enfrente, debía ser respetuoso, ella tenía más años de experiencia que el, su respeto a ella y que alguien de ese estatus fuera a sus tierra era todo un logro —. ¿Necesita algo, Tsahìk Mo'at. Dama dragón? — preguntó con una sonrisa pequeña.

— Oél ngati kameie, Olo'eyktan Tonowari y Tsahìk Ronal — saludo de igual forma a los menores —. Respondiendo a tu pregunta, he venido a ver a mi hija y a su pareja, debemos acordar algunas cosas. — respondió con firmeza y orgullo en su voz, su mirada era estoica, sin ninguna expresión.

𝗛𝗢𝗡𝗘𝗬 ━━━ 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐅 𝐍𝐀'𝐕𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora