El teléfono sonó, rompiendo la conexión instantáneamente.
Él gruñó y se acercó de mala gana hasta su escritorio. Descolgó el teléfono y me puse a observar la habitación.
-¿Quién es? -Se notaba que no estaba de buen humor.
Sobre el escritorio tenía una planta pequeña verde, junto a la lámpara que debido a que era de día aún estaba apagada.
También tenía una pila llena de carpetas y papeles, imagino que papeleo de la empresa.
-Ajá -contestó a la persona que le hablaba desde el otro lado de la línea telefónica- ¡Y a mi que mierda me importa!
Mi mirada volvió al hombre que estaba tras el escritorio. Noté que me observaba de arriba a abajo y eso me ponía nerviosa inevitablemente.
Jugueteé con mis dedos, a la espera de que su atención cayese en mí de nuevo.
-¿¡Entonces para qué te pago!? ¡Arréglalo!-Dicho esto colgó, suspiró cansado y se estiró.
De nuevo me prestó toda su atención y al ser consciente de esto sonreí casi por inercia.
-Tengo trabajo que hacer -Dijo serio y frío, como si no hubiese habido ninguna tensión hace apenas unos minutos- ¿Necesitas algo más?
Le dediqué una mala mirada, molesta, borrando la sonrisa que llevaba hace apenas unos segundos en mi rostro.
Odiaba cuando se comportaba como un verdadero capullo, como lo estaba haciendo en ese mismo momento.
Puede que mereciese que me tratase así, no lo niego. Sé que lo hice mal y debería estar pagando mi comportamiento de hace unos años.
Pero me confundía, porque lo que no es justo es que cambie su actitud en apenas unos segundos.
-No, no necesito nada -Me giré malhumorada y caminé hacia la puerta. Cogí el mango de la puerta con fuerza, dispuesta a dar un portazo al salir.
Pero algo me detuvo.
-¿Almuerzas conmigo? -Me quedé paralizada.
No había dicho eso ¿O sí?
Me giré analizando cada palabra de esa frase. Lo miré confundida.
-Olvídalo -Dijo cuando mis ojos se posaron en él.
Y exploté.
-¿¡Pero porque eres así!? ¡No puedo con este sube y baja! También soy una persona, no estoy para tus caprichos de ahora y sí ahora no. Necesito estabilidad ¿sabes? No puedes proponerme un plan y al segundo pedirme que lo olvide. No es justo Jack, no es justo que me odies y al minuto actúes como si te hiciese feliz. No puedes porque me estas destruyendo. Y vale, puede que me lo merezca, puede que merezca que me trates como el demonio que soy. Pero no me trates al segundo bien porque entonces me das esperanza. Y me duele, joder me duele. Me duele tu indiferencia pero también me duele tu sonrisa y saber que fui yo la que la borro de ese rostro.
Lo miré con los ojos abiertos. No podía haber dicho todo eso en voz alta.
Mierda, mierda, mierda.
Él me observaba indiferente.
Esperé una respuesta de su parte.
-Si no querías almorzar conmigo solo tenías que decirlo -Dicho esto bajó la vista a su portátil, como si no le importase ni lo que estaba diciendo siquiera.
Lo miré incrédula, no podía estar hablando en serio.
-No has entendido una mierda -Me giré y salí de allí dando un portazo que probablemente escuchó todo el edificio.
&&&
Recogí mis cosas del escritorio.
Apenas había trabajado ese día para ser sincera.
No había dejado de pensar en la conversación, si puede llamarse así, que habíamos tenido Jack y yo es misma mañana.
¿Pero cómo podía ser tan gilipollas?Desde luego que todos son iguales.
Suspiré malhumorada.
-Capullo.
Guardé las carpetas de mala manera en el bolso y alcé la vista.
Me sobresalté al notar una presencia en la puerta.
-El señor la espera en el coche abajo -Me informó su secretaria.
¿Es enserio?
Después de lo imbécil que se ha comportado, espera que almuerce con él.
-Dile que se vaya a la mierda -Le dije a la mujer que había frente a mí y pasé a su lado.
Ella no pareció para nada sorprendida ante mi reacción.
-Él señor supuso que diría eso, así que me mandó a decirle que no acepta un no por respuesta y que esta es su empresa, así que debo joderme -Dijo de forma neutral.
Era como un robot que recitaba cada una de las palabras memorizadas.
La miré incrédula. Ella al notar que no decía nada más se marchó.
Me miré al espejo.
Bien Jack, iré a almorzar contigo pero te vas a arrepentir de haberme invitado.
Sonreí tras retocarme el pintalabios con la barra que llevaba en el bolso y salí de allí.
&&&
Al salir noté que estaba su coche frente a la entrada.
Él estaba apoyado en la puerta. Al verme salir alzó una ceja.
Le dediqué una sonrisa irónica antes de girarme para llegar hasta la otra puerta.
Me senté en el asiento del copiloto y cerré la puerta con suma delicadeza.
Nótese la ironía.
Jack me dedicó una mala mirada pero no dijo nada.
Cerré los ojos de forma inconsciente cuando el olor ácido del limón me inundó las fosas nasales.
Amaba ese olor, era tan dulce y tan ácido a la vez. Esos olores que no olvidas nunca.
Arrancó el motor antes de ponerse el cinturón.
Me miró. Esperando.
Lo miré con las cejas alzadas.
-El cinturón -Ordenó señalándolo con un leve gesto con la cabeza.
Negué con una sonrisa de superioridad.
Puede que me estuviese comportando cómo una niña pequeña, pero pensaba joderlo al máximo.
Él suspiró y se quitó el cinturón antes de acercarse a mí.
Me tensé. Analizando cada gesto que hacía.
Estaba tan cerca de mí que notaba su respiración en mi cuello.
Los bellos se me pusieron de punta y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Él alcanzó en cinturón y lo enganchó en su correspondiente lugar. Tiró de él, tras escuchar el clic, para asegurarse que estaba bien puesto.
Me dedicó una sonrisa antes de regresarse a su sitio.
Entonces se colocó de nuevo el cinturón antes de pisarle al acelerador.
Miré por la ventana. Notaba mis mejillas rojas.
¿Qué acababa de suceder?
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El Chico No Es Siempre Un Caballero [#2]
Chick-LitLa vida de Alexa ha cambiado mucho desde que acabó la preparatoria. Vive con su novio en un amplio departamento, pero la aparición de su antiguo amor le hace dudar de si esa es la vida que ella desea. 📛2º Libro de la saga de No son siempre de la r...